FOTOCRÓNICAS

El alzamiento de la Chambelona

Los Generales José Miguel Gómez (a la izquierda) y Mario García Menocal (a la derecha).
Los Generales José Miguel Gómez (a la izquierda) y Mario García Menocal (a la derecha).

Hace un siglo, en el mes de febrero de 1917, José Miguel Gómez, Mayor General del Ejército Libertador, segundo presidente de la República de Cuba y líder del Partido Liberal se alzó contra el también General mambí Mario García Menocal, quien en ese momento era el Presidente y usó el fraude y todos los recursos y privilegios de su alta jerarquía para reelegirse, arrebatándole el triunfo al candidato de los liberales, Dr. Alfredo Zayas.

La historia comenzó a principios de 1916. Los dos partidos principales se preparaban para los comicios. El Partido Liberal, con la anuencia del General Gómez, decidió presentar como candidato al Dr. Alfredo Zayas, mientras que los conservadores optaron por reelegir al General Menocal. El vencedor ocuparía la presidencia desde 1917 hasta 1921

La campaña electoral fue muy intensa. Los candidatos de uno y otro bando recorrieron la isla en tren o a caballo visitando ciudades y pueblos, asistiendo a banquetes y homenajes, pronunciando largos y fogosos discursos, posando ante las cámaras fotográficas con sus seguidores y obsequiando abanicos de cartón impresos con sus rostros risueños.

Las fuerzas del General Gómez entrando en uno de los pueblos de Camagüey al ritmo de La Chambelona con banderas y retratos
Las fuerzas del General Gómez entrando en uno de los pueblos de Camagüey al ritmo de La Chambelona con banderas y retratos

Los liberales, además, llevaban a todas partes a un conjunto dirigido por el popular músico Rigoberto Leyva que tocaba “La Chambelona”, una conga popular que arrebataba lo mismo a los bailadores que a los que disfrutaban de sus picantes versos que terminaban con el estribillo ¡Aé, aé, aé La Chambelona!  y que casi siempre sacaban de sus casillas a los conservadores e inclusive al propio Menocal,  por estrofas como esta:

¡Aé, aé, aé La Chambelona!

Menocal para Chaparra,

Marianita pa’ la zona.

¡Aé, aé, aé La Chambelona!

 “Chaparra” era el central azucarero que Menocal administraba antes de ser presidente, “Marianita” era su esposa y “la zona” el lugar donde radicaban los burdeles.

Según Fernando Ortiz, la música de La Chambelona proviene de una vieja tonadilla española que se popularizó con ritmo de conga en Chambas, de ahí su nombre. Rigoberto Leyva era liberal y con versos de su inspiración le cantó la tonadilla al General Gómez, a éste le gustó muchísimo y la convirtió en el himno del Partido.

Para competir con los versos de La Chambelona, los conservadores crearon una rumbita que terminaba con este estribillo:

Tumba la caña, anda ligero,

Mira que viene el Mayoral

Sonando el cuero.

Menocal era conocido como el “Mayoral de Chaparra” y esta estrofa era una advertencia de su mano dura.

El 1 de noviembre de 1916 se celebraron las elecciones generales. El día 2 los partes electorales que emitieron los colegios daban por segura y con amplio margen la victoria de Zayas. Incluso el coronel Aurelio Hevia, secretario de Gobernación de Menocal, afirmó este día: “los liberales no han ganado más provincias, porque no las hay”.  Pero Menocal no estaba dispuesto a aceptar la derrota y esa misma noche, cuando trasladaban las urnas de los colegios a la Junta Central para verificar y certificar los resultados de los votos, sus partidarios cambiaron las boletas, intimidaron a funcionarios electorales y desaparecieron los partes originales que habían dado el triunfo a Zayas.

Soldados del Ejército leales a Menocal
Soldados del gobierno de Menocal atrincherados en Santa Clara

Cuando se hizo oficial la amañada reelección de Menocal el escándalo fue enorme. Los liberales impugnaron inmediatamente los resultados electorales y el Tribunal Supremo, al comprobar el fraude en la mayoría de los colegios de Las Villas y Oriente, ordenó celebrar nuevas elecciones en esas provincias en la segunda quincena de febrero, territorios que eran fundamentalmente miguelistas.

