CUBAPERIODISTAS RECOMIENDA

Si convergemos, aportamos; si compartimos, beneficiamos

Es una persona afable y muy preparada. Siente pasión por Cuba y su gente: lo dice en la intimidad e igualmente en su actuación pública. Lo manifiesta a Cubaperiodistas, con “enorme placer”.

Conversamos en Beijing, la capital de la República Popular China, con la destacada reportera argentina Lidia I. Fagale, presidenta de la recién creada Plataforma de Cooperación de Periodistas de la Franja y la Ruta (BRJN) y también también secretaria general de la Unión de Periodistas de Buenos Aires (Utpba).

En su currículo figuran libros como Descolonizar la subjetividad (diálogos con la filósofa, investigadora y catedrática bonaerense Isabel Rauber), entrevistas como la titulada “Muchos de mis libros procuran contradecir la idea de que ‘esto es lo que hay’, de que cualquier intento de transformación real sería peor”, realizada a la abogada y prolífica novelista española Belén Gopegui y artículos como Los escribidores digitales: el fin del Mundo del fin y La precarización profesional.

Sostiene que sus luchas por los derechos de los trabajadores de la prensa nunca cesarán.

Lidia, para ubicarnos en este contexto asiático. Ud. describió el pasado año que los principios de la Franja y la Ruta constituyen “acciones muy osadas”.

 Sí. Nuestro mundo, infelizmente, está amenzado por el egoísmo y las pretensiones crecientes de guerra. Esa intimidación la fomentan Estados Unidos y las naciones poderosas europeas. A ella, se contraponen las ideas de Xi Jinping,  (presidente chino) que buscan eliminar los déficits de paz, gobernanza y desarrollo que sufren muchos países.

La iniciativa convoca a gobiernos, personas y organizaciones a mostrar propuestas colectivas que destronen la supremacía occidental y creen escenarios colaborativos mutuamente ventajosos, en todas las esferas de la sociedad.

Nuevos equilibrios que tendrán en cuenta las muy diferentes culturas de los pueblos, y se pondrán en función propia y del resto de nuestros contemporáneos.

Las noticias sobre la cristalización de proyectos conjuntos y las perspectivas que hoy se muestran en medios de comunicación o reuniones globales o bilaterales, son totalmente alentadoras. Se escucha que el comercio entre tal y más cual país creció. Que se invirtieron millones de dólares en proyectos sociales. Que crecen las solicitudes de patentes de China… Y hay muchos más datos.

Viento en popa, a toda vela, como dice el poema ibérico.

 Efectivamente. China, por ejemplo, tiene ya a América Latina como su segundo destino comercial y crecen las inversiones. Es socio preferente para una gran mayoría de los países del continente africano. En Asia desarrollan su concepto de interés prioritario. Hacia el Medio Oriente, tan diverso ideológica y religiosamente, van con sus equilibrios diplomáticos, y Europa, Canadá y Australia sienten tentación por la billetera china, dispuesta a mucho.

 Es decisivo que la prensa articule intereses y abra espacios contar esas historias.

 La hegemonía USA, desde que desplazó en 1872 a Gran Bretaña de su condición de primera potencia industrial (y después reafirmada financieramente tras la segunda guerra mundial) tiene tentáculos muy poderosos en la actualidad. Y los tienen también los integrantes del G7… En fin, que esos mismos conglomerados políticos y económicos son en la práctica los dueños de la información mundial, con sus manipulaciones y arbitrariedades editoriales.

A ello, y no es fácil, debemos oponernos. Esa es la esencia de la Plataforma recién fundada: articular vías para reflejar lo hermoso de nuestras naciones, sin estar condicionados al mercado, solo como vehículos para la verdad en nombre de los pueblos.

Lo logran el conglomerado de cadenas televisivas CCTV, de China, TeleSur, HispanTV. Lo logran referentes tradicionales y digitales de América y Europa, como Rebelión, La Jornada, de México, The Guardian, de Gran Bretaña, la red Voltaire, etc.

Ud. insiste en la necesidad de que los periodistas aumenten sus competencias, desde la academia u otros espacios, que extiendan su capacitación.

 Para un periodista conocer, investigar, desarrollar técnicas y pericias para contar sucesos, reflejar el entorno, es esencial. Pero para dotarse de esos instrumentos teóricos y prácticos, y emplearlos con eficacia en la comunicación, se precisa de constancia en la formación, en el aprendizaje.

