La capacitación ha cambiado drásticamente con el paso del tiempo. Antes de la escritura, los ancianos de las aldeas, los chamanes o los artesanos enseñaban de forma verbal y práctica sus conocimientos. Con la llegada de la escritura se formalizaron lugares de aprendizaje y surgieron en la antigua Atenas los grammatistés (maestros de lectura y escritura), los sofistas (profesores de oratoria y retórica) y los filósofos (maestros del pensamiento). En esta época surgió la primera Academia, fundada por Platón, y posteriormente el Liceo, fundado por su discípulo Aristóteles.
De ese tiempo a esta parte se extendió la enseñanza. Sin embargo, y según la Unesco, al menos 754 millones de seres humanos no saben leer ni escribir, y hay más de 250 millones de niños que no adquieren las competencias básicas en lectoescritura. Se estima que en todo el mundo un 13 % de la población aún hoy es analfabeta, presentando los extremos entre Europa Occidental, con un 2 %, y África Subsahariana, con un 33 % de analfabetismo.
Sobre este escenario mundial, donde los niveles mínimos requeridos para educarse alcanzaron al 87 % de los habitantes, vale la pena adentrarnos en estos valores donde se exponen serias dificultades educativas:
De este universo, el 20 % de la población del planeta no terminó el primario, el 30 % completó la etapa primaria pero no la secundaria, el 35 % completó la secundaria y solo el 15 % posee estudios terciarios o universitarios completos. Si ingresamos en estos porcentajes generales, encontramos nuevamente los extremos: el 55 % de los europeos y americanos del norte posee nivel universitario y el 40 % secundario; en África Subsahariana, el 15 % posee nivel universitario y el 45 % secundario.

Se está popularizando la IA como herramienta de uso diario en diferentes aspectos de la vida social y laboral. La primera alarma que suena es quién tendrá acceso al uso de esta nueva herramienta tecnológica. La segunda alarma —causa de la primera— es la falta de equidad en el acceso a la educación formal.
Cabe la pregunta: ¿quién tendrá acceso a las herramientas de IA si antes no tuvo acceso a la educación básica?
La inteligencia artificial (IA) presenta una nueva brecha de conocimiento. Profesores, docentes, maestros y capacitadores de esta era deben comenzar a utilizar la IA en sus tareas diarias para ofrecer a sus alumnos nuevas herramientas que les permitan explotar las posibilidades que nos ofrece el avance tecnológico.
Y, de esta manera, dejar una impronta humana entre tanto algoritmo que cada día se parece más a nosotros (Tomado de utpba).