Y comenzó de nuevo la campaña electoral en esas provincias orientales con un marcado odio entre miguelistas y menocalistas. Como era costumbre, los liberales llevaban a sus músicos para animar los mítines al compás de la Chambelona. Por lo regular, después de los discursos los cantantes improvisaban versos ensalzando a sus candidatos y atacando a los contrarios; por supuesto, si había algún grupo rival oyéndolos se producían broncas brutales y sangrientas.  El 14 de noviembre, el presidente Menocal prohibió tocar la Chambelona en toda Cuba, pero en los lugares de predominio miguelista no había autoridad que se atreviera a cumplir su orden.

La campaña continuó desarrollándose con mucha tensión. En enero llegó a oídos de José Miguel Gómez que los menocalistas armaban a sus partidarios y les entregaban dinero para que, bajo compra o amenaza, aseguraran a Menocal una desbordante mayoría de votos. El indignado general Gómez desenfundó el machete mambí y señaló a los liberales el camino de la rebelión.

El diario gubernamental La Discusión dio una amplia información de los sucesos de la Chambelona. Arriba muestra la foto del General Gómez en el Castillo del Principe cuando iba a prestar declaración. Al centro el titular anuncia “El gobierno de los Estados Unidos ayuda aplastar el brote convusivo” y el de abajo “Se acabó la convulsión en Oriente” El periódico El Heraldo de Cuba  órgano de los liberales fue clausurado al producirse el levantamiento.
El diario gubernamental La Discusión dio una amplia información de los sucesos de la Chambelona. Arriba muestra la foto del General Gómez en el Castillo del Principe cuando iba a prestar declaración. Al centro el titular anuncia “El gobierno de los Estados Unidos ayuda aplastar el brote convusivo” y el de abajo “Se acabó la convulsión en Oriente” El periódico El Heraldo de Cuba órgano de los liberales fue clausurado al producirse el levantamiento.

El estado mayor de José Miguel concibió un plan para secuestrar al presidente Menocal y tomar el campamento militar de Columbia, mientras que las fuerzas del Ejército leales a Gómez ocuparían los cuarteles provinciales de Santa Clara, Camagüey y Oriente. El candidato presidencial de los liberales, Alfredo Zayas, no quiso participar en el levantamiento y se refugió en su finca Cambute, situada en Palatino.

El 9 de febrero de 1917 fue el día señalado para la insurrección y aunque las acciones previstas en La Habana fallaron, el Ejército leal al General Gómez tomó los cuarteles de Santa Clara y Camagüey y el 13 de febrero al regimiento de Santiago de Cuba, controlando así las capitales de esas provincias. Todo había sido demasiado fácil y la alegría de los liberales reinaba en el oriente del país.

La Chambelona se cantaba y bailoteaba en los campamentos, en las calles y hasta algunos gacetilleros vieron al mismísimo General Gómez “arrollando” en el parque central del pueblo de Majagua, lugar donde se estaban concentrando sus fuerzas para avanzar hacia La Habana.

Sin embargo el exceso de confianza que tenía Gómez en la victoria no le permitió aquilatar bien la considerable fuerza militar equipada con modernas armas que tenía Menocal en la capital y que éste desplazó rápidamente a las zonas orientales en conflicto. Por si fuera poco los Estados Unidos que habían entrado en la primera guerra mundial, no querían revueltas en Cuba y le brindaron su ayuda al Presidente Menocal y declararon que no reconocerían a ningún gobierno producto de una insurrección. Y vino el gran revés para el General José Miguel.

El 24 de febrero, el ejército menocalista desembarcó en Manzanillo y ocupó esa ciudad y la de Bayamo. Después caería Santiago de Cuba. Oriente quedó bajo el control del gobierno y dos días después se subordinaba también Camagüey.

