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Al rescate de la historieta hecha en Cuba

Por Ariel Pérez Rodríguez

En un universo impregnado de historietas de MangaMarvelDC, saturación de héroes y superhéroes incluidos, se alzan cada vez más por estos días, cuales guerreros defensores del patrimonio, en pleno siglo XXI, un conjunto de buenos cubanos que intentan sacar del olvido nuestro material propio, nuestras propias historietas, aquellas que hicieron época, las que leímos en nuestra juventud, o cuando éramos niños… un salvamento que pondrá en evidencia la magnitud expresiva del cómic made in CubaTodos se beneficiarán: aficionados, investigadores, críticos de artes visuales, académicos en general. Y es que sí, ahora sí, la labor artística, casi perdida y no mencionada, de esos autores olvidados, de esos héroes anónimos, ya ha comenzado a ser rescatada y parece que para bien de nuestra historia patrimonial.

Desde hace varios años existen en Facebook varios grupos dedicados a la historieta cubana. Poco a poco los rescatistas del cómic cubano han ido desempolvando viejos recuerdos, alimentado el foro con las publicaciones de notas sobre autores, publicaciones. A través de ellas hemos recordado (y recordar es volver a vivir) a CuchoSupertiñosaElpidio ValdésChicho DurañónCecilín y CotiYeyínMatojoEl Capitán Plin por solo mencionar algunos. Y hemos recordado a esos «anónimos», sus creadores, los que han estado detrás de cada pincelada y cada trazo, los Virgilio Martínez, Cecilio Avilés, Fidel Morales, Juan Padrón, Jorge Oliver, Ernesto Padrón, Manuel Lamar Cuervo (Lillo)Orestes Suárez… De igual manera, han pasado por delante de nuestros ojos, las vetustas y coloridas páginas de ZunzúnPionerosCómicos El Muñe.

La época dorada en la historieta cubana contemporánea, entre otras, será reflejada en un nuevo sitio web que saldrá en breve y del cual su creador, Ernesto González Quesada (alias Verde Caimán, en clara alegoría a nuestra isla) nos ha enviado algunas imágenes que nos permiten ver que tanto ilustradores, como publicaciones y… hasta los personajes estarán incluidos en esta suerte de enciclopedia documental y visual de la historieta cubana que incluirá tanto a los clásicos como a la nueva hornada de creadores como Ángel Velazco, Miguel Díaz, Maikel García, Arturo Palacios, Sommy Álvarez, Jesús Rodríguez Pérez, Héctor Saroal y muchos otros que comenzaron en los talleres de la editorial Pablo, dirigidos por Manolo Pérez Alfaro y Francisco Blanco Ávila. Es justo señalar además que la nueva enciclopedia -en la que el autor lleva trabajando más de una década- no se detiene en el período enmarcado en los últimos sesenta años, sino que viaja más allá en el tiempo, hasta dos siglos atrás.

Como preámbulo a la puesta en línea se ha creado un nuevo grupo de Facebook donde se anunciarán todas las actualizaciones, así como un repositorio central (http://archivo.verdecaiman.com/) que albergará, de forma permanente, los archivos escaneados y que ya cuenta en la actualidad con más de 500 ficheros provenientes de una veintena de publicaciones diferentes, al cual han contribuido de forma notoria Janel Ruiz Ugalde, Arturo Delgado Pruna, Maikel Garcíay el propio creador del sitio.

Según una investigación reciente del Observatorio Cubano del Libro y la Lectura, la historieta es el cuarto género más leído en la isla. Estos datos vienen a corroborar cuán alto clasifica el género en el gusto popular. De una etapa floreciente en los años setenta y ochenta del pasado siglo se pasó a una depresión con la llegada del periodo especial en los años noventa, vacío que ha sido cada vez más difícil llenar. Algunos especialistas e historietistas reclaman nuevos espacios para el género, revistas especializadas que les permita periódicamente mostrar sus trabajos y aprovechar el talento que existe en el país y, de esa forma, poder colmar ese reclamo incesante de los lectores, que en muchas ocasiones debe contentarse con leer historias foráneas y no del patio.

Para mí, que ando por los cuarenta y que nací en medio de esa «época de oro» que constituyeron las tres décadas desde los sesenta hasta los ochenta, el contacto con ese universo visual, después de tantos años, no solo ha sido el redescubrimiento de los años mozos en los que leía aquellas páginas que de niño me transportaban a esos mundos fantásticos, sino que me ha permitido también aquilatar, con el paso del tiempo, el valor de la inmensa faena esbozada por nuestros compatriotas. Para las nuevas generaciones, será el encuentro con el conocimiento de la cronología de la historieta criolla, no la que viene de allende los mares, sino la producida en casa, la auténtica. Para las instituciones, un llamado de atención. Rescatar el patrimonio histórico literario antillano debe ser una prioridad. Las editoriales deberían implicarse y unir sus esfuerzos a toda iniciativa que signifique mantener viva nuestra historia.

(Tomado de claustrofobias.com)

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