La ancestral China es ahora el Nuevo Mundo. Como hace medio milenio, casi todos quieren llegar a “descubrirla” para conquistarla y ser conquistados, por lo cual no asombra que 106 periodistas de 51 países llegaran esta vez a la octava edición del Foro de Organizaciones de Periodistas de la Franja y la Ruta, que se desarrolló en la provincia de Jiangxi hasta el 20 de julio.
Al llegar, los colegas no semejamos marinos del ayer en carabelas de vela, sino una especie de taikonautas del mañana, porque enseguida nos dimos cuenta de que no habíamos llegado a otro país, sino a otro mundo donde nos recibió con afecto un pueblo que laboriosamente lidera la civilización del futuro.
Lo mejor es que no necesitamos escafandra de protección: al contrario, nos llenó de vida el contacto abierto con los anfitriones chinos.
La sabiduría es un tesoro acumulativo. En ella está la verdadera fortaleza. Mientras Estados Unidos atemoriza naciones enteras, mientras Rusia tiene un tenso diálogo de trincheras, mientras Europa cae en la vieja trampa del sometimiento al imperio norteamericano, mientras África se limpia las heridas de siglos bajo yugo ajeno y América Latina intenta reencontrar el rastro de sus próceres, China simplemente enamora.
No hay verbo más preciso para relatar lo que se siente cuando, tras atravesar los cielos de América, Europa y África, se llega a Beijing: enamorarse de ella. ¿Qué vimos en apenas pocos días? Que China es una cascada de buenos asombros, cada uno más vigoroso que el anterior.
Sin embargo, ella asume su grandeza con modestia: cuando se abre a otros pueblos y deja que estos “toquen” sus avances, la gran China —que hoy no es una “muralla” sino un puente tendido del cielo al mar— no parece interesada en aplastar a otros con su majestad de milenios sino a levantarlos para que encuentren el bienestar que ella ha conquistado con esfuerzo, paciencia y no pocos obstáculos exteriores.
Es el concepto de comunidad de futuro compartido que los periodistas del mundo palpamos allí en su real naturaleza y, por ello, como mediadores de diálogos entre pueblos, podemos explicar al interior de nuestras fronteras. Los periodistas somos facilitadores de abrazos y sabemos que en un país distante solo en apariencia, el Sur Global tiene un buen amigo.
Consciente de ese potencial de encuentros, China creó la Red de Periodistas de la Ruta y la Seda y mantiene el Foro para que ellos intercambien en torno al proyecto comunicacional que entraña el camino emprendido.
A la postre, los colegas que llegamos a Beijing como embajadores de otros pueblos regresamos a casa como embajadores de China.
Cualquiera de los reporteros presentes en esos días puede escribir amplias crónicas sobre el impacto que, en tecnología, innovación, producción material, patrimonio y cultura ha conseguido el país, sin embargo, este periodista que apenas lo había soñado en las noticias de otros y fríos documentales de internet prefiere insistir en su idea del inicio: el 14 de julio de 2025 —fecha ya inscrita en su historia personal— al bajar en Beijing creyó que era un simple pasajero de Air China cuando en realidad era un taikonauta cubano.
Cuba, mi país, espera mucho de China. Lo mejor de su abrazo está por venir porque ella no persigue, no sanciona, no bloquea al “prójimo” en el mapa. China no intenta someter sino compartir el tesoro de la buena convivencia.
Sin dejar su tierra, cualquier pueblo debe volar hacia el “planeta China”. El mío, por ejemplo. Bien lejos de sus paisajes, mi heroica Cuba, agobiaba por un imperio maligno —el de Estados Unidos—, sabe que alrededor de Beijing tiene un ejemplo y un sostén. Después de lo visto allí, no hay mejor misión editorial que quitarse la escafandra, saludar y multiplicarlo.
Nota: Este texto resultó seleccionado por los organizadores del Foro de Organizaciones de Periodistas de la Franja y la Ruta 2025, que contó en la provincia china de Jiangxi con 106 colegas de 51 países, para integrar el libro de conclusiones de la octava edición del encuentro internacional de colegas.
Imagen de portada: Ricardo Ronquillo, presidente de la Upec, y Enrique Milanés, de Cubaperiodistas, representaron a la organización gremial en el Foro.






