La socorrida Wikipedia informa sobre el Café Chinitas: “fue un teatrillo o café cantante” que se inauguró “a mediados del siglo xix, en la ciudad española de Málaga”, y en 1937 fue clausurado “por las autoridades municipales malagueñas en plena guerra civil”. También apunta que empezó su vida como “un teatro de espectáculos denominado Salón Royal”, hasta que fue cediendo su nombre al actual, que ha coexistido con El Chinitas o Café de Chinitas, denominaciones que tributan a “un actor dramático llamado Chinitas”.
Ochenta y siete años después de aquel cierre, volvió a abrir sus puertas, el 30 de septiembre de 2024, en su ubicación original, y ya con una estatua a tamaño natural de Federico García Lorca. Lo muestra apoyado en la barra, donde “recibe a los visitantes, recordando la conexión íntima del poeta con este lugar.”
Buenas amistades lugareñas estuvieron recientemente en el lugar, y se tomaron fotos junto a la estatua del poeta granadino. A quien esto escribe le enviaron, con las fotos, algunos comentarios, uno de ellos muy triste: “Hemos hablado con una joven que trabajaba allí de camarera” y —aunque es nativa, no inmigrante, cabe añadir— “no sabía nada de que Lorca fue asesinado, ni que había estado prohibido, ni que su cuerpo aún no se ha encontrado. Nada. Tremendo”. Añaden, además, que ahora el Café Chinitas “es un bar pijo de cara al turismo, y nos hemos tomado un pajarete a un precio abusivo”.
Como nota estimulante en medio de la tristeza, también cuentan que, al salir, la joven les dijo que se había quedado pensando sobre lo que le habían contado. Pero, infieren con razón, si no conocía eso de Lorca, nada menos que de Federico Garcia Lorca, que está allí representado por toda una estatua de tamaño natural, y con su nombre, ¡hay que imaginarse lo demás!
Sobre la relación que el poeta, dramaturgo y músico tuvo con aquel sitio vale recordar, por ejemplo, su colaboración con la cantante, bailarina y coreógrafa Encarnación López Júlvez, la Argentinita, asunto que merece todo un texto, y remite a los vínculos entre ambos y el singular torero y artista Ignacio Sánchez Méjías, a quien Lorca dedicó su célebre Llanto. Pero, para interrumpir ya estas líneas con una nota feliz, he aquí, de Lorca, un cantar en el que está presente el mencionado café.
1
En el café de Chinitas
dijo Paquiro a su hermano:
“Soy más valiente que tú,
más torero y más gitano”.
2
En el café de Chinitas
dijo Paquiro a Frascuelo:
“Soy más valiente que tú,
más gitano y más torero”.
3
Sacó Paquiro el reló
y dijo de esta manera:
“Este toro ha de morir
antes de las cuatro y media”.
4
Al dar las cuatro en la calle
se salieron del café
y era Paquiro en la calle
un torero de cartel.