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El hombre que masificó el ajedrez

Historia viva del ajedrez cubano, José Luis Barreras Meriño nació el 19 de agosto de 1916 en Las Tunas y falleció el 31 de julio de 2005 en La Habana. Tuve el honor de compartir con Eddy Martin la despedida de su duelo. Esta entrevista la publiqué cuando estaba a punto de cumplir 85 años (2001) mientras jugaba partidas por correspondencia y seguía la XL Serie Nacional de Béisbol por televisión.

Fue el primer comisionado nacional de ajedrez desde que se creó el Inder el 23 de febrero de 1961, y se mantuvo en esa función hasta 1972. Fue vicepresidente de la Federación Internacional de Ajedrez (Fide), entidad que en el 2000 lo inscribió en su Libro de Oro, al igual que a Jiménez, en tanto le daba al Che la categoría de Caballero de la Fide.

El único país que ha llevado a cabo una política de masificación del ajedrez ha sido en Cuba, en los primeros años de la Revolución, y fue Barreras su principal ejecutor, siempre con la asesoría directa del Comandante Ernesto Che Guevara.

-¿Cuándo fue tu primer encuentro con el Che?

-En una pelea de boxeo en la ciudad Deportiva, en 1959, se originó mi primer encuentro con el Che y con Raúl Castro. Yo era superintendente de deportes, y los atendí. Allí en el boxeo, surgió la plática sobre ajedrez. El Che comentó que en Cuba no había ajedrecistas y Raúl dijo que sí y mencionó al combatiente Aguilerita (Comandante Pedro Aguilera, recientemente fallecido). Les hablé de los principales ajedrecistas, los llevé a la academia recién estrenada en el coliseo y charlamos mucho sobre ajedrez

-¿Y qué más te dijo el Che sobre ajedrez?

-Que el ajedrecista con que más simpatizaba era Paul Keres y, vaya coincidencia, el genial estoniano fue el primer Gran Maestro en visitar la Cuba revolucionaria, formando parte de la delegación soviética que en febrero de 1960 encabezó Anastas Mikoyán, viceprimer ministro de la URSS.

-¿Se encontraron el Comandante y el Gran Maestro?

-Ernesto Guevara asistió a la recepción ofrecida por Mikoyán, a la cual yo había sido invitado por Keres. En ella le dije al Che que Keres estaba allí y se lo presenté.

-¿De qué hablaron?

-La plática que surgió dejó un fruto trascendental: que Cuba se reincorporara a las Olimpiadas Mundiales de Ajedrez a partir de ese mismo año, con la de Leipzig 1960.

-¿Cómo empezó la masificación del ajedrez?

-“El ajedrez tiene que ser masivo”, me dijo en una ocasión el Che y comenzó la masificación. Preparé un libro de enseñanza, organizamos las simultáneas en el país e iniciamos una labor divulgativa sin precedentes.

-¿Alguna anécdota de los inicios?

-El Che me dijo que tenía que publicar todos los días en Granma la palabra ajedrez y estuve durante cinco años escribiendo una crónica diaria.

-¿Cómo surgió el Memorial Capablanca?

-Lo ideamos de común acuerdo el Che y yo para homenajear a Capablanca en el 20 aniversario de su fallecimiento, en 1962. Desde que surgió lo hizo con la categoría A-1, la de mayor nivel de la Fide entonces.

-¿Cómo surgieron los Campeonatos Panamericanos?

-También de forma colegiada entre el Che y yo, porque el Capablanca era un torneo muy fuerte que no daba muchas posibilidades a los latinoamericanos. El primero se organizó en 1963 y luego en 1966, 1968 y 1970.

-¿Cómo lograste la participación de Fischer en el IV Capablanca?

-El Che ya era el presidente del banco y me dio un cheque en blanco para realizarle la invitación. Cuando localicé a Fischer en Europa y le di el cheque para que pusiera una cifra, me preguntó “¿cuánto le paga a los rusos?”, y se me ocurrió decirle que 2 000 dólares, aunque los soviéticos venían por convenio.

-¿Entonces que te dijo Fischer?

-Que pusiera esa misma cifra y que para él era un honor jugar en un torneo con el nombre de Capablanca, a quien admiraba. Como el Departamento de Estado no le permitió a Robert Fischer viajar a La Habana, jugó por teletipo, y eso propagandizó más el torneo. Era un caso único.

-¿Quién movía las piezas de Fischer en La Habana y quién llevaba y traía las jugadas del teletipo?

-José Raúl Capablanca, hijo del campeón mundial, movía sus piezas y Francisco Acosta era el encargado de llevar y traer las jugadas. Por eso años más tarde escribió un libro titulado El cartero de Bobby Fischer.

-El ajedrez te ha proporcionado muchas alegrías. ¿Cuál fue tu día más feliz?

Che juega con Barreras.

-El 19 de noviembre de 1964, cuando el Congreso de la FIDE en Tel Aviv le confirió a Cuba la sede de la XVII Olimpíada.

-¿Y ya en la Olimpíada de La Habana 1966?

-Cuando Rogelio Ortega le ganó al belga Josef Boey, punto con el que Cuba se clasificó para el Grupo A. En el congreso de la Fide celebrado simultáneamente aquí, cuando fui electo vicepresidente, al tiempo que presidente para la Zona 7.

-Eres el único cubano que ha creado una apertura. ¿Cuál es?

-La bauticé como Barreroski, y tiene la siguiente secuencia de jugadas: 1.c3, 2.d3, 3.e3, 4.Dc2, las cuales generalmente pueden realizarse ante cualquier respuesta de las negras. En la Olimpiada de Leipzig-60, Keres se lo comentó a Petrosian y este dijo que no era buena, lo que originó allí mismo una partida entre Petrosian y yo.

