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Una mirada a la cubanidad desde el arte de archivo

Concebida como instalación con retratos fotográficos, archivos, árboles genealógicos, video y libro, Herederos Boggiano del artista italiano Cristiano Berti, es el resultado de una larga y profunda inmersión arqueológica y antropológica al mismo tiempo.

¿Quién fue Antonio Boggiano, nacido en Savona en 1778 y fallecido en Trinidad de Cuba en 1860? ¿Cuál es su legado? ¿Quiénes son sus herederos cubanos? La obra ya tiene muchos pasos andados en Cuba y fuera de ella: retratos de personas nacidas entre 1925 y 2002 aunque las ramificaciones genealógicas llegan hasta el 2019, árboles genealógicos con unos 300 nombres: “columnas de tiempo que datan de los nombres de las personas arrancadas de África en las primeras décadas del siglo XIX. Dibujados en las paredes y en una parte del techo, permiten asociar el aspecto iconográfico de la metáfora arbórea con la indicación exacta de algunos datos personales, si se conocen. Comienzan desde la parte superior, con los nombres más antiguos que ocupan partes del techo, continuando a lo largo de las paredes. Crean un sistema radial que deja el espacio central vacío. En este vacío, coloco idealmente a Antonio Boggiano: allí estaría si fuera el progenitor común a todos estos linajes, pero en ninguno de los casos estudiados, ha aparecido un vínculo biológico entre el antiguo emigrante italiano y los Boggiano cubanos”.

Los Boggiano cubanos son la huella de la esclavitud, y según el propio artista, ”hay razones para creer que todos los Boggiano cubanos descienden de los esclavos que Boggiano tenía en casa y, mucho más numerosos, en su plantación de café, situada en las colinas de Trinidad”.

El reconocido artista italiano ha contado que llegó a la historia de “Herederos Boggiano” cuando encontró el nombre de ese italiano “de casualidad en la búsqueda de información sobre la comisión de la Fuente de la India, fuente neoclásica muy conocida en La Habana; conocí sobre los nombres de dos intermediarios y uno de ellos era este personaje Boggiano”. En estos Boggiano de la isla, Berti encuentra conexiones culturales, huellas de la historia y de la nación cubana; y la investigación de arte de archivo se pregunta sobre la capacidad de la historia de contribuir a la interpretación de la realidad en un mundo de mestizajes y herencias.

Maribel Acosta Damas– Herederos Boggiano se encuentra en el cruce de arte, archivo y comunicación, ¿hasta dónde son los aportes de una y otra área del conocimiento para entender el concepto total de la obra?

Cristiano Berti– En aras de la simplicidad, me he acostumbrado a definir mi obra como un cruce entre arte e historia, pero el espectro de nociones que podrían cuestionarse es ciertamente más amplio. Así que te agradezco que quieras abrir nuestra conversación con estos otros dos términos.

El archivo entra en mi obra de dos maneras diferentes. Hice un uso extensivo de los archivos históricos. Ésta fue la primera y más obvia forma de relacionarse con la noción de archivo: como colección de documentos y como institución cultural que opera en el presente, así como producto de un complejo de convenciones sociales e ideológicas arraigadas en un pasado lejano.

Haberme centrado en este último aspecto, es decir, que la documentación conservada en los archivos históricos es lo que queda de un sistema de poder administrativo, me convenció de la imposibilidad de contar las historias de los primeros Boggiano cubanos. Así nació la idea del vídeo, y aunque no respondía exclusivamente a esta petición, el vídeo estaba fuertemente impregnado de mi deseo de trabajar sobre la ausencia incurable de estas voces. Sólo después de haberlo realizado me di cuenta de que al moverme por la sierra de Trinidad yo mismo había creado un archivo de imágenes y palabras. Y ésta es la segunda manera que me he relacionado con la noción de archivo.

En cuanto al término comunicación, me gusta usarlo para evocar el sentido de comunidad que nace de este proyecto. Es un discurso que me involucra, porque muchos Boggiano cubanos han colaborado directamente en la investigación sobre el arraigo familiar. De ellos tomé y a ellos les di. Hemos puesto en común nuestros conocimientos. Lo que no esperaba, y que observé con curiosidad y placer, fue el nacimiento de un sentimiento de intimidad entre los Boggiano pertenecientes a diferentes estirpes familiares, es decir sin ningún parentesco, ni cercano ni lejano. No había pensado en esta dimensión relacional de mi trabajo y la acogí como un regalo.

Maribel Acosta Damas- ¿Qué distingue a esta obra de la que tiene Berti en su recorrido como artista-investigador?

Cristiano Berti- Como siempre sucede, hay elementos de distinción y de continuidad con el pasado. En comparación con la obra anterior, que incluso en muchos aspectos tenía una estructura similar, la relación con los resultados de un hecho histórico particular ha cambiado. En aquella obra había fetiches inanimados, testigos de hechos históricos olvidados: la cantera de mármol abandonada en Piamonte (Italia) y la fuente neoclásica de La Habana. Aquí la historia se proyecta al presente a través de la vida de cientos de personas.

Mirando un poco más atrás, a lo que hice antes de estos dos últimos trabajos, es evidente que en el pasado la actividad de investigación que realicé estuvo casi completamente oculta en el momento de la realización del trabajo. Esta actitud disimuladora tuvo en su momento una función y una utilidad específica, pero en estos últimos trabajos habría entrado en contradicción con mi elección de recurrir a las convenciones de las publicaciones científicas. Entonces, de mala gana, me desprendí de ella.