Foto 5 Uno de los grupos que tocaba La Chambelona durante los suceos de 1917.
Uno de los grupos musicales que acompañaban a liberales para cantar la Chambelona durante la campaña electoral

El General José Miguel había salido de Majagua y el 7 de marzo, en la zona de Caicage próxima a la ciudad de Santa Clara, se enfrentó a las tropas leales al gobierno al mando del coronel Rosendo Collazo, que estaban equipadas con ametralladoras. A duras penas Gómez, su hijo Miguel Mariano, la escolta y parte del Estado Mayor pudieron refugiarse en las lomas, dejando atrás a más de un centenar de sus soldados muertos en la batalla. Al día siguiente fueron cercados, apresados y trasladados a La Habana donde fueron internados en las galeras del Castillo del Príncipe. La rebelión del General José Miguel Gómez había concluido, aunque otros jefes liberales estuvieron dando batalla unos meses más hasta que agotadas sus fuerzas, sin pertrechos y sin nadie que los ayudara, depusieron las armas.

El 20 de mayo de 1917 el Mayor General Mario García Menocal tomaba posesión de nuevo como presidente de la República. El 18 de marzo de 1918 fueron amnistiados el General José Miguel Gómez y todos los que participaron en el alzamiento que ha quedado registrado en la historia con el nombre de La Chambelona.

Terminada la guerra, la Chambelona continúo reinando durante varias décadas en las fiestas de los cubanos y de varios países hermanos con versos pacíficos, divertidos, pegajosos y populares.

Fuentes:

  • Cano Vázquez: “La revolución de La Chambelona”. Revista Bohemia, julio 3 de 1953 pp. 82-84 y 188
  • Historia de Cuba. Editorial Pueblo y Educación, La Habana. 1977. Tomo  III.
  • Diarios La Discusión de febrero y marzo de 1917

Agradecimiento:

  • A la Lic. Mabiel Hidalgo Martínez por su valiosa colaboración.
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Jorge Oller Oller
Fotógrafo, reportero gráfico. Fundador de la Unión de Periodistas de Cuba y del Periódico Granma. Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la Vida. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

2 thoughts on “El alzamiento de la Chambelona

  1. LAS POLÉMICAS ELECCIONES DE LIBERALES Y CONSERVADORES EN EL EX-MUNICIPIO DE ZULUETA, LAS VILLAS, CUBA, QUE PROVOCARON LA REVOLUCIÓN DE LA CHAMBELONA EN FEBRERO DE 1917 EN CUBA.

    Hace 102 años ya y vamos para 103, en el mes de febrero de 1917, José Miguel Gómez, Mayor General del Ejército Libertador, segundo presidente de la República de Cuba y líder del Partido Liberal se alzó contra el también General mambí Mario García Menocal, quien en ese momento era el Presidente del país y usó el fraude y todos los recursos y privilegios de su alta jerarquía para reelegirse, arrebatándole el triunfo al candidato de los liberales, Dr. Alfredo Zayas.

    Esta historia comenzó a principios de 1916.

    Los dos partidos principales se preparaban para los comicios.

    El Partido Liberal, con el apoyo del General Gómez, decidió presentar al Dr. Alfredo Zayas, mientras que los conservadores optaron por reelegir al General Menocal.

    El vencedor ocuparía la presidencia desde 1917 hasta 1921

    Pero esto que ahora les contaré es un estudio que he hecho sobre lo sucedido en nuestro amado pueblo de Zulueta, la cual es una historia muy ignorada en el resto del país y entre muchos por la mayoría de mis coterráneos Zulueteños, sobre el papel que jugó, nuestra localidad, en los hechos de esas elecciones.

    Esta historia, solamente, ha sido contada por la prensa local y algunos libros de historia locales de la época, los cuales están empolvados en el olvido.

    Debemos comenzar diciendo que tan solo a 5 años de comenzar el siglo XX, precisamente, en el mes de mayo de 1905, fue formado el Partido Liberal en nuestra nación cubana.

    El propósito de su formación fue formar una COALICIÓN de fuerzas para oponerse a la “BRAVA” reeleccionista del partido Conservador del presidente Estrada Palma.

    Alfredo Zayas y José Miguel Gómez formaron esa COALICIÓN, como sus fundadores y máximos dirigentes a nivel nacional.

