IDIOMA ESPAÑOL

Español a lo cubano

Como todos sabemos, la lengua española fue traída por los conquistadores e impuesta en nuestras naciones a sangre y fuego. En los países de América Latina continental se lucha por el rescate de las diversas lenguas autóctonas, muchas de ellas en peligro de extinción; sin embargo, en nuestra tierra no quedaron rastros significativos de las lenguas aborígenes, de modo que nos toca cuidar la variante cubana del español.idioma

Resulta increíble que tantas personas, incluso cultas, desconozcan  o subvaloren esa variante cubana, nuestro español; que tantos universitarios y profesionales continúen pensando que si una palabra no está en los diccionarios, no existe, desconociendo el hecho simplísimo de que ningún diccionario puede contenerlo todo y que las palabras ingresan a los diccionarios, y muy especialmente a los diccionarios académicos, cuando han sido santificadas por el uso.

Nadie puede imaginar lo común que resulta criticar el uso que del español hacen algunos sin detenerse ni por un instante a valorar el propio nivel de actualización y dominio de la lengua. Hoy, los cubanos hablamos ni mejor ni peor que el resto de los hispanohablantes. Eso sí, la calidad de nuestra expresión está en dependencia no solo de nuestra instrucción, también de nuestra educación. Por tanto, entre nosotros hay quienes hablan muy bien y quienes hacen uso de un lenguaje sumamente vulgar; como también los hay que se han quedado atrás.

Es cierto que no siempre tenemos a nuestro alcance los documentos rectores y, por decirlo de algún modo, se ha producido una verdadera revolución en la lengua a partir de la publicación del Diccionario panhispánico de la lengua española (2005), de las nuevas OrtografíaGramática (2010), y de la última versión del Diccionario de la Real Academia Español (DRAE) (2014), ninguno de los cuales se ha distribuido o comercializado en Cuba, por lo que solo existen en el país contadísimos ejemplares en algunas instituciones especializadas o en manos de particulares que los han conseguido por sus medios.

En lo particular, me considero dichosa, pues cuento con una versión digital de la Ortografía y la Gramática, no así de los diccionarios, que consulto a través de internet, opción que si bien no tiene una total apertura, para quienes laboramos en los diferentes medios de prensa no constituye un problema y quien quiere actualizarse lo hace, porque vías existen.

Aunque parezca increíble, no siempre se tiene claro que no tenemos que asumir como modelo el español que se habla en España. Recuerdo que en cierta ocasión, iba a editar un tabloide de Universidad para Todos y noté que se reiteraba el uso del término desertización. Cuando conversé con el autor, le pregunté por qué desertización y no desertificación, como decimos todos; me respondió que era el vocablo que aparecía en el DRAE; por suerte pude convencerlo y determinamos emplear en el tabloide la que correspondía a la variante cubana: desertificación. No mucho después el término en cuestión fue incorporado al léxico académico.

En otra oportunidad, un escritor me insistió en usar liderar —todos en Cuba decimos liderear. En mi búsqueda de otras fuentes que pudieran contribuir a esclarecer la cuestión, descubrí que en el Léxico Mayor de Cuba, de la autoría de Esteban Rodríguez Herrera, aparecía liderear. Este texto fue publicado en el año 1959 y está considerado hasta hoy el más completo estudio publicado del uso del español en Cuba; aunque vale la pena aclarar que existe otro estudio, de la autoría de las lexicógrafas Gisela Cárdenas y Antonia María Tristá (ambas fallecidas), que no ha podido ser publicado en nuestro país.

Para seguir la historia de liderear, palabra con la que vengo luchando desde hace muchos años, les cuento que ya aparece en el DRAE. No obstante, un muy docto y respetado profesor me dijo que “no la usaba, porque le sonaba vulgar” y una sapiente profesora e investigadora me afirmó que “por algo estaba primero en el diccionario liderar y después liderear”. ¡Claro!, porque están en orden alfabético. De más está decir que, entre nuestros colegas de los diferentes medios de prensa, mucho se escucha y se lee liderar.

Es humano aferrarse a lo que sabemos; pero no debemos olvidar que las palabras reflejan nuestro modo de ser, nuestra idiosincrasia. A los trabajadores de la prensa y las comunicaciones, nos toca la primera trinchera en la defensa de nuestra lengua materna: hablemos, pues, un español a lo cubano.

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María Luisa García Moreno
Profesora de Español e Historia, Licenciada en Lengua y Literatura hispánicas. Periodista, editora y escritora.

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