Cuba tiene en La Habana el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, ya consolidado en su gestión.

“Ves, ya ahí hay una fortaleza. La ha habido siempre, porque centenares de periodistas de América Latina han pasado por sus aulas, o profesores de reconocido nivel técnico e intelectual han ido a nuestros países a impartir cursos especializados. Los periodistas han agradecido mucho esos encuentros.

“Pero también en nuestras asociaciones nacionales hay un fuerte movimiento de concreción de cursos de toda índole. Internet y sus herramientas de comunicación instantánea nos permite que esos conocimientos también lleguen a todos los colegas”.

Esa, la preparación integral del profesional, es otra misión de la Plataforma que aprobamos aquí en Beijing, para el mundo de la prensa en todos los países.

Recurre constantemente a las amplias posibilidades que ofrece ya la Plataforma de Cooperación de Periodistas de la Franja y la Ruta.

 Este foro mundial de periodistas para la concertación de ideas e iniciativas permitirá que “si cooperamos, aportamos; si compartimos, beneficiamos; estos caminos nos llevarán, por ejemplo, a establecer con fuerza aquellas aspiraciones que hace más de 40 años iluminaron la génesis de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap)”.

Tras su aceptación de la Presidencia, se extienden retos para la BRJN. ¿Cómo hacer que resulten ahora mismo las diversas ideas, motivaciones e intereses de toda la membresía de la Plataforma?

“He dicho que hay mucho simbolismo, pero también mucho trabajo por delante. Pienso en transmitir y recibir las experiencias de cada ente regional, nacional u otro, en la capacitación, el aprendizaje”.

Usted, periodista con elevado oficio, consideró en su intervención que este lanzamiento de la Plataforma aquí en Beijing es “oportuno y estratégico”. ¿Por qué?

Primero, porque los chinos son los impulsores de esta iniciativa y ellos desean que un mundo menos agresivo y más colaborativo prevalezca en todas las relaciones internacionales: las económicas, las políticas, las sociales, las profesionales.

Segundo, porque vemos con preocupación que esa pretendida unilateralidad de Occidente pueda ganar terreno en las conciencias públicas de nuestras naciones. Y debemos actuar con la verdad, con la realidad del día a día y reflejarlas en nuestros países de origen, pero también en otros. El mundo digital es perfecto para esa transmisión.

Tercero, porque podemos influir en que muchas corporaciones mediáticas no impongan las políticas  editoriales a su antojo, que mientan descaradamente, que traten de moldear la opinión ciudadana hacia su interés monopólico.

Cuarto, porque si conectamos y acrecentamos nuestros contextos en las redes sociales, tendríamos información más saludable, alejada, por ejemplo, de lo que se dijo (y se creyó mucha gente) del PT en Brasil. Falacias.

Entre paréntesis,  la derecha ha interpretado muy bien el alcance y papel de las redes sociales en sus propósitos, ya sean electorales o para influencia pública.

Ahí debemos dar batalla los que comunicamos algo. No solo los comunicadores empleados por los medios noticiosos, sino todos los que emplean Twitter, Facebook, Instagram, Messenger, WhatsApp, Snapchat…

Es demasiado recurrente que hallemos mensajes apócrifos en cualquier sitio. Es demasiado recurrente que un hacker haga de las suyas con muy malas intenciones. Y sí, se conocen las estrategias de comunicación que diseñan para entorpecerlo todo, para lograr sus deseos políticos o de otra índole.

Debemos establecer nosotros las estrategias nuestras, ser más proactivos con mensajes, insisto, de las realidades cotidianas que nos rodean, observar qué y cómo se dice en las redes sociales y emitir nuestros criterios con instantaneidad y calidad técnica.

Lidia eso es correcto. No podemos solo decir, debemos decir con conocimiento, con eficacia en los textos, los audios, los vídeos, las imágenes para diferentes sitios web, redes sociales…

Sí, YouTube es un portal en el que no puedes presentarte ya con un vídeo de baja resolución y mal audio. Hay que generar contenidos reales pero atractivos, motivadores por el contenido pero también la visualidad.

No ganamos si ponemos en el espacio limitado de Flirck una foto con baja resolución, poco distinguible. Nos obvian y lo que puede resultar beneficioso nos carcome. Hay que estudiar, hay que saber, hay que aprender a emplear estas formidables herramientas en función de nuestros mensajes.

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