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La primera visita de Fidel a Quito

En estos días de pandemia he recordado la primera visita del Comandante Fidel Castro a Quito, invitado a la toma de posesión del Presidente de Ecuador, Rodrigo Borja, el 10 de agosto de 1988.

Aunque ya laboraba en Radio Habana Cuba desde hacía quince años, viajé a Ecuador como enviado de la televisión cubana, con la cual colaboré desde 1968, y llegué a un país que había conocido en 1960.

La amistad con el pintor ecuatoriano, quien en 1994 me honró al nombrarme Miembro de Honor de la Fundación Guayasamín, me permitió hacer con él el primero de los cuatro reportajes que envié desde Quito a la televisión cubana en los días de la visita de Fidel.

Fue una verdadera primicia para la televisión cubana la explicación brindada por el propio Guayasamín frente al gran mural elaborado por él e inaugurado en esos días en la sede del Congreso de Ecuador, en la ciudad de Quito.

El Maestro rechazó las presiones, alentadas desde la Embajada de Estados Unidos en Quito, para que eliminara del mural la imagen de la CIA, la agencia de inteligencia yanqui.

El Comandante Fidel Castro había estado 17 años antes en la ciudad portuaria de Guayaquil, en Ecuador, invitado por el Presidente José María Velasco Ibarra, pero la de 1988 era su primera visita oficial a Quito, también para despedir al Jefe de Estado saliente, León Febres Cordero, quien había visitado a Cuba en 1985.

No olvidaré nunca la noche del 12 de agosto de 1988 cuando la familia Guayasamín, y numerosos invitados, le celebraron al Comandante Fidel Castro su 62 cumpleaños.

Fidel había llegado a Quito el martes 9 de agosto, en vísperas de la toma de posesión de Rodrigo Borja, y finalizó su primera visita a Quito, la cual resultó sumamente intensa, en las primeras horas del 13 de agosto de 1988, para llegar a La Habana en horas de la tarde de ese mismo día de su cumpleaños.

El precedente establecido por Oswaldo Guayasamín, al celebrar en Quito el cumpleaños de Fidel –a quien hizo cuatro retratos en La Habana– fue el aval de la familia del Pintor de Iberoamérica para homenajear al líder histórico de la Revolución en los 70, 80 y 90 años del inolvidable Comandante cubano, amigo entrañable de Guayasamín.

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