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Río 2016: Cuba entre los 20 primeros países en cita olímpica

Los cubanos Robeisy Ramírez Carrazana (I), y Arlen López Cardona (D), ganadores de la medalla de oro en el boxeo (Foto: Roberto Morejón / ACN)
Los cubanos Robeisy Ramírez Carrazana (I), y Arlen López Cardona (D), ganadores de la medalla de oro en el boxeo (Foto: Roberto Morejón / ACN)

Con una cosecha de cinco medallas de oro, dos de plata y cuatro de bronce, Cuba se ubicó en el lugar 18 por países de los Juegos Olímpicos de Río 2016, que concluyen hoy domingo en esta urbe brasileña.

La delegación cubana igualó con esa actuación la cantidad de títulos conquistados en Londres 2012, aunque en la capital británica terminó en el decimosexto puesto, con 15 preseas, incluidas tres de plata y siete de bronce.

En la Ciudad Maravillosa, una vez más los deportes de combate tuvieron el protagonismo en la consecución de metales dorados, con destaque para los boxeadores con tres coronas, mientras los exponentes de la lucha grecorromana consiguieron dos cetros.
Conocido como el buque insignia de la Isla en eventos múltiples, el boxeo vio reinar en el Olimpo a Julio César La Cruz, de los 81 kilogramos, Robeisy Ramírez (56) y Arlen López (75), trío que compitió con maestría sobre el ring instalado en el Pabellón 6 de la Arena Riocentro.

La Cruz, dueño de tres títulos mundiales, inauguró el botín dorado de la nación caribeña en esa disciplina, al imponerse por decisión unánime de 3-0 (triple 29-28) al kazajo Adilbek Niyasymbetov, medallista de plata de Londres 2012.

En el caso de Ramírez, con apenas 22 años de edad se convirtió en doble campeón olímpico, con su victoria por decisión dividida 2-1 (29-28, 29-28 y 28-29) frente al estadounidense Shakur Stevenson.
Campeón mundial de Doha 2015, Arlen López demostró que no fue casualidad su coronación en la justa qatarí, al doblegar con autoridad 3-0 (29-28, 30-27 y 29-28) a Bektemir Melikuziev, de Uzbekistán.

El deporte de los puños completó su aporte al botín de Cuba con los metales bronceados de Johanys Argilagos (49), Erislandy Savón (91), y Lázaro Álvarez (60), ganador este último de tres títulos mundiales que debió conformase con un tercer puesto en el podio de premiaciones, al igual que en Londres 2012.

El cubano Yasmany Lugo, sorprendió con medalla de plata en lucha grecorromana (Foto: Ricardo López Hevia/Periódico Granma)
El cubano Yasmany Lugo, sorprendió con medalla de plata en lucha grecorromana (Foto: Ricardo López Hevia/Periódico Granma)

La lucha grecorromana reportó grandes alegrías para la Mayor de las Antillas, con la conquista de dos metales áureos, por intermedio de Ismael Borrero (59 kilogramos) y Mijaín López (130), en tanto Yasmany Lugo (98) sorprendió gratamente con su presea plateada.
Borrero, campeón mundial de Las Vegas 2015, no dio margen a las casualidades y con un desempeño impecable sobre el colchón otorgó a Cuba el primer título en las Olimpiadas de Río de Janeiro, con éxito en la gran final ante el japonés Shinobu Ota, por superioridad técnica de 8-0.

Ese camino dorado lo seguiría Mijaín, quien derrotó 6-0 a uno de sus más acérrimos oponentes, el turco Riza Kayaalp, resultado con el que se convirtió en uno de los pocos gladiadores que atesora tres oros en escenarios bajo los cinco aros.

Abanderado de la delegación cubana por tercera ocasión consecutiva en citas estivales, el extraordinario gladiador oriundo de la provincia de Pinar del Río agrandó aún más su leyenda y agregó otro lauro a un palmarés en el que impresionan sus cinco títulos en Campeonatos Mundiales.

En el caso de Lugo, monarca de los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, no creyó en el rango de sus contrarios y demostró que está listo para empeños mayores, pese a caer en la final de su categoría.

El brillo mostrado por los gladiadores cubanos del estilo grecorromano distó mucho del pálido desempeño de sus colegas de la lucha libre, quienes se despidieron de la justa carioca sin poder saborear el sabor de una medalla.

En el judo, Idalys Ortiz (+78) se ubicó esta vez segunda en la división máxima de la rama femenina, y a pesar de quedar por debajo del título conseguido en Londres 2012, pasó a la historia por escalar al podio olímpico por tercera ocasión, luego de colgarse el metal bronceado en Beijing 2008.

Además del subtítulo de Ortiz, la Mayor de las Antillas se adjudicó tres meritorios quintos lugares por intermedio de Dayaris Mestre (48) y Yalennis Castillo (78) en la rama femenina, y Alex García (+100) en el sector varonil.

Denia Caballero completó el grupo de medallistas de Cuba al conquistar el metal bronceado en el lanzamiento del disco, para sacar la cara por los exponentes del atletismo, disciplina que quedó muy por debajo de las expectativas.

Yarisley Silva, entre las favoritas para adjudicarse una presea en la final femenina del salto con pértiga, apenas logró ubicarse en el séptimo escaño, mientras una lesión impidió competir al triplista Pedro Pablo Pichardo, otra de las principales esperanzas para Cuba en las pruebas de campo y pista.