    Pero su COALICIÓN y CANDIDATURA LIBERAL resultó mañosamente derrotada y un colegio electoral ubicado en nuestro pueblo de Zulueta, fue el que detonó un triste conflicto en aquellas fraudulentas elecciones.

    Este conflicto, provocado por el fraude electoral del partido conservador, en contra de los liberales, quienes habían ganado los comicios a la presidencia, trajo como consecuencia una pequeña revolución.

    Esta se decretó como lo afirmara Zayas, ya que los liberales, acaudillados por José Miguel Gómez, se alzaron en armas, en la llamada revolución de “LA CHAMBELONA” contra el gobierno conservador de Mario García Menocal en febrero de 1917.

    Este nombre de “LA CHAMBELONA” fue puesto debido al himno de los liberales, creado en el vecino municipio de Zulueta llamado Camajuaní, por Rigoberto Leiva.

    Esta música recorrío el país entero desde el cabo de San Antonio hasta la punta de Maisí, inflamando los ánimos de la oposición liberal.

    La campaña electoral aquella fue muy intensa.

    Los candidatos de uno y otro bando recorrieron la isla entera ya fuera en tren o a caballo visitando ciudades y pueblos, asistiendo a banquetes y homenajes, pronunciando largos y fogosos discursos, posando ante las cámaras fotográficas con sus seguidores y obsequiando abanicos de cartón impresos con sus rostros risueños.

    Los liberales, además, llevaban a todas partes a un conjunto dirigido por el popular músico Rigoberto Leyva que tocaba “LA CHAMBELONA”, que era una conga popular, al estilo de los pueblos parranderos del norte de Las Villas ya que él era natural de Camajuani.

    Este ritmo de Conga arrebataba lo mismo a los bailadores que a los que disfrutaban de sus picantes versos que terminaban con el estribillo, que se conocen la mayoría de los cubanos todavía.

    “¡AÉ, AÉ, AÉ LA CHAMBELONA!”

    Estos casi siempre sacaban de sus casillas a los conservadores e inclusive al propio Menocal, por estrofas como esta:

    “¡Aé, aé, aé La Chambelona!

    Menocal para Chaparra,

    Marianita pa’ la zona.

    ¡Aé, aé, aé La Chambelona!”

    “CHAPARRA” era el central azucarero que Menocal administraba antes de ser presidente, del país y “MARIANITA”, era su esposa y “LA ZONA” el lugar donde radicaban los BURDELES.

    Según, el escritor Fernando Ortiz, la música de LA CHAMBELONA proviene de una vieja tonadilla española que se popularizó con ritmo de conga en CHAMBAS, de ahí su nombre.

    Rigoberto Leyva era liberal y con versos de su inspiración le cantó la tonadilla al General Gómez, a este le gustó muchísimo y la convirtió en el himno del Partido.

    Pero para poder comprender cómo se encendió esta chispa necesito hacer un poco de la historia que trajo como consecuencia estos eventos a principios del siglo XX en Cuba.

    El partido liberal surgió en mi pueblo de Zulueta, en la misma fecha del año 1905, en que fuera fundado a nivel nacional este Partido Liberal.

    Cuando aquello Zulueta era un poblado y estaba a tan solo 5 años de convertirse en municipio de la región de Las Villas, en el año 1910.

    José Ortiz Carrillo, fue el fundador del partido liberal en Zulueta y quien llegó a ser el primer alcalde municipal del poblado en 1910.

    El detonante de aquella crisis fue el asesinato de Enrique Villuendas, el 22 de septiembre del mismo año 1905 a manos del jefe de la policía de Cienfuegos, en un acto de provocación.

    Enrique Villuendas, era un importante dirigente del liberal oposicionista en la región villareña.

    A esto le continuó el incendio de la vecindad Zulueteña de Vueltas.

    Mario García Menocal, en 1916 era el candidato que se estaba reeligiendo para la presidencia por el partido Conservador y como vicepresidente Emilio Núñez.

    Por el partido Liberal estaban Alfredo Zayas Alfonso como como presidente y Carlos Mendieta, como su vice.

    Pero ya había un precedente fraudulento anterior en otros comicios electorales, ya que en numerosas localidades del país habían votado más ciudadanos que en los que en realidad tenía el derecho electoral.

