PERIODISMO PATRIMONIAL E HISTÓRICO

El ICAIC celebra su 61 aniversario

Una de las instituciones culturales de Cuba de mayor prestigio cultural y artístico es el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica, ICAIC, creado el 24 de marzo de 1959, por la Ley número 169 del Gobierno Revolucionario. Tuvo como presidente fundador al destacado intelectual Alfredo Guevara

La mencionada ley en su artículo primero resume que la finalidad de “organizar, establecer y desarrollar la Industria Cinematográfica, atiende a criterios artísticos enmarcados en la tradición cultural cubana, y en los fines de la Revolución…”.

En sus 61 años de fundada la industria cinematográfica nacional atesora una importante producción de largometrajes, documentales y animados, mientras tiene a su cargo la Cinemateca de Cuba, los Archivos Fílmicos, festivales de cine, la promoción y distribución, dentro y fuera del país, del cine cubano. Además, de haber favorecido otras expresiones artísticas con éxito como la cartelística y la música.

Desde los inicios el ICAIC respaldó la formación y consolidación de cineastas y profesionales; de ahí, el surgimiento de figuras de gran relevancia como Tomás Gutiérrez Alea (Titón), Humberto Solás, y Santiago Álvarez, entre otros.

Precisamente, a Santiago Álvarez se le debe la extraordinaria impronta del Noticiero ICAIC Latinoamericano, 1960, con una frecuencia semanal de 10 min de duración, con el propósito de ser exhibido antes de la película de estreno de la semana. Este noticiero sentó pautas trascendentales en el periodismo continental.

También en 1960 fue creada la Cinemateca de Cuba que, además de las labores propias, asumió la protección del patrimonio fílmico nacional  y extranjero existente en el país. Ese año salió a luz editorial la Revista Cine Cubano, actualmente activa.

Mediante el sistema de Unidades Móviles, el ICAIC llevó el cine a los lugares más intricados y distantes. Los equipos de proyección fueron trasladados en camiones, arrías de mulo y lanchas hasta los pueblos, caseríos y cayos, donde la mayoría de ese público vio una película por primera vez, y de manera gratuita. Este hecho inspiró al cineasta Octavio Cortázar, en 1967, a realizar el documental Por primera vez.

A finales de la llamada década de oro del cine cubano, se fundó, en 1969, el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC, bajo la dirección del prestigioso compositor e intérprete Leo Brouwer.  El objetivo fue crear música para las producciones nacionales, fundamentalmente para el documental. El Grupo estuvo integrado por Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Eduardo Ramos y Sara González, quienes después se convirtieron en los máximos exponentes de la Nueva Trova cubana.

En 1979 fue creado el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, considerado el evento de cine más importante que se realiza en América Latina, al abrir el debate sobre problemas teóricos y polémicos en el ámbito de la cinematografía regional.

Por otra parte, la historia de los Estudios de Animación del ICAIC está matizada de éxitos que avalan sus múltiples premios. Sus películas fundacionales mostraron, en particular, riqueza estética. Así en los años setenta fue creado el personaje, ícono de la animación, Elpidio Valdés, por Juan Padrón, que hoy sigue en el gusto del público infantil.

En la década del 80, Julio García Espinosa fue nombrado presidente del ICAIC. Fue un período que dio inicio a las producciones fílmicas con el predominio, como género, de la comedia, también de la vuelta al cine histórico, con filmes como Cecilia, 1981, de Humberto Solás, y Clandestinos, 1987, de Fernando Pérez.

Fue fundada entonces la Sección de Cine de la Asociación Hermanos Saíz, y en 1987 la Escuela Internacional de Cine y Televisión; al año siguiente se inauguró la Facultad de Cine del Instituto Superior de Arte, para apoyar la formación de profesionales de cine.

A partir de la década del 90, la crisis económica agudizada por la caída del campo socialista hizo decrecer la producción cinematográfica. Para afrontar la escasez de recursos se asumieron coproducciones y se prestaron servicios técnicos a producciones extranjeras que aportarían al ICAIC un beneficio económico.  De esta etapa son los éxitos de las cintas Fresa y Chocolate, 1993, de Titón, y La vida es silbar, 1998, de Fernando Pérez, además se realizaron largometrajes de ficción.

Por otra parte, la llegada de la tecnología digital al cine simplificó y abarató los costos de producción. Se revitaliza en cierta medida la producción nacional de películas. La primera cinta filmada en Cuba con tecnología digital fue el largometraje de ficción Miel para Ochún, de Humberto Solás.

En el año 2000 con el propósito de estimular la reflexión alrededor de la obra audiovisual de los jóvenes y favorecer su exhibición, surge la Muestra Joven ICAIC. Mientras otros dos eventos cinematográficos, alcanzaban notoriedad nacional e internacional, el Festival Internacional de Documentales Santiago Álvarez in memoriam y el Festival Internacional de Cine Pobre, fundado y presidido hasta su muerte por Humberto Solás.

La producción del ICAIC en el 2010 comprendió ocho largometrajes de ficción, nueve documentales y cuatro cortos y mediometrajes de ficción. Asimismo, fue puesta en marcha la producción de un cine de ficción, documental y animación, al tiempo que se dedicaron grandes esfuerzos a exhibir obras de la cinematografía internacional con el objetivo de elevar los referentes culturales de espectadores y cinéfilos.

Este breve recuento sobre el desarrollo del ICAIC, en el 61 aniversario de su fundación, advierte sus esenciales aportes a la cultura cubana, al enriquecer el movimiento cultural y artístico que trascendió el ámbito nacional. Algunos de sus filmes considerados clásicos de la cinematografía latinoamericana han sido premiados en numerosos festivales internacionales y constituyen objeto de estudio en diferentes partes del mundo. El ICAIC continúa realizando filmes y concibiendo guiones, como resultado de su capacidad para asumir los retos actuales y los nuevos presupuestos económicos y artísticos.

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Angela Oramas Camero
Licenciada en Periodismo por la Universidad de La Habana. Es vicepresidenta de la filial de prensa de la Unión de Historiadores de Cuba (UNHIC) y vicepresidenta del Club Martiano de prensa “Gonzalo de Quesada”
https://www.cubaperiodistas.cu

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