COLUMNISTAS

Acontecimientos que sucedieron esta semana que no nos contaron y por qué

A nadie se le escapa que uno de los métodos de informar o desinformar es la elección de los temas a tratar por parte de un medio de comunicación. A lo largo de la semana pasada su cedieron algunos acontecimientos o se supo algunas cosas que o no se han difundido nada o muy poco en los medios españoles. Vamos a repasarlas y también comprobaremos los motivos que pueden explicar esos silenciamientos.

Elecciones en Cuba

El 26 de marzo se celebraron elecciones nacionales en Cuba. Sí, sí, elecciones en Cuba. Como es habitual, los opositores al gobierno cubano hicieron un llamamiento a no votar o votar nulo. Pues bien, veamos los resultados: Votó el 75,92% del censo. El 90,28% de las papeletas resultaron válidas; en blanco, el 6,22% y nulas el 3,5%. Una abstención de menos del 24% es la mitad de la abstención en las últimas elecciones europeas.

En Cuba el voto es universal y secreto, todos los ciudadanos pueden presentarse como candidatos, los interventores son los niños y el recuento es público (yo he asistido a alguno de ellos).

El lado oscuro de los voluntarios en Ucrania

El 25 de marzo, The New York Times publicó un extenso y exhaustivo reportaje elaborado por un reportero de investigación internacional y el corresponsal del periódico en Ucrania, sobre los voluntarios estadounidenses en la guerra de Ucrania. Detallan cómo han robado, traficado con personas, derrochado el dinero occidental, incluso algunos han desertado o han tenido peleas entre ellos que ha obligado a disolver unidades militares.

Tras la petición de ayuda de Zelensky, numerosas personas con pasado conflictivos se incorporaron a las legiones extranjeras para luchar contra Rusia. La investigación detalla casos de quienes mintieron sobre su rango y cualificación militar o habían sido expulsados del ejército, otros que se dedican a colgar vídeos en internet para recaudar fondos para su lucro, también quienes se han enriquecido traficando con los refugiados, muchos de ellos en las redes alardean de que no deben cumplir con las leyes internacionales de guerra.

Los periodistas revisaron más de 100 páginas de documentos de grupos de voluntarios y entrevistaron a más de 30 de ellos, combatientes, recaudadores de fondos, donantes y funcionarios estadounidenses y ucranianos. Algunos hablaron bajo condición de anonimato y proporcionaron información confidencial.

Los periodistas señalan que “la administración Biden envía armas y dinero, pero no tropas profesionales. Eso significa que personas a las que no se les permitiría acercarse al campo de batalla en una guerra liderada por Estados Unidos están activas en el frente ucraniano, a menudo con acceso sin control a armas y equipo militar”.

Chad nacionaliza una petrolera

El Gobierno de Chad ha nacionalizado todos los activos y derechos de la multinacional petrolera ExxonMobil. Sucede tras un prolongado desacuerdo al negarse la petrolera a vender sus activos al Chad y preferir hacerlo a la empresa británica Savannah Energy, que cotiza en Londres.

El Chad, situado en el centro de África y con unos dieciocho millones de habitantes, es uno de los países más pobres del mundo y se ha visto afectado por la llegada de cientos de miles de refugiados por el conflicto armado de Sudán del Sur. Los ingresos generados por las explotaciones petroleras son la esperanza para salir del subdesarrollo y la pobreza.

Colombia propone incluir al Sáhara en las cumbres iberoamericanas

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, sugirió en la Cumbre de Santo Domingo, el pasado 25 de marzo, añadir como «observadores» a las cumbres iberoamericanas a naciones africanas vinculadas por distintos motivos con Iberoamérica, entre ellas la «nación saharaui», a la que considera víctima de una «injusticia».

Su declaración se hizo ante la presencia del presidente Pedro Sánchez y el rey de España. El gobierno español expresó su oposición a la intención del presidente colombiano.

Razones para el silencio

Hasta aquí la mera reseña de los acontecimientos ignorados en los medios españoles. Veamos ahora por qué eran incómodas esas informaciones:

La noticia de las elecciones en Cuba supone romper con el discurso único de que no hay elecciones en ese país. Se podrá discrepar sobre su sistema político y electoral, pero lo que es evidente es que existe un sufragio universal y secreto, que son electores y elegibles todos los ciudadanos cubanos que estén en pleno uso de sus derechos políticos y que es apoyado mayoritariamente por la población.

El reportaje de The New York Times muestra que estamos proporcionando armamento a grupos de milicianos y mercenarios en Ucrania sin ningún control, que están cometiendo numerosos delitos y que están exhibiendo una absoluta falta de escrúpulos.

La noticia de la nacionalización de ExxonMovil en Chad confirma que existen gobiernos que se enfrentan a las empresas multinacionales porque dan prioridad al bienestar de sus ciudadanos, y no permiten que sus recursos naturales sean aprovechados por capitales extranjeros.

Por último, la iniciativa del presidente colombiano deja en evidencia al gobierno español, en la medida en que España, como “potencia administradora” del Sáhara, según la consideración de la ONU debido a que no se formalizado su definitiva descolonización, debería velar por el reconocimiento y los derechos del pueblo saharaui. No solamente no lo hace, sino que son los países latinoamericanos los que muestran más solidaridad que el gobierno de Pedro Sánchez.

Los silencios son desinformación

La conclusión es evidente. Aunque sea verdad todo lo que nos cuenten (y no siempre es así), puede que no estemos informados porque los silencios también son métodos de desinformación. Y, lo que es peor, hay razones miserables para aplicar los silenciamientos. (Tomado de Crónica Libre).

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Pascual Serrano
Pascual Serrano es licenciado en Periodismo. Crítico con la prensa tradicional, en 1996 fundó la publicación electrónica Rebelión (www.rebelion.org), proyecto que abandonó hace 13 años. Durante 2006 y 2007 fue director editorial de Telesur. Su denuncia a los métodos de información de los grandes medios tradicionales se ha reflejado en libros como Desinformación (2009), con prólogo de Ignacio Ramonet, o La prensa ha muerto: ¡viva la prensa! (2014). En Foca ha publicado Traficantes de información (2012), Medios democráticos (2016) y Paren las rotativas (2019). En 2019 recibió el Premio de Periodismo de Derechos Humanos que anualmente concede la Asociación ProDerechos Humanos de España (APDHE). En la actualidad dirige en Akal la colección A Fondo y colabora con varios medios.

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