    Esas elecciones no fueron la excepción, ya que votaron mucho más electores que los que aparecieron, tres años después, en el censo de 1919.

    Los cómputos locales no llegaban a la Junta Superior Electoral directamente cómo estaba legislado, sino a través de la Secretaría de Gobernación.

    En la Secretaría se cambiaron las boletas y documentos que daban el triunfo a los liberales.

    Sólo hasta fines de diciembre se dieron los resultados con la victoria del conservador Mario Menocal.

    En Vueltas, el presidente expulsó de la mesa al delegado del Partido Conservador y logró que los soldados que lo custodiaban impidiesen la entrada al lugar de militantes de ese partido.

    Cuando se realizó el escrutinio aparecieron en la urna 200 votos liberales y uno solo de los conservadores.

    Los liberales no ganaron más provincias porque no las había.

    El Presidente se mostró dispuesto a reconocer su derrota, pero sus consejeros no.

    Esto provocó que la maquinaria gubernamental del partido conservador hiciera una ofensiva a gran escala para negar la derrota, reconocida por voceros oficiales.

    Pero ni esto alcanzó para que el gobierno conservador pudiera revertir su fracaso.

    El escándalo provocó que al más alto nivel, los representantes de los dos partidos concertaran un encuentro donde acordaron reexaminar en la Junta Electoral.

    Entonces, el resultado de los comicios, y la Junta reafirmó la victoria del partido liberal en tres provincias.

    Pero la disputa no culminó ahí, sino que los conservadores hicieron una apelación al Tribunal Supremo.

    El Tribunal Supremo confirmó la victoria de los liberales en Oriente, Las Villas, Camagüey y La Habana, Oriente, Camagüey y Las Villas.

    Los del partido conservador armaron a los suyos y acusaron de parcialidad al Tribunal Supremo y dijeron que jamás entregarían la presidencia del país a Zayas y los liberales.

    Entonces el 14 de febrero de 1917 se efectuaron las elecciones complementarias, que habían sido convocadas por el Tribunal Supremo, en las provincias de Oriente y de Las Villas.

    Y aquí es donde entra en el juego mi poblado de Zulueta.

    El colegio electoral dentro de sus términos territoriales, el número 2, ubicado en el barrio de Guadalupe, situado en la finca El Coco, fue piedra de escándalo en aquellas elecciones complementarias ordenadas por el Tribunal Supremo.

    Los máximos dirigentes nacionales del Partido Liberal, en Cuba, realizaron entonces una visita al pueblo de Zulueta.

    Entonces, el General José Miguel Gómez, el Coronel Carlos Mendieta, candidato a la Vice-presidencia de Cuba, el Dr. Orestes Ferrara, el senador José María Espinosa y otros connotados políticos, se reunieron en la casa de José (Pepe) Ortiz, en Zulueta.

    Mendieta y Ferrara visitaron la Junta Electoral, ubicada en el barrio de Guadalupe, perteneciente al territorio de Zulueta.

    Estos fueron acompañados por los jefes de los partidos liberal y conservador quiénes eran candidatos a la Alcaldía, del pueblo.

    Estos fueron José (Pepe) Ortiz Carrillo y José Sierra González, con el propósito de llegar a un acuerdo para que cesaran las protestas de los liberales.

    Entonces el Secretario Suárez les dió un mal recibimiento y quiso oponerse a que permanecieran en el local.

    Mendieta ante esa inesperada actitud del Secretario, ardió en ira; pero calmado por el Dr. Ferrara se volvieron éste, él y Pepe Ortiz para la morada de Ortiz, donde esperaba el General Gómez, impaciente, por conocer el resultado de la gestión.

    Los visitantes entonces se fueron de Zulueta llevándose la amargura de una decepción más, con la actuación del partido conservador.

    Los liberales protestaron entonces diciendo que en los colegios rurales, la fuerza pública había ejercido coerción, que determinó el retraimiento de muchos de sus electores.

    Entre los colegios protestados en aquellas elecciones, estuvo el de El Coco, ubicado dentro del territorio de Zulueta que se anuló, y se señaló el 14 de febrero de 1917 para celebrar en él nuevas elecciones.

