FOTOCRÓNICAS

Finlay y el final de la fiebre amarilla en La Habana

Carlos Juan Finlay, eminente científico cubano
Carlos Juan Finlay, eminente científico cubano

En el año 1901, el Dr. Carlos J. Finlay libró en La Habana la primera batalla en el mundo contra el mosquito Aedes Aegypti causante de la epidemia de la fiebre amarilla y obtuvo también la primera victoria. La revista El Fígaro publicó:

El día 28 de septiembre, en las casas números 4, 6 y 8 de la calle Dragones, ocurrieron en la Habana los dos últimos casos de fiebre amarilla, de origen autóctono. “Aquellos dos casos – expreso el Dr. Jorge Le Roy en la Academia de Ciencias al conmemorarse el cuarto aniversario de esa brillante victoria – fueron la postrer despedida de la terrible endemia del territorio cubano. La peste amarilla, el obstáculo mayor para el progreso y civilización de los países tropicales de América, fue erradicada de Cuba desde entonces, constituyendo este triunfo un nimbo de gloria para nuestra Sanidad y un motivo de admiración y aplauso de todas las naciones del mundo.

 

“A la teoría sostenida desde el año 1882 por Finlay, débese, en primer término, la victoria. Por este éxito, el ilustre médico cubano tiene erigido en la conciencia nacional el pedestal que espera la estatua que lo habrá de inmortalizar en el mármol o en el bronce, como inmortalizado vive ya, junto a los grande benefactores de la humanidad, en los anales de la ciencia universal”

Foto 2. Finlay y Junta GMA los pocos meses, el 20 de mayo de 1902, nació la República de Cuba y Carlos J. Finlay fue nombrado Jefe Nacional de Sanidad en el flamante gobierno de Estrada Palma. A los brillantes dotes de científico sumó también la capacidad de organizar la sanidad cubana, velar por la salud de los ciudadanos, higienizar las ciudades, mejorar las dispersas y precarias instituciones de salud heredadas de la colonia, erradicar el mosquito, prevenir y enfrentar las enfermedades transmisibles, vacunar y fortalecer el control sanitario en los puertos para impedir epidemias foráneas.

En junio de 1905 se produjo un brote de fiebre amarilla en la ciudad portuaria de New Orleans que se extendió rápidamente a otras ciudades del Golfo de México.

Vistas del antiguo hospital de Las Animas
Vistas del antiguo hospital de Las Animas

El Dr. Finlay, ordenó rápidamente una rigurosa vigilancia sanitaria de los barcos y pasajeros procedentes de los puertos afectados y aumentó la lucha contra el mosquito.

No obstante estas medidas, en el mes de octubre se detectaron en la Habana dos casos de fiebre amarilla procedentes de New Orleans, lo que causó la natural alarma entre la población. La Junta Nacional de Sanidad presidida por Finlay extremó las medidas sanitarias y la prensa oriento a la población a combatir al mosquito y prevenir la enfermedad.

Los fumigadores contra el mosquito, en aquella época
Los fumigadores contra el mosquito, en aquella época

La revista El Fígaro publicó las imágenes que ilustran ese gran momento de la medicina cubana en su lucha por erradicar la enfermedad que fueron captadas por el fotógrafo El Fígaro, Rafael B. Santa Coloma con la siguiente relato del periodista E.R, Barnet:

Admitido ya como verdad incontrovertible que el agente natural de transmisión de la fiebre amarilla es el mosquito Stegomyia fasciata (Aedes aegypti), contra este insecto se dirige enérgicamente la campaña sanitaria a fin de matar las “estegomías” que se encuentran infestadas por haber picado a un enfermo en los cuatro o cinco primeros días de la enfermedad o puedan picarlo durante en ese periodo. Decimos las “estegomías” porque únicamente las hembras son las perniciosas, las que pican al hombre y chupan sangre para cumplir con sus funciones fisiológicas de ovulación.

“La fumigación tiene, pues, por objeto en este caso la destrucción de los mosquitos, para lo cual se emplea el pyretrum (insecticida que se obtiene de las flores de esta planta) o el azufre.

