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El Paredón de Paterna: abrir heridas para salvar la memoria

A Eva Máñez le cuesta hablar sobre la memoria. “Es muy doloroso”, dice y enseguida levanta los párpados, mira a los presentes reunidos en el teatro de la Unión de Periodistas de Cuba, se impone a los recuerdos y continúa con la presentación del motivo por el cual se reúnen este miércoles: Paterna: el paredón de España, la muestra fotográfica y el coloquio internacional sobre las mujeres herederas de la memoria de los fusilados por el franquismo.

Las diez fotografías expuestas en la sede de la casa de la prensa y que constituyen una extensión de la muestra inaugurada en la Fototeca de Cuba el pasado 20 de agosto, son el registro documental, realizado por la fotoperiodista española, de las exhumaciones en el cementerio valenciano de Paterna.

Para Eva “no hay nada más internacional que lo local”, por eso, cuando en 2016 se aprobó en España la Ley de Memoria Democrática, en favor de la verdad, la justicia y la reparación, emprendió una investigación con el propósito de contar los horrores del franquismo desde la memoria, los dolores, la resiliencia y la identidad de 60 mujeres descendientes de personas fusiladas por el fascismo español.

El cementerio de Paterna, llamado el ‘Paredón de España’, es también un rincón del horror. Desde abril de 1939 hasta 1957, más de 2 238 mil personas, procedentes de 191 pueblos de la Comunidad Valenciana y de otros 60 municipios españoles, fueron asesinadas sobre un muro que aún sigue en pie.

Ochenta y cinco años después,  en nombre del feminismo y la justicia, renacen las historias silenciadas por una generación estremecida por el fascismo. Y de eso habla la periodista Maribel Acosta Damas, quien coordinó la presentación de la muestra en Cuba.

Graciela Ramírez Cruz, jefa de la corresponsalía de Resumen Latinoamericano en Cuba y Lina Rey Gallego, hija de padres republicanos, acompañanan a Eva durante la conversación. Ellas tres, aunque sus historias se narran desde Argentina, Cuba y España -precisa Graciela-están atravesadas por los horrores del fascismo.

Otra de las testimoniantes, quien además forma parte de la investigación de Máñez, es Cruz Alemany, una profesora valenciana que descubrió en 2019, que los restos de un tío paterno se encontraban en una de las fosas comunes en Paterna.

La historia de Alemany es, como tantas, de las que han sido contadas en voz baja, de las penetradas por el silencio para pasar al olvido. Sin embargo, se sobrepone una nueva generación que “necesita-dice Eva- hacer una memoria vicaria”, necesita saber qué pasó, abrir tumbas, mover la tierra, rajar heridas, para poder cerrar relatos y salvar a las familias de la desmemoria.

Próximamente, publicaremos la transcripción íntegra del conversatorio

Foto de portada: Eva Máñez

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