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Gustavo Robreño: una vida dedicada a la Revolución

Gustavo Robreño Dolz procede de una familia de destacados periodistas y teatristas cubanos (Foto: Yoandry Avila Guerra)
Gustavo Robreño Dolz procede de una familia de destacados periodistas y teatristas cubanos (Foto: Yoandry Avila Guerra)

Escuchar historias es muy gratificante pero cuando son contadas por sus protagonistas estas son más interesantes y eso le ocurrió a los que asistieron, la tarde de este miércoles 24 de febrero, al Instituto Internacional de Periodismo José Martí, a encontrase con Gustavo Robreño Dolz.

Con su hablar pausado, sin desviarse del mensaje que quiere transmitir, ni olvidar un detalle, por más de hora y media Robreño mantuvo en atento silencio al auditorio que disfrutó de su charla, invitado al espacio Aquí estamos, de la delegación de la Upec que conforman los periodistas jubilados de la capital.

Allí conocimos de historias y anécdotas que le ocurrieron a él, a su familia o a otros compañeros, en su tránsito por los diferentes medios de prensa en los cuales laboró.

También de cómo su tatarabuelo, de origen catalán y dueño de una compañía de teatro, zozobró en una goleta no lejos de las costas cubanas y estuvo a punto de desaparecer toda la familia, de ahí que proceda de una estirpe de artistas y periodistas, oficio que ejerció su abuelo en Cuba, por muchos años.

Rememoró cómo estuvo estudiando durante un año en la escuela de periodismo Manuel Márquez Sterling, pero al triunfar la Revolución se unió a esta y de ahí tuvo varias ocupaciones.

“Primero en 1959 estuve con Armando Hart en el Ministerio de Educación, al poco tiempo pasé al Banco de Seguro Social, comentó Robreño, de ahí estudie durante un año y medio en la Escuela de Servicio Exterior, para después trabajar en Indonesia, en la embajada cubana. Aunque aproveche unas vacaciones de un mes y me casé, matrimonio que aún mantengo”.

Los difíciles años sesenta contaron con Robreño, como uno de los soldados de primera fila, de ahí que fuera uno de los que crearon el Partido en las FAR e impartiera clases en la Escuela Central de Instrucción Revolucionaria y comenzara una relación más estrecha con la prensa mediante la revista Verde Olivo.

El explicó que por aquellos años esa publicación llegó a ser la más leída en el país, después de Bohemia. “Además en esa década estuve inmerso en la tarea de escribir, junto a otros compañeros, un libro de Historia de Cuba, con una visión marxista, algo que nunca se había hecho, el cual sirvió por mucho tiempo como libro de texto de las escuelas cubanas”, puntualizó Robreño.

Su paso definitivo hacia el mundo de la prensa se produjo en los años 70,  cuando pasó a dirigir la agencia Prensa Latina, y se convirtió en cronista de muchos de los viajes de Fidel Castro por el mundo.

“Después de once años en Prensa Latina, pasé a trabajar al periódico Granma, fue un momento difícil, porque entre 1984 y el 2004 se incluye el llamado Período Especial, recordó Robreño. Eran tiempos de rebajar la tirada, de largos apagones, de escasez de papel y otros recursos,  dificultades con las imprentas, la construcción del nuevo poligráfico… en fin tiempos muy difíciles”.

Cuando asume en el 2004 el hecho de jubilarse por problemas de salud, Armando Hart, lo manda a buscar para que trabajara con él en la Sociedad Cultural José Martí, lugar donde aún permanece, además de ser un activo colaborador periodístico en Habana Radio y otros medios de prensa.

Hombre sencillo, de los imprescindibles, con un solo compromiso, dar lo mejor de sí en la tarea donde se encuentre, así es Gustavo Robreño Dolz, quien con sus historias y anécdotas cautivó a sus colegas durante casi dos horas.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba