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Se nos fue Colarte

Se nos fue Colarte. Así, sencillo y directo, se nos fue Tony Colarte. El periodista de más de 4 décadas de trabajo en la prensa cienfueguera. El que caminaba los campos de caña del centro sur de Cuba, que entrevistaba a los pescadores de la flota pesquera cienfueguera, el que nunca decía que no a una cobertura periodística por los campos, el que jugaba dominó en la Casa de la Prensa de Cienfuegos.

Hace menos de dos meses lo reconocimos con el Premio Provincial de Periodismo Antonio Hurtado del Valle por la Obra de la Vida, y recordamos muchas de sus anécdotas y sus vivencias en la prensa.

Nos quedan recuerdos y fotos de su paso por el periódico cienfueguero en su fundación, por la radio, de su «distancia» con las crónicas, porque “lo mío es el reportaje y la entrevista”, como nos decía cada año en los Encuentros Nacionales de la Crónica.

Era uno de esas personas que parecen un gigante dormido, con su tranquilidad y amor por la vida y su sencillez, que no cabía en ese cuerpo enorme de basquebolista pero sí en ese corazón de periodista.

Hace menos de dos meses lo vimos llorar y con la garganta apretada cuando le dimos el reconocimiento a su vida como periodista, y nos reímos luego.

A pesar de que ya tenía edad para retirarse no lo había hecho. Irónicamente ayer en la Redacción Informativa de la radio bromeaban con él porque ya tenía los «papeles» para el retiro este 31 de mayo, pero después de un descanso quería seguir con sus programas, en la radio, con su gente.

Ahora ya no estará con nosotros, pero seguro que todo aquel que lo conoció en la prensa cienfueguera lo recordará, desde los jóvenes recién graduados que compartían con él las coberturas hasta aquellos que lo conocieron cuando se graduó en la Universidad de La Habana y regresó acá a trabajar. En su paso por la Universidad de la Habana se cuenta que un día jugó basket con el Comandante en Jefe Fidel Castro. Pero no lo contaba él por su modestia, sino otros compañeros de aulas. En la radio cienfueguera lo conocía todo el mundo, pero en las calles también, los obreros, los jefes, los cienfuegueros.

Merece que lo recordemos como ese hombre sencillo y ese profesional de la radio, que reflejó en las ondas radiales y en la prensa la vida de los obreros y trabajadores de todo el centro sur de Cuba.

Se nos fue, pero no del todo. Una parte de él se queda en cada medio de prensa cienfueguero, sobre todo en esa radio a la que le dedicó cuatro décadas, donde seguro siempre recordarán a Tony Colarte. Si los hombres cuando mueren se conviertieran en árboles, entonces Tony sería una ceiba cubana, grande y de buen corazón.

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