España, Francia y Grecia propusieron de conjunto establecer una edad mínima de acceso redes sociales en la Unión Europea con el propósito de proteger a los menores de contenidos inapropiados y evitarles un uso problemático que derive en trastornos de salud mental.
Una nota del sitio www.elperiodico.com basada en despachos de la agencia EFE refiere que los tres países presentaron el proyecto ante la cercanía de la reunión de ministros de telecomunicaciones del bloque, que se celebrará en Luxemburgo el próximo 6 de junio.
La medida se afianza en la idea de que los jóvenes no son tanto nativos digitales como huérfanos digitales y por ello el uso que dan a los dispositivos debe tener detrás alfabetización digital, educación y acompañamiento para identificar y sortear los riesgos.
Hay antecedentes en este camino. El año pasado, el Gobierno de Australia presentó un proyecto de ley para vetar las redes sociales a los menores de 16 años.
La nota explica que la futura legislación española de protección digital a la infancia incluye un artículo en la misma dirección. La norma es un documento aprobado por el Gobierno y ahora tiene que hacer un largo recorrido parlamentario antes de ser una realidad.
En el documento de Francia, España y Gracia no se concreta cuál debe ser la edad mínima para acceder a las redes. Los promotores esperan a ver cómo se desarrolla el debate entre los socios europeos. Sus propósitos apuntan a crear en la UE mecanismos obligatorios que permitan verificar la edad de los usuarios, así como establecer un software de control parental para todos los dispositivos con acceso a internet en el mercado.
El debate sobre la restricción -concretamente a contenidos pornográficos online– se da en toda la Unión Europea, que en 2027 convertirá en obligatorio los sistemas para comprobar la edad.
Los tres países abogan por el establecimiento de normas europeas que exijan diseños adaptados a la edad, “minimizando así arquitecturas adictivas y persuasivas, como por ejemplo ventanas emergentes, la personalización de los perfiles o la reproducción automática de vídeos”.
“Europa se enfrenta a un problema de responsabilidad intergeneracional que requiere acción colectiva a nivel europeo. Debemos proteger a los menores frente a los daños y riesgos de internet”, señala el documento, según refleja www.elperiodico.com .
Los promoventes aclaran que su intención “no es ni criminalizar el uso de la tecnología ni proponer soluciones inaplicables a un desafío creciente”, dado que existen “nuevos caminos para el aprendizaje, la comunicación, la creatividad y el entretenimiento”.
No obstante, acotan que, tal progreso “… conlleva desafíos, especialmente para nuestros niños por las dinámicas de las plataformas digitales, cuyos mecanismos algorítmicos diseñan ambientes que capturan la atención de los usuarios e incrementan su exposición a diseños adictivos y, a menudo, contenidos y contactos dañinos”.
De igual modo celebran que la Comisión Europea prepare unas directrices a cumplir por las plataformas en el marco de la ley de servicios digitales para garantizar la protección de los menores, con medidas como la verificación de la edad de los usuarios o la imposibilidad de que puedan interactuar con desconocidos.
Muchos estudios han certificado los peligros de las redes para los jóvenes. Un informe británico llevado a cabo por la Royal Society for Public Health (RSPH) en 2017 decretó que Instagram es la peor red social para la salud mental infantil.
En 2023, Estados Unidos registró un aluvión de denuncias contra Meta, acusada por los fiscales de 41 estados de usar tácticas de manipulación en Facebook e Instagram para generar adicción entre los niños.
En marzo pasado, investigadoras de la Universtitat Pompeu Fabra (UPF) y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) publicaron otro estudio que certificó que las adolescentes que usan Instagram y TikTok valoran más negativamente que los adolescentes el impacto de estas redes sobre su bienestar psicológico; entre otros motivos, porque ellas hacen un uso más intensivo de ambas aplicaciones y se sienten más observadas y presionadas por la imagen y el aspecto físico.
Imagen de portada: Tomada de Fundación Telefónica.