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La crisis económica en Cuba y su enfrentamiento en el 2020. Una actualización (IV)

IV

Como se señaló anteriormente en esta serie de trabajos, se abordarán un conjunto de ideas lo más actualizadas posible sobre las proyecciones de la economía cubana en la coyuntura actual.

Tal y como se ha destacado por el ministro de Economía y Planificación en varias ocasiones, hay tres aspectos que resultan de la más alta prioridad en la coyuntura actual: la necesidad de incrementar los ingresos en divisas del país, la producción de alimentos y la elevación de la eficiencia de las inversiones y –en particular- de la inversión extranjera directa (IED).

En relación a los ingresos en divisas, los mismos pueden incrementarse mediante un crecimiento de las exportaciones y también mediante la obtención de nuevos créditos en moneda libremente convertible.

Comenzando por este último aspecto y tomando en cuenta la actual situación de la economía mundial, el crédito ha tendido a reducirse en la misma medida en que ha caído el PIB debido a la paralización económica que ha provocado la pandemia de la COVID-19 y la incertidumbre que se asocia a esta situación. Se suma a esta tendencia general, el hecho de que Cuba ha estado sometida a un recrudecimiento del bloqueo económico de EE.UU., en el que se suman hasta el momento unas 132 nuevas medidas implementadas por la actual administración de ese país. Al respecto, basta decir que el impacto del bloqueo entre el 2019 y el 2020 alcanzó 5 570 millones de dólares y un efecto acumulado de 144 413 millones desde hace casi 60 años.

En estas circunstancias, informes no oficiales apuntan a que Cuba se ha visto forzada –en primer término- a una nueva renegociación con el Club de París[1] para posponer el pago de los adeudos que debían liquidarse en este año.

Hasta el 2019 Cuba había cumplido con los acuerdos de pago alcanzados en la renegociación de una deuda con ese grupo de acreedores que se firmó en el 2015, mediante el cual se liquidarían 2 600 millones de dólares en cuotas anuales pagaderas el 31 de octubre de cada año hasta el 2033. No obstante, el pago de alrededor de 80 millones correspondiente al 2019 no se completó[2]. Tampoco se pudo realizar el pago de unos 85 millones de dólares en octubre del 2020.

De este modo, desde febrero del presente año se iniciaron conversaciones para encontrar alternativas que permitieran posponer pagos y reabrir los créditos indispensables, para lo cual Cuba solicitó –según fuentes no oficiales- posponer los pagos del servicio de la deuda en 2020 y 2021 y retomarlos en el 2022. La respuesta de los acreedores –al menos hasta el momento- fue posponer solo los pagos del 2020 y reiniciarlos el próximo año, pero con la aplicación de sanciones por el pago vencido, que –según los acuerdos originales- alcanzan el 9% de intereses moratorios anualmente.

El tratamiento recibido por Cuba por parte de los acreedores occidentales no ha incluido un trato más favorable que se ha acordado para los países subdesarrollados por las instituciones financieras internacionales y en ello han incidido las enormes presiones por parte del gobierno norteamericano para bloquear cualquier acuerdo.

Otros acuerdos para ajustar los pagos se han reportado con acreedores rusos y también de China, pero no se tiene información más detallada al respecto.

Las reclamaciones de pagos de la banca internacional al cierre de junio 30 de 2020 ascendían a 1 990 millones de dólares, según datos del Bank of International Settlements.[3]

Por otra parte, la cifra de remesas estimada para el año 2020 se ha visto más restringida en la misma medida que los envíos a través de la compañía Western Union fueron prohibidos por el gobierno norteamericano a partir de noviembre, medida que siguió al bloqueo de la entidad financiera cubana FINCIMEX implementada también este año. Los estimados en tal sentido apuntan a una reducción de entre el 15 y el 35% este año, lo cual las ubicaría entre 3 195 y 2 416 millones de dólares, pero más cerca de este segundo dato, según las informaciones más recientes.[4]

En relación a las exportaciones, se informó recientemente su reducción en este año debido al descenso de las producciones nacionales –como en el caso del azúcar- o debido a la disminución de la demanda externa de productos como tabaco y ron, que resultan afectados por los cierres de establecimientos como restaurantes o bares producto de la pandemia.

No obstante, puede registrarse un incremento en lo referido a la exportación de medicamentos. Así –por ejemplo- alrededor de 45 naciones han solicitado el Interferon alfa 2b recombinante fabricado en Cuba.

