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Un código de los afectos para las familias cubanas

Para hablar del Código de las Familias como un “proyecto de avanzada” dentro de la sociedad cubana, la experta en derecho familiar, Ana María Álvarez-Tabío, se refirió, en encuentro con influencers digitales que participaron en el recién concluido Coloquio Internacional Patria, a algunas de las pautas importantes en el progreso de la concepción de las familias en el país.

La transformación de las familias ha sido tan radical durante la última década que, a pesar de que en 1975 nuestro Código significó un avance, las nuevas realidades de los entornos familiares implicaron cambios, precisó la también profesora titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana.

De acuerdo con Álvarez-Tabío, este es un Código que responde a los derechos y garantías de la Constitución de la República, aprobada por más de un 86 por ciento de la población.

Ecuentro de abogados con influencers

Ahora hablamos en plural-afirmó la Doctora en Ciencias- pues “ya no vivimos en 1975 cuando la protección era esencialmente a la familia matrimonial y heterosexual”; la realidad-agregó- “nos demuestra que al mirar a cualquiera de nuestras comunidades vemos la multiplicidad de formas en las cuales las cubanas y los cubanos organizan sus familias”.

La especialista destacó que el Código se ha construido sobre el conocimiento aportado por el trabajo de sociólogos, demógrafos, psicólogos e investigadores jurídicos.

Desde esta perspectiva afirmó que está enfocado en los afectos humanos “porque lo importante en el derecho familiar cubano” no debe basarse solo en la consanguinidad, sino también en el buen comportamiento, en las atenciones y cuidados y en la solidaridad.

Asimismo, la experta enfatizó que en el Código se le ofreció un tratamiento intencionado a la violencia en el espacio familiar, “con un título completamente dedicado a su repudio, con consecuencias palpables legisladas en un texto normativo”.

Otra de las transformaciones fundamentales-según explicó Ana María-está relacionada con el cambio con respecto al parentesco. “Ya el parentesco no se genera solo por consanguinidad o por una adopción, sino por una afiliación a partir del uso de la técnica de reproducción asistida y del reconocimiento de relaciones socioafectivas”.

Doctor en Ciencias Jurídicas, Leonardo Pérez Gallardo.

En Cuba-argumentó la jurista- la tipología familiar más típica son las reconstituidas o reensambladas. Se trata, de mujeres y hombres que asumen funciones parentales ante hijos no unidos biológicamente a ellos, que han sido históricamente invisibilizados.

Con relación al matrimonio, Álvarez-Tabío expresó que el logro más significativo está en la eliminación del matrimonio infantil.

“En Cuba ya no se van a poder casar más niñas y niños menores de 18 años. Lo que nos dicen los estudios demográficos es que las niñas no se casan porque se embarazan, sino que se embarazan porque se casan, y en la mayoría de los casos mantienen relaciones con hombres mucho mayores que ellas, lo cual es fuente de violencia, abusos y desequilibrios”.

Pese a que la sociedad cubana, como dijo el Doctor en Ciencias Jurídicas, Leonardo Pérez Gallardo. “se dibuja homogénea”, lo cierto es que este Código demuestra su heterogeneidad; una opinión con la cual concuerda Ana María Álvarez-Tabío cuando afirma: “Lo más importante es que todas las personas tenemos un lugar dentro de este proyecto”.

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