“Tan pronto en la Jefatura de Sanidad se recibe un parte médico de enfermo sospechoso, pasa a examinarlo o el Jefe de los Inspectores Médicos, el ilustrado Dr. Ernesto Aragón o el reputado Dr. Claudio Delgado, constante colaborador de Finlay, quienes colocan al enfermo en condiciones de que no ofrezca peligro de ser picado por los mosquitos y deciden si el caso debe o no ser remitido en el acto al hospital “Las Animas” y si debe o no ser examinado por la “Comisión de enfermedades Infecciosas”. Esta Comisión está constituida por los notables profesores siguientes: Dres. Juan Guiteras (presidente), Arístides Agramonte (secretario), Carlos J. Finlay, Antonio Díaz Albertini y Emilio Martínez (vocales) y Federico Grande Rossi (vocal suplente). El diagnóstico de la Comisión en cada caso tiene carácter decisivo oficial.  

Enfermos aquejados de fiebre amarilla
Enfermos aquejados de fiebre amarilla

“Sospechoso o confirmado de fiebre amarilla se traslada al enfermo al Hospital “Las Animas” donde se le coloca en salas libres de mosquitos y se le presta una asistencia inmejorable.

“Desde el año 1901 hasta la fecha hemos tenido en la Habana tres casos experimentales y treinta importados de fiebre amarilla; estamos rodeados de países en que la enfermedad es endémica, y las epidemias de New Orleans y Pansacola han estado en nuestras puertas. De admirar es que no hayamos tenido antes la invasión que hoy lamentamos y combatimos. Lo que hoy importa, como cuestión de decoro y patriotismo, por interés propio, sin que a ello nos obliguen los deberes internacionales, es ahogar los focos en sus orígenes e impedir a toda costa que progrese y se arraigue la enfermedad. Eso es lo que está realizando la Sanidad de Cuba apoyado por el Gobierno de la Republica”.

Ilustración del mosquito
Ilustración del mosquito

En el mes de diciembre la Junta Nacional de Sanidad anunció que la epidemia introducida en octubre estaba totalmente erradicada de Cuba. En total hubo 7 casos positivos: dos en La Habana (uno en Marianao y otro en San José de las Lajas); tres en Matanzas y dos en Santa Clara, todos procedentes de New Orleans. En esta ciudad, la mas afectada de los Estados Unidos, la epidemia duro de junio a diciembre y en esos seis meses se reportaron más de cuatro mil contagiados y de ellos fallecieron unos quinientos.

En ese año de 1906, la fiebre amarilla también fue erradicada de las obras del canal de Panamá y de las ciudades de Nueva Orleans, Pensacola y de otros lugares donde azoto la terrible epidemia siguiendo los descubrimientos, ideas y prácticas del Dr. Carlos J. Finlay que primero había empleado en Cuba. Este triunfo constituyó – citando al Dr. Le Roy – “un nimbo de gloria para nuestra Sanidad y un motivo de admiración y aplauso de todas las naciones del mundo”

 

 

Fuentes:

  • E.R, Barnet: “La fiebre amarilla y la sanidad” revista El Fígaro. Noviembre 19 de 1905 pp. 570,571 y 572
  • Cesar Rodríguez Expósito: Obras Completas del Dr. Carlos J. Finlay, Academia de Ciencias de Cuba, La Habana, 1967

 

Pies de fotos:

  1. Carlos J. Finlay
  2. Despacho del Dr. Caros J. Finlay en la Junta Superior de Sanidad situado en la planta alta del antiguo edificio de la Maestranza de Artillería, ocupada entonces por la Secretaría de Gobernación En la foto, de izquierda a derecha, los doctores Enrique B. Barnet, jefe de Despacho; José A. López del Valle, jefe del Servicio de Desinfección; y el Dr. Finlay. (Foto: Rafael B. Santa Coloma)
  3. Arriba el pabellón del hospital Las Animas destinado a los enfermos de Fiebre Amarilla. Debajo una vista general del hospital instalado en el antiguo cuartel de ingenieros del Ejército español en la Loma de las Animas. (Foto: Rafael. B. Santa Coloma)
  4. Uno de los grupos de sanitarios encargado de las labores de fumigación y saneamiento casero con su uniforme. (Foto: Rafael. B. Santa Coloma)
  5. Enfermos de la fiebre amarilla ingresados en el Hospital Las Animas. (Foto: Rafael. B. Santa Coloma)
  6. Mosquito Stegomyia Fasciata (Aedes Aegypti) (Dibujo hecho en 1905 por el Dr. Lebredo).
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Jorge Oller Oller
Fotógrafo, reportero gráfico. Fundador de la Unión de Periodistas de Cuba y del Periódico Granma. Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la Vida. Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.