Encontrar rutas comunes para la comunicación entre los pueblos y la comunidad humana, en un mundo donde plataformas tecnológicas y grupos monopólicos imponen sus narrativas en base a intereses geopolíticos, está entre los objetivos de la presencia en China, en la región de Jiangxi, de más de un centenar de periodistas de 51 países.
Es la octava oportunidad en que ocurren estos encuentros, al amparo de la Iniciativa del gigante asiático de la Franja y la Ruta, que tiene un capítulo específico dedicado a este tema, y que convoca anualmente a periodistas y comunicadores de todo el mundo hacia distintas provincias de esta nación, además de que hace convocatorias y foros por todas las regiones del planeta.
En esta oportunidad, junto con un espacio para mirar la situación general del mundo en este ámbito, en el que intervendrán reconocidos académicos y funcionarios gubernamentales chinos, habrá un foro sobre la relación con América Latina en este campo y sesionarán otras mesas para debatir diversos tópicos que deciden en la comunicación contemporánea.
La convocatoria persigue también que los periodistas y comunicadores del planeta confraternicen y se acerquen a la realidad de esta nación, inmersa en un pujante programa de modernización y apertura que la ha llevado a situarse a la vanguardia internacional en numerosos aspectos.
Esa es la razón por la que los primeros días de la presencia aquí estuvo dedicada a recorrer importantes proyectos culturales y fabriles, algunos de los cuales marcan pautas entre las industrias más innovadoras del país y del mundo en los terrenos de la producción de chips, conductores y semiconductores de acero, baterías y medicamentos.
Las industrias visitadas elaboran soportes esenciales para la producción de carros eléctricos, paneles de energía solar y otros surtidos que marcan la revolución tecnológica mundial.
Todas son punteras por el grado de digitalización y capacidad innovativa y se enmarcan dentro de la llamada industria 4.0 y 5.0.
Los emporios visitados se localizan en las ciudades de Nanchang, capital de la región, y Fuzhou, dos megaurbes en las que se testimonia muy claramente la pujanza modernizadora de esta nación.
Algo muy visible en los recorridos es el enorme acento ambiental que pone china en su impulso revolucionador, así como la prioridad que se ofrece al vínculo entre tradición, cultura, historia y desarrollo.
