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XI Congreso: Radio Minas y el yacimiento de la verdad

Con apenas tres reporteros, solo seis horas al aire por día y un trasmisor de baja potencia que, en contubernio con las lomas, limita en el sur el alcance del mensaje, la delegación de la UPEC en Radio Minas —que incluye a colegas de la corresponsalía de la televisora provincial— parece concentrada en ahondar la cobertura del periodismo que pueda conseguir, para las audiencias, la potencia de su gente.

Se creen cosas, y ese es el primer paso para avanzar en esta profesión que, golpeada aquí por la economía y «desde el más allá» por la guerra que ya sabemos, exige ser asumida como un acto de fe. En la Cuba de hoy, todo buen periodista tiene ser devoto creyente.

De modo que en salón pequeño, reunidos como familia en torno a una mesa que pudiera asumirse cual cáscara de nuez, su colectivo validó la idea del presidente nacional de la UPEC, Ricardo Ronquillo Bello, de querer abrazar a cada núcleo de colegas cubanos, por lejos que estén de las urbes, y decirles su ya célebre frase de que todos merecen un monumento. Pues, bueno, a los de la emisora de Minas de Matahambre, en Pinar del Río, tocaría el pecho, un brazo o quién sabe qué otra parte del coraje de la estatua.

A inicios de la asamblea XI Congreso de la UPEC de base, Félix Témerez, el presidente provincial, hizo para la visita la mejor presentación: «Aquí quedan los de siempre, los que integran este colectivo pequeño de tanta calidad humana y disposición para trabajar».

El retrato se ajusta, pero los de siempre quieren ser más, así que la primera preocupación de Enrique Cruz Lledías, el director de la emisora, es la captación, de alguna manera, de profesionales de ramas afines al periodismo que puedan engrosar la plantilla y, con ello, propiciar la mejor distribución del trabajo y la concentración que abran más camino a la calidad.

No obstante, Cruz Lledías, procedente él mismo del sector de la educación, ha constatado que el periodismo exige talento, una cultura que no se adquiere en poco tiempo y verticalidad a prueba de redes como para no rendirse ante presiones y ataques en la web.

Por todo ello, es justo el reconocimiento al trabajo colectivo en el período del balance 2018-2022, como dijo Yaumara Abreu, la directora del noticiero, pero ella es consciente de que han decaído la variedad de géneros periodísticos —casi todos los presentes demandaron acciones al respecto— y la participación en cursos y eventos que suban, con la varilla profesional, la altura de los públicos.

Tales ejercicios de superación incluyen el diplomado organizado por la UPEC provincial y las acciones del Instituto Internacional de Periodismo José Martí —muy valorado, especialmente desde las provincias, como «catedral» suprema de nuestro gremio—, pero parten, como demandó la editora Yudith Ramos, del rescate de algo tan sencillo como el día de la técnica, espacio de intercambio profesional en la propia delegación.

En una intervención que merecería, por sí sola, el accidentado viaje desde Pinar del Río, Yudith defendió la importancia de que los directores de programas sientan la necesidad de que su trabajo esté, también, en redes sociales, un espacio donde, por cierto, la editora ha tenido que pelear: «Estudian hasta nuestra vida, para atacarnos; saben que los periodistas somos la primera trinchera. Aún nos falta combate, inmediatez, unidad… porque dejar solo en las redes a un compañero asediado es como abandonarlo en la guerra», dijo.

Nos atacan porque, además de informar, los periodistas defendemos la actualización de la noticia más justa de Cuba: la Revolución. Juan Cabana, reportero y presidente ratificado de la delegación de base, afirmó que, pequeño y todo, con su trabajo el colectivo ayuda a las autoridades locales a ubicar problemas que preocupan a la población.

Es parte del rol de estas emisoras. El presidente nacional de la UPEC comentó que, mientras más se expande internet, estos medios locales, familiares, alcanzan mayor autoridad y audiencia: «Lo que hagamos para que multipliquen su prestigio será una ayuda a la comunicación en Cuba. La principal herramienta que tenemos para ello es transparentar el funcionamiento de las instituciones públicas», les dijo Ronquillo.

La prensa debe elevar el abordaje de las preocupaciones ciudadanas en el proceso de rendición de cuenta en los barrios y generar en redes espacios para reflejarlo desde nuestra posición, llamó a estos mineros el presidente nacional de la UPEC, quien invitó además a incluir en nuestros espacios virtuales a talentos locales ajenos al periodismo, incluso con proyectos financiados desde los medios.

Como antes en el municipio de Sandino, en Minas de Matahambre caló la idea de evolucionar a una futura radiotelevisora que multiplique la fortaleza de un personal dividido, a pesar de ser escaso en uno y otro lado. Con ello, crecerán el menú y la calidad de los productos comunitativos en diversos soportes y les ganaremos a las redes, además de la competencia del rigor —que es pan comido— la de las audiencias, que es pan en fuga.

Ronquillo ofreció una amplia explicación de la transformación de la prensa avalada por la dirección del país que incluye, entre otros pasos, una Ley de Comunicación que será sometida a discusión en pocos días en la Asamblea Nacional, el experimento para el cambio en los modelos de gestión editorial y económica de los medios, la apertura a mecanismos de ingreso adicionales al presupuesto del Estado —dirigidos a mejorar la situación de la entidad y la calidad de vida los periodistas—, la mejora en la infraestructura general y la conectividad, la estimulación financiera de la colaboración y la contratación de profesionales de origen múltiple, así como la apertura de un Fondo de Fomento de la Prensa Cubana para respaldar proyectos dignos de hallar la luz.

De modo que —como acordaron rápidamente— la principal tarea del plan de acción de la delegación para la etapa que inicia es construir, entre todos, su proyecto de transformación. El progreso que vendría, acotó el presidente provincial de la UPEC, sería el mejor atractivo para captar la fuerza de necesitan.

Modesto, como la gente de su emisora, el primer secretario del Partido Comunista en el municipio, Yoniet González, admitió que las autoridades no serían allí lo que son sin el trabajo de los medios. «Ellos dan fuerza y energía», afirmaba el secretario mientras los colegas de la delegación: hijos, nietos, hermanos o hasta padres y madres de los parteros que sacarán más tesoros a su tierra, se veían dispuestos a secundarlos. ¿Cómo?: cavando hondo en el firme yacimiento de nuestro periodismo.

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Enrique Milanés León
Forma partede la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

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