    Cuando Pepe Ortiz, vio que para las elecciones en El Coco, del 14 de febrero, se había construido un bohío de guano, en medio de una manigua, rodeado por una cerca de alambre, con un portillo que no excedía en dimensión al grosor de un hombre flaco, y que a poca distancia estaba una compañía de soldados, decidió trasladarse a la Habana a dar cuenta al Directorio del Partido Liberal de esos hechos, que prometían una derrota sin precedentes, de sus aspiraciones y de las del Directorio mismo.

    Entonces se decidió en la Habana que viniera una Comisión del partido liberal para estudiar sobre el terreno la situación.

    Entonces fue enviado el Dr. Alfredo Zayas, quién era candidato a la Presidencia; el Coronel Dr. Carlos Mendieta, el general Guzmán, los senadores José María Espinosa, Berenguer y el Coronel Roberto Méndez Peñate, quienes fueron desde el antiguo central Altamira (hoy batey de María Luisa), ubicado a unos 5 km al oeste del poblado Zulueteño, hasta el término de la línea férrea de ese ingenio, en Zulueta.

    Allí se montaron en unos caballos en unión de los muchos simpatizantes que se agregaron a la comitiva, para dirigirse hacia El Coco, perteneciente también el territorio del poblado, ubicado a unos tres kilómetros al norte en dirección hacia la villa de San Juan de los Remedios.

    El historiador local Alberto Ayala Fernández escribió, en su libro, “RESEÑA HISTÓRICA DE ZULUETA”, poco tiempo después:

    “La llegada a El Coco fue una escena que no debe perderse en el olvido, para que las generaciones venideras más civilizadas que la nuestra, forme un concepto cabal del progreso que habrán de hacer en el orden moral.

    “Pepe Ortiz solicitó de la pareja que guardaba el portillo de la cerca de alambre que circunvalaba el bohío el permiso para visitar el colegio; pero el jefe de la pareja tenía órdenes terminantes de no dejar pasar a nadie y, por lo tanto, le dijo que sólo por sobre su cadáver podrían pasar.

    “Pepe Ortiz le manifestó que los visitantes eran los candidatos a la primera magistratura de la República y del Término; pero ni con esa; el soldado, impertérrito les negó el derecho que tenían aún como simples ciudadanos.

    “Mendieta interrogó a Zayas, diciéndole: ¿qué podemos esperar, Dr., después de esto? y Zayas respondió: siempre he creído que no debe irse a la revolución; pero ante esta realidad, me parece que la revolución está decretada”.

    (Reseña histórica de Zulueta. Las Villas. 1923. Alberto Ayala Fernández.)

    Antes del 14 de febrero de 1917, ya existían zulueteños alzados, porque el 12, en un acto de rebeldía, se apagó el alumbrado público de Zulueta y se alzó un nutrido grupo de liberales de este pueblo.

    También lo hicieron, después de lo de El Coco, José Ortiz Carrillo, candidato a Alcalde “DERROTADO”, por el fraude electoral de ese año, el Alcalde Suplente Rafael Loyola y el Tesorero Municipal, Sr. Ángel Ruiz.

    El levantamiento de Zulueta fue muy sonado en toda Cuba, durante aquellos años, aunque ya casi nadie sabe de eso en el país, Villa Clara y ni aún en la localidad y costó muchas vidas, algunas de ellas inocentes.

    Este hecho conmovió al destacado y reconocido pintor cubano, de origen zulueteño, Carlos Enríquez Gómez, quién tenía 17 años de edad para la fecha y fue un pintor a quien se considera uno de los artistas de la Primera Vanguardia Cubana.

    Además de la pintura él incursionó en la literatura y le pertenecen las novelas: “TILÍN GARCÍA”, “LA FERIA DE GUAICANAMA” y “LA VUELTA DE CHENCHO.”

    Él escribió, sobre estos sucesos de “La CHAMBELONA” el cuento: “LA FUGA”, basado, estrictamente, en hechos, personajes y lugares reales de la localidad Zulueteña.

    En algunos fragmentos de su cuento se relatan momentos difíciles y espeluznantes vividos por hombres y mujeres de su pueblo de Zulueta.