El atletismo reportó actuaciones memorables de competidores cubanos, que sin llegar a escalar al podio se confirmaron en la élite de sus respectivas especialidades, dígase el decatlonista Leonel Suárez (sexto), la heptatlonista Yorgelis Rodríguez (séptima) y el relevo masculino de 4×400 (sexto).

Tampoco puede obviarse la destacada labor de la pareja de voleibol de playa, integrada por Sergio González y Nivaldo Díaz, ubicados en el quinto lugar a solo un paso de incluirse en las semifinales, al caer en reñido duelo de cuartos de final ante los rusos Viacheslav Krasilnikov y Konstantin Semenov.

Imposible dejar de referirse al gimnasta Manrique Larduet, sexto en la final de barra fija y quinto en barras paralelas, con buenas ejecuciones en las que mostró coraje -compitió lesionado en un tobillo- y detalles técnicos de su reconocida calidad.

En el ciclismo de pista la cubana Marlies Mejías se ubicó en un meritorio séptimo escaño en la modalidad de omnium, mientras su compatriota Arlenis Sierra completó la mejor actuación de una antillana en la ruta olímpica al culminar en el puesto 28.

Otro destacado desempeño correspondió al monarca olímpico de Londres 2012 Leuris Pupo, quien accedió nuevamente a la discusión de las preseas en la pistola de tiro rápido a 25 metros, para ubicarse a la postre en el quinto lugar.

En el remo la nota distintiva la aportó Ángel Fournier con su sexto escaño en la prueba de un par de remos cortos, aunque sin cumplir con su propósito de lograr una medalla, en tanto en el canotaje sobresalió la dupla de Serguey Torres y Fernando Dayán Jorge con su sexto puesto en la canoa biplaza a mil metros.

Así, entre momentos felices y algunas decepciones, la delegación cubana cumplió su objetivo de ubicarse entre las 20 primeras naciones de un medallero encabezado por Estados Unidos (46-37-38-121), Gran Bretaña (27-23-17-67) y China (26-18-26-70), en el trío de vanguardia.

Agencia Cubana de Noticias

Uno de los momentos de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Rio 2016 (Foto tomada de Twitter)
Uno de los momentos de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Rio 2016 (Foto tomada de Twitter)

CLAUSURA POR TODO LO ALTO Y LA MIRA OLIMPICA APUNTA HACIA TOKIO, JAPON

Con una vistosa ceremonia, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro llegaron hoy al final y entraron a la historia como los primeros en Sudamérica y uno de los pocos celebrados al sur del Ecuador.

Cuando Yuriko Koike tomó en sus manos la bandera olímpica y se entonó el himno nacional de Japón, comenzó un nuevo ciclo, que tendrá su colofón en la capital nipona dentro de cuatro años, relata PL.

Mientras, la llamada Ciudad Maravillosa vivía los estertores de una gran fiesta, de días de jolgorios, de alegrías inusitadas, y también de dolor, sobre todo para aquellos que vieron como sus sueños de atrapar una presea quedaron en el camino.

Casí 11 mil deportistas, 206 banderas en representación de otros tantos Comités Olímpicos Nacionales, miles de periodistas de todas partes del mundo, y turistas de todos los confines hicieron que la urbe se sintiera más cosmopolita que nunca antes.

Detrás quedaron las cinco preseas de oro de Michael Phelps, con las cuales llegó a 23 en cinco participaciones olímpicas, desde Sydney 2000, para establecer cifras que a corto plazo parecen imposibles de superar.

También los momentos mágicos dejados por el bólido jamaicano Usain Bolt, quien reservó sus mejores momentos cada cuatro años, desde Beijing 2008, para llevarse a la pequeña isla del Caribe nueve títulos.

Bolt puso todo su carisma y su talento al servicio de los Juegos, a merced de Río y de los millones de personas que siguieron la actividad atlética desde sus casas a través de sus televisores.

En la mágica Río, el cubano Mijaín López llegó a tres preseas de oro en la división máxima de la lucha grecorromana y lo hizo a lo grande, con danza incluida.

El británico Mo Farah también también aprovechó las excelentes condiciones de Río para sumar su segundo doblete olímpico, y la jamaicana Elaine Thompson, en la pista, sacó tres títulos, lo mismo que la gimnasta estadounidense Simone Biles.

Todos pusieron sus granitos de arena porque los Juegos llamaran la atención del mundo, junto con la heroicidad de algún tenista que llegó lesionado y peleó hasta el final sin desmayo. Otros dieron a sus países preseas de oro de todos los tiempos, o inscribieron sus nombres entre los 27 recordistas mundiales o 91 plusmarquistas olímpicos, pero el gran recordista y el medallista que merece el más grande de los aplausos fue el público brasileño.

Los seguidores del deporte en la ciudad, en el país, y los que llegaron de muchísimas partes del mundo, llenaron cada día las instalaciones, con una alegría motivadora y una actitud ejemplar.

Nuestro agradecimiento a la hospitalidad brasileña durante estos 16 días, dijo el presidente del Comité Olímpico Internacional, el alemán Thomas Bach, quien agradeció también a los participantes y a los voluntarios, entre vítores y aplausos en el mítico estadio Maracaná.

Bach agradeció, además, la presencia por primera vez de un equipo de refugiados y consideró que «fueron unos Juegos Olímpicos maravillosos en la Ciudad Maravillosa».

Luego cesaron los aplausos, las luces desfallecieron y el entusiasmo comenzó a dar paso al silencio. Se acabó Río y llegó el momento de pensar en Tokio 2020.

 

Con información de Prensa Latina

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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