-¿No hubo testigos de ese duelo?

-Se corrió el rumor y muchos ajedrecistas siguieron su desarrollo, entre ellos Fischer e integrantes del equipo cubano. Pues como si fuera cosa de películas, derroté a Petrosian. No pude evitar en medio de la euforia, hacer un gesto con el brazo derecho, llevando la mano izquierda a aquel codo, lo que molestó al GM armenio, quien salió apresurado.

-¿Se molestó Petrosian con Barreras?

-Keres me dijo que Petrosian estaba enfadado. Me disculpé con una explicación que no le convenció y estuvimos sin hablarnos hasta que en la Olimpiada siguiente, Varna-62, jugaba yo una partida con Carlos Calero. Le tenía la partida ganada y de pronto una mano salió detrás de mi hombro para mover una pieza de Calero. No le di importancia, jugué y otra vez la mano hizo la movida de mi rival y continuó así hasta que pocos lances más tarde tuve que rendirme. Entonces veo a Petrosian, quien sonriente me devolvió el mismo gesto que le había hecho dos años antes.

-¿Petrosian nunca te pidió la revancha?

-Hasta la saciedad, como bien deben recordar muchos de los que se movían entre bastidores en la Olimpiada de La Habana, pero no se la di. También le gané una partida con la misma apertura a Taimanov.

-Has visto miles de partidas. ¿Cuál te ha gustado más?

 -La de Tal-Portisch, en el Interzonal de Ámsterdam 1964. Fue tablas, y de ella escribí mi mejor crónica.

-¿Qué jugador te ha impresionado más en la historia?

 -Capablanca, aunque no lo vi jugar.

-¿Y de los que viste?

 -Tal y Fischer.

-De las personalidades del ajedrez, ¿con quién has tenido más amistad?

 -Con Florencio Campomanes y Max Euwe, ambos presidentes de la Fide.

Con su esposa Carmita y el autor en presentación de su libro.

-¿Y entre los jugadores?

-Con Boris Spasski, aunque también con otros campeones, entre ellos Fischer.

-¿Desde cuándo eres Árbitro Internacional?

–Desde 1963. Fui de los tres primeros aquí, junto con Alberto García y Carlos A. Palacio.

-De los 79 países que visitaste, ¿cuál fue el primero?

 -Venezuela en 1959, pero no por el ajedrez, sino como representante de Cuba ante la Asociación Internacional de Béisbol Amateur (AIBA).

-Acabas de publicar El fascinante mundo del ajedrez, ¿cuál será tu próximo libro?

 El ajedrez en Cuba.

-De las frases que han dicho sobre ti, ¿cuál es la que más recuerdas?

 -Barreras es un ajedrecista guerrillero. La pronunció Fidel en uno de sus encuentros con maestros extranjeros.

-Quienes te conocemos sabemos que eres autor de varias frases célebres, ¿Cuál prefieres?

El deporte, derecho del pueblo. Data de 1966, en la exposición que hubo con motivo de la Olimpiada.

–¿Desde cuándo practicas el ajedrez postal?

–Juego por correspondencia desde 1973. Tengo el título de Maestro Nacional Postal. He ganado varios torneos y actualmente me desempeño en tres, dos semifinales nacionales y una final.

–¿Y desde cuándo el ajedrez?

–Descubrí el juego del tablero filosófico, como diría Nicolás Guillén, a los 16 o 17 años en Victoria de Las Tunas, mi ciudad natal.

-¿Tus dos grandes amores?

–Aparte del camal y el patriótico, han sido el periodismo y el ajedrez. Mis primeras crónicas las publiqué en El eco de Las Tunas.

-¿Cuándo viniste para La Habana?

-En el año 1944 para estudiar la carrera y comenzaron a aparecer mis textos ajedrecísticos en la prensa capitalina de la época.

-Una vez me dijiste que yo era un hombre con suerte. ¿Te acuerdas por qué?

-Porque siempre estás presente en los momentos importantes del ajedrez.

–Bueno, eso debo haberlo heredado de Barreras.

Al clausurar el I torneo en memoria de Eleazar Jiménez, en el año 2000, el entonces presidente de la Upec, Tubal Páez, resaltó los valores y el aporte brindado en el ejercicio del periodismo tanto por Jiménez como por José Luis Barreras, quien recibió en el acto un merecidísimo homenaje, en su condición de decano de nuestros cronistas de ajedrez.

(El 23 de marzo de 2003 organicé el I Torneo José Luis Barreras, de partidas rápidas, en el que con sus 85 años participó el propio homenajeado, quien resultó el único invicto con 5 victorias y 4 tablas, para 7 puntos y el segundo lugar. Me sonrió la fortuna con 7,5, pero perdí una con Nery Maceiras).

 

LE GANÓ UNA MINIATURA A ORTEGA

El 10 de agosto de 1946 fue disputada en La Habana esta partida contra quien luego sería una de las principales figuras de Cuba.

Blancas: Rogelio Ortega  —  Negras: José Luis Barreras

1.d4 Cf6 2.c4 e5 3.dxe5 Cg4 4.Dd4 d6 5.exd6 Axd6 6.Cc3 0–0 7.Cf3 Cc6 8.Dd1 Cce5 9.Cd4 Te8 10.e3 Ab4 11.Dc2 .Dxd4!! 12.exd4 Cf3+ 13.Rd1 Te1++

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Jesús G. Bayolo
Es periodista e historiador del ajedrez, toda una autoridad del tema en Cuba.

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