    El 8 de marzo de 1917, uno de los diarios gubernamentales en La Habana, daba la siguiente noticia sobre los hechos recién ocurridos en Zulueta, de la siguiente manera:

    “En un feroz encuentro sostenido, cerca de Pirindingo, las fuerzas del gobierno destrozaron una numerosa partida de alzados. Entre los cadáveres abandonados en el campo por el enemigo, se recogió el del bandolero y jefe de la partida, Nacho, llamado el de la Calórica por haber nacido en un cuarto de máquina en el poblado de Zulueta. El cadáver fue trasladado al citado pueblo”.

    Ese mismo día, 8 de marzo cogieron a Gómez en Caicaje con toda su escolta y con muchos zulueteños, entre ellos estaban José (Pepe) Ortiz y Rafael Loyola.

    Al General le dieron un esmerado tratamiento de militar, sin tocarle un pelo.

    A los muertos no se les dio importancia.

    Meses después, en 1918, hubo una amnistía para los participantes en “LA CHAMBELONA”.

    Pepín Sierra, del Partido Conservador, tomó posesión de la Alcaldía el 21 de febrero, entregándosela el único concejal que quedaba del anterior consistorio; los demás habían renunciado o se marcharon a la revolución de “LA CHAMBELONA”

    Los Zulueteños, nada tuvieron que ver en la decisión de esas elecciones fraudulentas, como algunos refieren y han dicho qué fue definitorio el voto del colegio electoral de la localidad.

    Nuestro pueblo solamente fue la víctima de un conflicto provocado por la política sucia de corruptos que querían el poder a través del fraude.

    En ese momento de la historia, a tan solo 7 años de nuestro amado poblado convertirse en municipio, no se decidieron, allí, unas elecciones presidenciales nacionales en verdad, como algunos, equivocadamente, creen.

    Nuestra amada “Villa de los Molinos” solo se convirtió en el territorio víctima y detonante de las disputas de una pequeña revolución formada entre los partidos que se dividían al poder en la Cuba del principio del siglo XX.

    Tan es así que en el Álbum Histórico de Zulueta, del año 1952, se enmascara o maquilla la verdad de lo sucedido en 1917, al expresar que en el colegio electoral de EL COCO, se:

    “DECIDIÓ LA PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA A FAVOR DEL GENERAL MENOCAL, EN SU REELECCIÓN”.

    En esa publicación no se hizo ningún comentario crítico sobre la realidad de este hecho fraudulento y bochornoso de la política en Cuba, que costó la sangre de los hijos de nuestro pueblo y aún de varios inocentes.

    Bibliografía:

    • Álbum histórico de Zulueta. Las Villas. 1878 a 1952. Pedro Peña Rodríguez y otros.

    • Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios. José Andrés Martínez—Fortún y Foyo.

    • Contar a Cuba, una historia diferente. Ciro Bianchi Ross.

    • Cuba. 1900 a 1952. La República dividida contra sí misma. Joel James Figarola.

    • Cuentos rurales cubanos del siglo XX. Pilar A Ferreiro.

    • La fiesta de los tiburones. Reinaldo González.

    • La república: dependencia y revolución. Julio Le Reverend.

    • Reseña histórica de Zulueta. Las Villas. 1923. Alberto Ayala Fernández.

    • Prensa local de la época:

    – Semanario El Pueblo”.
    – Heraldo de Zulueta
    – La República.

    https://delcentro.cubava.cu/2019/04/01/las-elecciones-de-liberales-y-conservadores-en-zulueta/

  2. Mi abuela, Isabel Loynaz Ramírez me contaba que a su papá (mi bisabuelo) lo mataron en los sucesos de La Chambelona en Camaguey. Era lo único que había escuchado sobre esos sucesos. Me contaba que la familia conocía ya sobre la muerte de su papá, pero que no tenían valor para decíselo a su mamá, que tenía sus niños chiquitos y que su mamá iba todos los días a escuhar el parte para saber de él y nada. Hasta que un día la familia decidió no ocultarlo más y se lo dijeron. Su nombre era Julian Loynaz.
    Les agradezco por la publicación.

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