CONVERSANDO EN TIEMPOS DE...

“Un fascinado que comparte su suerte…”

Desde el 2001, Eugenio Chávez se desempeña como Coordinador General del Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos Habana Vieja Ciudad en Movimiento, evento que con el paso del tiempo ha llegado a tener un impacto cultural destacable, pero además es un promotor y gestor de larga data y se desempeña, también, como especialista del Museo Nacional de Bellas Artes, trabajo que desarrolla –me consta que con grandes resultados– en el teatro de esa prestigiosa institución,

“¡Son veintiún años! y no tenía mucha conciencia del paso del tiempo hasta que llegaron estos meses de encierro en que he hurgado un poco en el pasado, precisamente para, desde las páginas en redes sociales del Museo Nacional de Bella Artes, revisitar algunos destacados momentos en la historia de su programación cultural.

Llegué al Museo en un momento de especial riqueza y diversidad en sus propuestas culturales, un terreno fértil para la creatividad y la inquietud de aquellos años, llegaba con mi experiencia aún en ciernes de organizar eventos con la Asociación Hermanos Saíz (AHS), de tocar la puerta de Pablo Milanés y su equipo, fascinado por cada uno de los elementos que resultan una puesta en escena, el guion, las luces, mecánica escénica… quería hurgar en cada detalle, develar el intríngulis de la magia.

También el Museo, como parte del trabajo cotidiano, me ha dado la oportunidad de asistir muy de cerca al crecimiento artístico, profesional, y profundizar en el conocimiento de la obra de muy destacados músicos y creadores de toda índole que he admirado desde siempre, de participar en proyectos interdisciplinarios donde los curadores rompen un poco los esquemas clásicos de la más tradicional muestra expositiva y exploran, asumen, como parte de la muestra, relaciones, diálogos, con la música, la danza o cualquier otra manifestación artística, en la vida y la obra del pintor o sencillamente les interesa acompañar la muestra con actividades culturales que contextualicen una etapa creativa determinada en su obra. Por años he colaborado y participado en proyectos en muy diversas instituciones. Pero si de aportes se trata, el Museo ha sido mi lugar ideal para trabajar-disfrutar-crecer.

-¿Cuál consideras que son las principales características que tiene, necesariamente, que poseer un especialista que se dedique a la gestión cultural?

El gestor cultural es un mediador, una especie de centinela de la creación, ha de estar muy atento a cada proceso, a cada proyecto en curso, trazar el camino, debe saber cuáles son y usar las herramientas correctas para compartir propuestas enriquecedoras en el ámbito de la cultura, y articular su inserción en una estrategia social.

Para alguien que disfruta de cualquiera de las manifestaciones del arte, compartir un nuevo “descubrimiento” sea música, una obra danzaria, un filme, es como imprescindible, este disfrute lo veo como una condición sine qua non para un gestor, cuando la obra de arte te impacta, actúas como un catalizador natural, eres sencillamente, un fascinado que comparte su suerte.

-¿Cuánto peso le concedes al trabajo del gestor o promotor cultural?

El trabajo cultural marca definitivamente la vida de una comunidad, la suerte de asistir tan de cerca al magisterio de Eusebio Leal y su asombroso equipo de trabajo en el Centro Histórico, resulta una, no por cotidiana menos impactante, clase magistral. Aún después de tantos años, sigo descubriendo proyectos socioculturales en la zona que solo pueden ser pensados y realizados desde una sensibilidad de privilegio, con un sólido trabajo social y de gestión cultural: los muy destacados logros que en ese terreno exhibe hoy el Centro Histórico de La Habana son fruto de ese abnegado y persistente empeño.

Me consta que eres un trabajador incansable, ¿en estos meses de aislamiento qué has estado haciendo?, ¿te has aburrido?

-¿Aburrirme? ¡No!, siempre he creído en los cambios como una oportunidad de exploración de cosas nuevas, de desarrollo y este cambio tan radical no podía verlo de otra manera, quizás, lo que cambiaron fueron los medios para desarrollar nuevos proyectos. En este tiempo, he estado muy en contacto con directores de festivales, coreógrafos, pintores del patio y de todos lados, y fruto de mucho “soñar por teléfono” ya están en curso nuevos empeños, francamente sorprendentes.

He hurgado en montones de viejos programas de mano, grabaciones, imágenes, para publicar “Memorias” en las redes sociales del Museo Nacional de Bellas Artes.

Además he estado trabajando con un equipo de jóvenes gestores en los procesos iniciáticos de un nuevo centro Habana: Espacios Creativos. Creo que es el primero de su tipo en nuestro país y está inspirado en las fábricas de creación, también llamadas “incubadoras”. El objetivo es convertirse en espacio-laboratorio para el intercambio, el diálogo y la experimentación propiciando el desarrollo y acompañamiento de proyectos de creadores jóvenes. Estoy francamente entusiasmado con las sinergias que puede lograr un centro así, cómo no estarlo. Aún en estos días, que prefiero no calificar, se pueden abrir nuevas puertas y ventanas para la creación.

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Estrella Díaz
Durante veinte años trabajó en la emisora internacional “Radio Habana Cuba” y es fundadora de Habana Radio, adscripta a la Oficina del Historiador. Es autora de varios libros relacionados con el mundo de la Artes Plásticas.

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