COLUMNISTAS

Símbolos patrios, voluntad democrática y prensa revolucionaria

Panel 150 años de prensa mambisa, en la sede de la Upec (Foto: Fernando Medina/Cubadebate)

El 13 de marzo corrió la sangre de los jóvenes. Llevó el luto a hogares y a la Patria. Pero yo lo veo como una de fiesta de rebeldía y amor a la libertad, de patriotismo, entrega, desinterés. Fue un estallido de luz y heroísmo que permanecerá para siempre en nuestra historia.

Lo que me viene a la mente, a la hora de recrear la atmósfera en aquellos campamentos de los patriotas de nuestras guerras, es la escena de soldados, en un alto de los combates,  pensando su república en ciernes, eligiendo a sus delegados a las asambleas constituyentes, y reuniéndose en círculos para oír los editoriales, las noticias de la guerra o la Sección poética aparecidas en el Cubano Libre, o los contenidos de cualquiera de la veintena de los periódicos impresos en la manigua.

A los símbolos como la bandera de Céspedes, el Himno Nacional y otras expresiones de nuestra cultura, se unían la voluntad democrática y la prensa revolucionaria, dos componentes inseparables de la nación cubana, surgidos del pensamiento revolucionario de entonces en la lucha por la independencia de España y por la justicia social. Carlos Manuel de Céspedes, a una semana del alzamiento del 68, propuso la publicación de un periódico en armas y el director designado, José Joaquín Palma, lo nombró El Cubano Libre, que estuvo publicándose diariamente, hasta que obligados a evacuar e incendiar Bayamo, el propio Céspedes decidió sacar la imprenta de la ciudad.

Entre las dos guerras surge la gigantesca figura de José Martí, que revolucionó las formas de hacer periodismo, y aprovechó el surgimiento de la prensa de circulación masiva como resultado de los avances tecnológicos y el desarrollo industrial en Norteamérica, posibilitando que sus crónicas de estilo renovador llegaran a lugares distantes y sectores insospechados.

Eran los tiempos que Hispanoamérica, al decir de Pedro Pablo Rodríguez, se movía hacia un periodismo moderno, con evidencias muy claras en Cuba, México, Argentina y Chile. Desde Estados Unidos las Escenas Norteamericanas de Martí describían la pujante realidad de un país de impetuoso desarrollo en las esferas de la producción y la circulación mercantil, de la ciencia, la técnica y las artes, pero al mismo tiempo evidenciaba a sus lectores de la América Nuestra que ese no era el modelo a seguir dadas las profundas diferencias que caracterizaban las realidades del Norte y el Sur. Pero Cuba era su gran amor, su pasión y su sufrimiento.

Como pocos estudió las causas de las derrotas en las guerras Grande y Chiquita y vio en la división de las fuerzas independentistas el factor principal; y puso todo su talento, capacidad y espíritu de sacrificio en función de unir la nación dispersa, organizarla y lanzarla de nuevo a la manigua, y con ello detener la expansión del gigante de las siete leguas. Sabemos de las publicaciones que dirigió o para las cuales escribió, y la autoridad y el prestigio, alcanzados con ello. A la fundación, edición, impresión  y distribución de Patria se dedicó a fondo, convencido del papel de esta en el despertar de la conciencia patriótica y en el desarrollo de la guerra. En esa contienda, en agosto de 1895, vuelve a la pelea en su segunda etapa El Cubano Libre, esta vez por órdenes de Antonio Maceo, quien califica  al periódico como “un cuerpo de ejército compuesto por 2 columnas, que se bate, se bate bien diariamente por la causa de Cuba”.

El Titán de Bronce decidió instalar la imprenta en la cueva de Sao Corona, en Holguín, ahora declarada Monumento Nacional. No recuerdo otro sitio relacionado con la prensa que ostente tan alto reconocimiento histórico. En la seudorrepública, tras la intervención yanqui, la prensa mambisa, tendrá un paladín martiano en la figura de Juan Gualberto Gómez, y en paralelo otros valiosos periodistas levantarán también los ánimos ante la frustración nacional que siguió a la ocupación yanki y la vergonzosa Enmienda Platt.