Por otra parte, se han identificado 1 026 bienes y servicios exportables novedosos en los territorios del país, una parte de los cuales ya se exportan. También se identificaron potenciales exportadores en 382 negocios privados o cooperativos en sectores como el agroalimentario y las artesanías, así como servicios de construcción,  restauración y servicios audiovisuales. Al cierre del mes de septiembre, se habían firmado 106 contratos de importación y exportación con empresas del sector privado.[5]

Para el aseguramiento de insumos al sector no estatal, a partir de septiembre se inicio la venta mayorista en moneda libremente convertible al mismo.[6]

Por su parte, el turismo internacional comenzó una reapertura gradual a partir del mes de julio, la que avanzó desde los cayos hasta la capital del país y llegó a un punto de nueva normalidad a partir del 15 de noviembre con la reapertura del aeropuerto José Martí de La Habana.  La velocidad del proceso de normalización ha estado condicionada al cumplimiento de un estricto protocolo de seguridad sanitaria que ha sido aplicado con buenos resultados hasta el presente.

La recuperación gradual del turismo internacional, debe permitir que en este año se alcancen ingresos brutos por alrededor de 1 385 millones de dólares, que al menos atenúe la caída de un 48% registrada como pronóstico en este año.

El segundo elemento de gran importancia en la actual coyuntura económica es avanzar en la seguridad alimentaria del país.

Entre las decisiones de mayor importancia ya acordadas para asegurar los insumos y equipos indispensables para la producción agropecuaria, se destacan la venta en moneda convertible de los mismos a todos los productores. De igual modo, resultan importantes las medidas que permiten la flexibilización en la contratación de fuerza de trabajo, el acceso a la compra de combustible, la posibilidad de obtención de créditos para la comercialización y la aceleración del pago a los productores. También cabe subrayar que el proceso de impulso a las exportaciones y ventas en frontera en moneda convertible tienen un importante potencial en la producción alimentaria.

Estas medidas se enmarcan en la Estrategia Económico Social aprobada en julio del 2020. En la misma se incluyen 24 medidas específicas para la agricultura y de ellas impactan en la producción de alimentos las siguientes.

  • Flexibilización en la contratación de la fuerza de trabajo por los productores individuales, propietarios de tierra y usufructuarios.
  • Aprobación de incentivos fiscales para estimular la elaboración y comercialización de alimentos.
  • Creación del mercado mayorista en MLC para la venta de insumos y equipamientos a la bases productiva, como una vía para que pueda reinvertir las divisas que obtenga por la exportación o venta a usuarios establecidos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, para re aprovisionarse y ampliar sus capacidades productivas.
  • Transformación del sistema de comercialización de productos agropecuarios.
  • La recuperación de la ganadería bovina.

Refiriéndose a estas medidas, el ministro de Economía y Planificación destacó que las mismas no tienen un impacto inmediato y se requiere un esfuerzo especial con los productores y en la aplicación de la ciencia y la innovación para avanzar en su implementación.[7]

En una valoración a raíz de las afectaciones climáticas sufridas en noviembre, se registraron pérdidas en la agricultura que afectarán la siembre de frío y las producciones en los próximos meses.[8]

En síntesis, la producción de alimentos sufre fuertes afectaciones en este año 2020, en una situación que se anunciaba ya como muy compleja a finales del 2019 por el ministro de la Agricultura en la Asamblea Nacional. En esa intervención se expuso que el 78% de las tierras presentan rendimientos poco productivos o muy poco productivos, solo se riega el 7,4% de la superficie que lo requiere y únicamente se aseguraba el 28% del fertilizante necesario para el presente año. Para modificar esta situación se requieren 175 millones de dólares por quinquenio para mejorar el estado de tres millones de hectáreas que presentan afectaciones.[9]

Finalmente, constituye una alta prioridad elevar el volumen y el rendimiento de las inversiones, especialmente en los sectores de la agricultura y la industria, tomando en cuenta que en el período comprendido entre el 2014 y el 2019 en el primer caso solo se recibió el 6% de lo invertido en el país, mientras que en la industria se invirtió únicamente el 11%, cifras que no permiten superar el nivel de descapitalización que presentan estos dos sectores fundamentales para el desarrollo del país.[10]

Por otro lado, la baja eficiencia del proceso inversionista se ha reflejado en el incumplimiento de los estudios de factibilidad, afectados por la falta de insumos y de fuerza de trabajo de acuerdo a los cronogramas constructivos elaborados, a lo que se añaden deficientes estudio de mercado, todo lo cual impide una recuperación apropiada de los recursos invertidos.

Estas deficiencias se han observado aún en sectores altamente priorizados como es el caso del turismo, donde en el pasado año se registró un nivel de ocupación lineal del 48,2%, cifra inferior al 57,1% logrado en el 2014 y también menor al promedio del área del Caribe, que fue de 63,7% en el 2019.[11]

Tampoco ha cumplido las expectativas la inversión extranjera directa.

