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Softbol de la Prensa, una pasión que también nos une

Hay en el periodismo, esa profesión que me adoptó recién salida de la universidad, tantas pasiones que unen al gremio del cual soy y me siento parte, sin el más mínimo ánimo de adular, y que me enamoran siempre más del arte reporteril que cada día salimos a hacer y defender, a capa y espada, contra viento y marea.

Diez años se dicen fáciles, pero constituyen el resultado de toda una simbiosis de emociones, de crecimiento profesional y personal, de transformaciones para bien y otras porque sí, porque el contexto lo impone y nosotros, por supuesto, nos crecemos.

Renunciar no está en el vocabulario de un periodista. Un periodista, hijo biológico o no, es ecuánime, investiga, aporta ideas, renueva, resiste, y aunque no siempre vence, insiste. Formar parte hoy del ejecutivo municipal de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) en Isla de la Juventud está siendo de las experiencias más bonitas, de las que nos apegan a los miembros, nos hermanan, solidarizan y aúnan por encima de cualquier diferencia.

Por ello, poder acompañar en este viaje, tras varios años lejos del terreno, a los piratas del equipo La Isla del Softbol de la Prensa en su XXI Edición, ha afianzado mucho más los lazos para con quienes aseguran en este espacio una cita en pos de fraternizar con miembros de los distintos medios y otras provincias.

De ocho equipos en competencia el nuestro ocupó el quinto lugar, no por batallar menos, sino porque las justas siempre fueron muy bien defendidas. En el campo todos eran uno, y Yoel Pozo, nuestro capitán, se encargaba de ello, ya no se trataba del periódico, la radio o la televisión, allí éramos La Isla. ¡Y se sentía tan bien!

No sabía lo fuerte que podía un periodista, diseñador, camarógrafo o fotorreportero darle con el bate a una pelota, lo buen receptor o corredor que podía ser; hasta a una mujer incluyó por vez primera el equipo de Las Tunas, Lilian Cid, quien bateó siete de sus 11 veces al bate. ¡Nuestra prensa sí que sabe dar la nota!

Pero nada como la final entre los invictos del torneo: Medios Nacionales, campeones, y Holguín, el mejor anfitrión; según los de más experiencia, la mejor de los últimos años. Ni las inclemencias del tiempo pudieron con el programa, porque sabíamos que otros propósitos nos llevaron allí, a Holguín, que abrió sus puertas con voluntad gigante para asegurar el evento aun en las duras condiciones del país.

La Unión de Ferrocarriles de Cuba nos regaló también una estancia agradable, a pesar de las más de quince horas a bordo de aquella mole de hierro; sus bellas ferromozas y amable trato hicieron de la extensa ruta una singular e inolvidable travesía. Ricardo Ronquillo, presidente nacional de la Upec, con su palabra delicada se encargó de hacerles llegar el merecido agradecimiento.

Porque así es nuestra prensa, así son nuestros periodistas, y tuve la oportunidad de ratificarlo: su grandeza humana, valía profesional y amor por Cuba. Ellos también superan muchos obstáculos y motiva verlos incluso así, entregarse apasionadamente a su misión social.

Del XXI Torneo Nacional del Softbol de la Prensa “Jorge Luis Valdés Rionda” in memoriam nos despedimos con el mismo amor y hospitalidad con que nos recibieron los holguineros: pueblo, instituciones y autoridades, quienes brindaron esa calidez que tanto emociona a los agradecidos.

Nos quedamos con las ganas de hacer más, con todas las motivaciones para mejorar el puesto en Matanzas 2025. Por esta vez, nos quedamos con la corona que mayor valor tiene, la de la hermandad que nos regala este evento y crece entre los colegas del país; aunque no falte el espíritu competitivo, esta es una victoria de todos, una pasión que también nos une.

Tomado de la edición impresa de Victoria

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