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La USAID y el timón de la corrupción

Se destapó la “caja de Pandora”, esta vez no como mito griego sino como realidad salida de las entrañas de la “inteligencia” de los gobiernos de Estados Unidos.

Según el mito, Pandora fue la primera mujer creada por los dioses griegos y fue dotada de curiosidad por Hermes. Zeus, el rey de los dioses, le entregó una caja, junto con la instrucción de nunca abrirla. Sin embargo, tentada por su curiosidad, Pandora abrió la caja y liberó así todos los males del mundo, como el dolor, la enfermedad y la pobreza, entre otros.

Es posible que los males del presente que tienen como exponente a instituciones como la CIA o su apéndice USAID, no provengan de aquella mujer llamada Pandora, sino del contenido de la caja.

Tales ideas, bien pueden explicar lo que sucede por estos días con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional —USAID, por sus siglas en inglés—, a la que no solo le han cerrado su sede en Washington, sino que Elon Musk, el más rico de los habitantes del planeta, recién estrenado como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU., bajo la batuta directa de Donald Trump, la ha acusado de “financiar investigaciones de armas biológicas, incluido un laboratorio relacionado con la propagación de la Covid-19”, y la calificó de “nido de víboras y organización criminal”.

La USAID ha estado vinculada en repetidas ocasiones a actividades de inteligencia, e incluso su exdirector admitió una vez que estaba “infiltrada de gente de la CIA de arriba abajo” para “implantar agentes en cada tipo de actividad” en el extranjero, refiere Elon Musk, citado por RT.

Donald Trump, “estuvo de acuerdo” en que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional debería cerrarse, aseguró Musk.

Y remarcó: “Se hizo evidente que no es una manzana con un gusano dentro. Lo que tenemos es simplemente una bola de gusanos”.

Como era de esperar, el mandatario estadounidense se propuso “tapar la caja” antes de que siguiera saliendo de ella el olor putrefacto, y rápidamente designó al mejor de sus discípulos en ese tipo de manejos turbios, el secretario de Estado, Marco Rubio, para que se encargue de la USAID.

El “nuevo” jefe ¿interino? de la USAID, desde El Salvador, donde había llegado horas antes, en su gira por Centroamérica, quiso dar la impresión de que aun estaba sorprendido por la benevolencia de su anfitrión, el presidente Nayib Bukele, quien le ofreció poner a disposición de Estados Unidos, la mega cárcel construida en su país, y que ahora Washington puede llenar de inmigrantes que expulsa de su territorio.

Rubio, que el día antes había logrado sus objetivos en Panamá, se apuntaba así una doble “victoria”, la de lograr un lugar para los inmigrantes, y la de encargarse de la institución envuelta en los más turbios manejos.

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Elson Concepción Pérez
Periodista cubano y analista de temas internacionales. Forma parte de la redacción del diario Granma.

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