Según datos del EIU, los flujos netos de inversión extranjera a Cuba promediaron 737 millones de dólares entre el 2015 y el 2019, cifra inferior a los requerimientos oficiales ubicados entre 2 000 y 2 500 millones anuales. La proyección para el presente año -elaborada en junio del 2020- es de unos 644 millones de dólares y de 837 millones para el 2021.[12]

Sin dudas en la limitada dinámica de estos flujos ha estado incidiendo el incremento de las medidas aplicadas por la administración de Donald Trump contra Cuba a partir del 2017, que han elevado el nivel de riesgo para las inversiones en el país.[13]No obstante, la experiencia demuestra que Cuba requiere elaborar propuestas de inversión más flexibles y que otorguen ventajas más atractivas al capital extranjero, además de proceder con trámites más agiles y procesos de toma de decisión más expeditos.

Algunas medidas recientes apuntan en esa dirección. Así por ejemplo se emitió el Decreto Ley Nº 14 que permite hipotecar o entregar determinados activos como prenda para garantía de pago y el Decreto Ley Nº 15 que concibe con el mismo propósito la creación del fideicomiso de garantía.[14]

Es posible que con el cambio de gobierno que debe producirse en EE.UU. a inicios del 2021, pueda modificar el efecto demostración negativo que –con relación al sector externo de la economía cubana- ha estado presente con la administración de Donald Trump. De tal modo, si bien no cabe esperar un cambio profundo de la política norteamericana hacia Cuba a corto plazo, si es posible que cambie la apreciación de otros países sobre nuestro país a la hora de establecer relaciones económicas con el mismo, de forma similar a lo que ocurrió en el 2015 con la política adoptada por Barack Obama entonces.

De cualquier modo, será determinante para el avance en Cuba la efectividad con que se proceda a aplicar la política económica ya acordada por parte del gobierno cubano en lo inmediato y la velocidad para proceder a las modificaciones que resulta indispensable implementar para superar los obstáculos objetivos y subjetivos  y retomar el camino hacia un desarrollo próspero y sostenible.

Para ello contamos con los recursos indispensables, pero es necesario crear el consenso social de apoyo por parte de nuestro pueblo a las políticas diseñadas basado en su conocimiento y comprensión.

Noviembre 20, 2020.

 

[1] Sobre este punto ver “Wealthy Nations Defy Trump with Debt Lifeline to Ailing Cuba” October 16 2020 en www.thecubaneconmy.com y “Acreedores ricos dan opciones a Cuba, pero impondrán sanciones” Octubre 31 2020 en www.reuters.com

 [2] Se estima que se liquidaron unos 70 millones.

[3] Bank of International Settlements “Balance Sheet Position. Cuba. June 2020” en www.stats.bis.org 

[4] Para estos datos ver The Havana Consulting Group “COVID-19 puede hacer declinar las remesas a Cuba entre un 30 y un 40% en 2020” Marzo 20 2020 en www.thehavanaconsultinggroup.com  y The Economist Intelligence Unit (EIU) “Country Risk Service. Cuba. June 2020” en www.eiu.com

[5] Ver “Sector privado aumenta contratos de exportación e importación” Octubre 12 , 2020 en www.escambray.cu

[6] Ver “Nueva estrategia socioeconómica cubana: ¿Qué acciones impulsarán Comercio Interior y Exterior? Julio 22 del 2020 en www.cubadebate.cu

[7] “Claves de la nueva política de comercialización de productos agrícolas y otras novedades del campo” Noviembre 6 del 2020 en www.cubadebate.cu

[8] “Después de la tormenta…el país que nos debemos” Noviembre 19 2020 en www.cubadebate.cu

[9] “Interviene en la sesión plenaria, el ministro de la Agricultura Gustavo Rodríguez Rollero” Diciembre 19 del 2020 en www.granma.cu

[10] ONEI “Anuario Estadístico de Cuba 2019. Construcción e Inversiones” La Habana, 2020 en www.onei.gob.cu

[11] ONEI “Anuario Estadístico de Cuba 2019. Turismo” La Habana, 2020 en www.onei.gob.cu y “La industria hotelera del Caribe establece nuevos records” Febrero 2 del 2020 en www.expreso.info

[12] EIU “Cuba. Country Risk Service” June 2020 en www.eiu.com

[13] El EIU clasifica a Cuba como CCC, es decir una inversión de alto riesgo. La clasificación de Moody es en esencia similar con Caa2.

[14] “Decreto Ley Nº 14 De la Prenda y la Hipoteca” y “Decreto Ley Nº 15 Del Fideicomiso de Garantía” Gaceta Oficial de la República de Cuba Nº 58 Extraordinaria, 23 de octubre del 2020 en www.gacetaoficial.gob.cu

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José Luis Rodríguez
Asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). Fue Ministro de Economía de Cuba.

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