Según el Monitoreo de libertad de expresión del Foro de Periodismo Argentino (FoPeA), desde que se inició la gestión del presidente Javier Milei, el periodismo en ese país sufrió más de cuatrocientos ataques. De ese total, el hostigamiento, los insultos y la violencia digital se mantienen como las principales agresiones.
FoPeA advierte que, con un promedio de una provocación cada dos días, el deterioro de la libertad de expresión en Argentina es muy alarmante, y agrega que la situación se agrava porque el propio presidente es el principal hostigador a la prensa, con 111 ataques a la prensa realizados tan solo en lo que va de este año.
Una nota del sitio www.seniales.blogspot.com basada en un estudio del Doctor en Ciencias Sociales Rodrigo Lloret, rector de la Universidad del Sur de Buenos Aires (USBA), previamente referido en Diario Perfil, refiere que el análisis de los informes anuales de FoPeA demuestra que desde que asumió Milei los ataques a los periodistas han ido en aumento: 116 en 2023, 173 en 2024 y 220 en lo transcurrido de 2025.
Es el mayor nivel de amenazas al periodismo registrado por FoPeA desde que se realiza este estudio en 2008. El predominio de los más altos funcionarios públicos entre la lista de atacantes a la prensa es, a su vez, lo que más preocupación genera: el monitoreo muestra que durante el primer año de Milei el 82 por ciento de las agresiones a la libertad de expresión estuvo protagonizada por quienes ocupan un cargo público o representan a algún poder del Estado.
Además de las provocaciones directas, un rápido repaso de algunos episodios contra la prensa refleja que el oficialismo no ha generado un espacio de garantías para la plena vigencia de la libertad de expresión. Por el contrario, los cambios dispuestos por el Gobierno en la reglamentación de la Ley de Acceso a la Información Pública, las dificultades para que los cronistas puedan realizar coberturas de eventos oficiales y la ausencia de conferencias de prensa, tanto del presidente como de sus ministros apuntan a otro lado.
A ello se suma la descalificación constante de los voceros oficialistas a los hombres y mujeres de los medios de comunicación. El informe del primer año de gestión de La Libertad Avanza precisa, por ejemplo, que de los 173 ataques al periodismo el 44 por ciento fue clasificado como “discurso estigmatizante”, lo que implica la embestida directa a la reputación de periodistas o su medio.
El propio Milei es el principal agresor al periodismo, con 111 ataques en lo que va de este año: “ensobrados”, “mierdas”, “basuras humanas”, “mandriles”, “deficientes mentales” y “prostitutas de los políticos” son solo algunos de los insultos que el presidente argentino ha dedicado a los periodistas en discursos, entrevistas y en sus redes sociales, donde fueron amplificados por sus seguidores y voceros paraoficiales.
En sus actos políticos, el mandatario suele alentar que los militantes libertarios insulten a los periodistas. En otro “frente” contra la profesión, Milei ha realizado denuncias por “calumnias e injurias” a ocho periodistas, dato inédito en la democracia reciente del país.
El estudio del académico Rodrigo Lloret expone raíces de esa violencia: el principal referente intelectual de Javier Milei no amaba a los periodistas. Murray Newton Rothbard, afamado economista cuyo nombre pasó a identificar los perros, reales o no, de Milei, recomendó acciones concretas contra los reporteros.
Entre estas estaba desacreditar su trabajo para corroer su credibilidad y, de esa manera, poder dejar de tener que utilizarlos como el vehículo principal de la comunicación política.
Rothbard buscaba desprestigiar a la prensa para comunicarse directamente con el público sin ningún tipo de intermediarios. Proponía emplear un discurso simple basado en la clara división entre el pueblo y las élites; es decir, promovía un relato que permitiera establecer, de un lado, a la “gente de bien”, y del otro, a “la casta”, representada por los medios de comunicación. Para angustia de la prensa argentina, su alumno le ha calcado el plan.
Imagen de portada: Tomada de Clarin.com.