La prensa  estudiantil, como Alma Mater, la obrera y marxista, la defensora de la cultura nacional, y la que dio espacio a la denuncia contra los gobiernos entreguistas, los grandes escándalos de corrupción, la injusticia social, la corrupción, el gansterismo, la demagogia, la politiquería. Cómo olvidar a Enrique de la Osa, y su sección En Cuba, Juan Manuel Márquez, Félix Elmusa, Mario Kuchilán, Luis Orlando Rodríguez, Ernesto Vera, y un grupo de caricaturistas como Chago, Nuez, Virgilio Martínez, Adigio, Horacio…

Tras el golpe de Estado de Batista, la censura y la represión, en 1953 hay un regreso a Martí en el año de su centenario. La prédica humanista del Apóstol se torna subversiva: hay un reflejo en las publicaciones que resisten y denuncian la inconstitucionalidad del régimen. El ataque al Cuartel Moncada, los asesinatos a los jóvenes revolucionarios, el juicio y prisión de los asaltantes, la publicación de La Historia me absolverá, la prisión, amnistía y el exilio de los asaltantes encontrarán espacios que los revolucionarios lograrán aprovechar para dar a conocer sus ideas y denuncias del régimen batistiano. Tras el desembarco del Granma y la agudización de la lucha revolucionaria en la Sierra y en el llano surgen nuevas publicaciones clandestinas, Sierra Maestra, Revolución y el Boletín 13 de marzo, que se  suman a las ya existentes Alma Mater, Mella y Carta Semanal, que sustituyó al periódico Hoy, clausurado por el régimen el mismo 26 de julio de 1953.

La tercera y última etapa de El Cubano Libre se inició en el Campamento de El Hombrito, en la Sierra Maestra, cuando el Che comenzó su publicación en octubre de 1957. Otros órganos impresos en los diferentes frentes guerrilleros fueron Surco, Patria y Milicianos. En las prisiones de El Príncipe e Isla de Pinos también circularon boletines redactados por los revolucionarios presos. La radio también tuvo una gran significación como vehículo para hacer llegar al pueblo la verdad de la Revolución y contrarrestar la censura y las mentiras de la tiranía.

El 24 de febrero de 1958, con las notas del Himno Invasor salió al aire Radio Rebelde desde un cuartico que tenía el Che entre la Pata de la Mesa y Altos de Conrado y donde imprimía también El Cubano Libre. Todos conocemos la historia de Radio Rebelde, que en días recientes hemos recordado en su 60 aniversario. Al desempeño de las varias emisoras guerrilleras y clandestinas hay que agregar la alocución radial en La Habana, hecha por el movimiento clandestino en La Habana, llamando a la huelga el 9 de abril de 1958.

Fue desde Radio Rebelde que el periodista ecuatoriano, Carlos Bastidas, habló por sus micrófonos antes de bajar al llano y ser asesinado en la capital, para convertirse en el último periodista asesinado en Cuba por ejercer su oficio;  el 13 de mayo próximo hará 60 años de aquel acontecimiento. Encadenadas las emisoras nacionales,  Cuba escuchó por Radio Rebelde la denuncia del Comandante en Jefe sobre el golpe traicionero en La Habana el primero de enero de 1959 y su llamado a la huelga general revolucionaria, que hicieron fracasar los intentos de escamotear la victoria del Ejército Rebelde y consolidaron el triunfo de la Revolución.

Muchos periodistas, cubanos y extranjeros, subieron a la Sierra para reportar los acontecimientos revolucionarios en esas montañas y para entrevistar al joven líder guerrillero Fidel Castro, de las trascendentales declaraciones a Guayo y Agustín Allés, hace 60 años en estos días, se evidencia la seriedad del compromiso hecho con su pueblo: “No me iré de la Sierra Maestra sin antes cumplir con lo ofrecido a los campesinos. Estimo que esta es la población más sacrificada en la guerra y la más olvidada siempre. En este caso queremos que sea la primera en el recuerdo y en la gratitud de la nación…. “Cuando termine la lucha armada vendrá entonces una lucha más heroica, más anónima y más abnegada que la campaña militar. No será una lucha de soldados, sino de maestros, de médicos, de ingenieros, de honrados y activos abanderados de la civilidad, la cultura y el progreso…”. Cuando esa contienda terminó, la nueva prensa mambisa, con la Revolución victoriosa en el Poder, inició otra etapa, abrazada esta vez a la causa de todo un pueblo, con Fidel al frente, enfrentada a desafíos colosales y cotidianos.

Palabras en el Panel “150 años de prensa mambisa en Cuba”, celebrado en la Casa de la Prensa, el 13 de marzo de 2018

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Tubal Páez Hernández
Periodista cubano. Presidente de Honor de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC).

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