Maribel Acosta Damas- La narrativa existencial de Berti-Boggiano nos presenta un personaje, una época, un legado, una re-interpretación contextual. ¿Cómo se da el trasvase de sentimientos, sensaciones y deudas existenciales de uno y otro, o sea, del personaje-legado y el Berti-legado?

Cristiano Berti- Tu pregunta me recuerda el pensamiento recurrente, entre muchas de las personas de apellido Boggiano que he conocido, de que si tenía alguna conexión con la familia italiana a la que pertenecía el hombre que emigró a Cuba en 1796. Lo que no es el caso. Y sin embargo, por supuesto, debo tener algo que me une estrechamente a esta historia. Lo que transformó el encuentro con un hecho extraño de curiosidad en obsesión. Del asombro a la obsesión. ¿No es ésta, en términos más generales, una buena definición de la obra de un artista? El que transforma curiosidades (o descubrimientos, o carencias…) en obsesiones, dando forma a sus propios fantasmas.

Como sabes, parte de mi trabajo consiste en la creación de dos grandes árboles genealógicos de los Boggiano cubanos, llenos de nombres. Todo el mundo sabe qué es un árbol genealógico, muchos han intentado, casi por diversión, hacer el suyo propio, algunos han dedicado tiempo o dinero a perfeccionar y desarrollar este tipo de investigaciones. Pero ¿dónde encontrar a alguien capaz de dedicar cinco años de su vida a dibujar los árboles genealógicos de algunas familias de extraños, sino en la ‘casa de los locos’ del arte contemporáneo?

Maribel Acosta Damas- Más que Historia, Herederos Boggiano es una incursión antropológica en la memoria: desde los llamados herederos cubanos, desde los documentos encontrados y reactivados, desde las microhistorias de los personajes, desde la cartografía elaborada… ¿hasta dónde importa la verdad histórica en este relato? ¿hasta dónde importa la vedad histórica en el arte, según Berti?

Cristiano Berti- Realmente te agradezco esta observación, que afina la percepción de lo que siempre he llamado, de manera un tanto casual, historia. Habiéndome movido en la zona fronteriza de la disciplina histórica, permitiéndome también varias transgresiones, me parece oportuno reflexionar sobre ello asumiendo otro punto de vista, y lo que sugieres me intriga mucho.

En cuanto a verdad histórica, imagino que no te refieres a lo que surge del conjunto de los estudios históricos, sino que la expresión debe entenderse como: interpretaciones basadas en información disponible en documentos de la época. Bueno, aquí confirmo que cada ladrillo con el que construí el edificio del libro está hecho con el barro de uno o más documentos. El arrepentimiento de no poder utilizar cierto material, porque no se podía conseguir, no me impulsó a sustituirlo por otra cosa. Preferí, como acabo de decir, trabajar alrededor de esta carencia. Esta es mi marca: si hay un hecho determinado subyacente en alguno de mis trabajos, mi actividad de investigación habrá estado encaminada a conocer lo más posible de él, y esto con independencia de que el resultado de mi proceso de investigación sea, en última instancia, oculto o visible. El público debe poder confiar en esta exactitud mía, a veces patética, manteniendo al mismo tiempo en algún lugar de su mente una sana y diría indispensable sensación de incertidumbre.

Sin embargo, si miramos el arte visual en su conjunto, no tengo recetas que ofrecer y lo verosímil me parece tan fascinante como la verdad.

Maribel Acosta Damas- La conceptuación en torno a la producción simbólica contemporánea no puede obviar el escenario del capitalismo cognitivo como plataforma de construcción y reconstrucción de conocimientos, visto como perspectiva epistemológica que nos permite observar totalidades y especificidades. Atendiendo a estos conceptos cómo se determina en su obra:

  • El archivo como consignación arcóntica en el arte contemporáneo, desde la infraestructura emergente de la investigación archivística, en la intervención archivística (en proceso continuo) y evaluado como genealogía semántica del archivo membránico en tanto re/de/construcción de significados, deviene narrativa tácita de capas sucesivas reutilizables y reinterpretables en cada trayectoria de activación del documento devolviéndonos siempre una nueva historia, determinada a su vez por la memoria y el contexto.
  • La conceptuación de la genealogía semántica del archivo membránico, que nos permite acercarnos a los significados y narratividades tácitas emergentes en diálogos interdisciplinares arte contemporáneo y archivo.
  • La implementación curatorial, a partir de las narrativas contextuales y las nociones de memoria y olvido que de ellas emanan.

Cristiano Berti-La acción de acudir físicamente a un archivo histórico y abrir una carpeta de documentos antiguos en busca de información está, por convención, reservada a los especialistas. En un mundo donde el conocimiento pasa cada vez más por la consulta de bases de datos digitales, es decir, por la “query”, esta operación será cada vez más extraña, y quizás algún día será inconcebible o será un acto subversivo. Por eso creo que para el arte puede ser interesante mirar los archivos históricos. Son espacios que conservan claramente la huella de los poderes del pasado que los han querido, que han seleccionado lo que iba a transmitirse a la posteridad, destruyendo o permitiendo que se destruya mucho más. Sin embargo, hay lugares donde es posible ejercer la libertad de elección. Al alto precio del tiempo que se le dedica, pero sin verse continuamente infectado por los aguijones de las corporaciones digitales globales, sus algoritmos, sus procesadores artificiales de contenidos, etc. Por supuesto que hay mucho más fuera del archivo histórico, pero si hablamos de archivos, esta es la primera consideración que me viene a la mente.

Me gusta muchísimo que hayas evocado el olvido, junto con la memoria. Desde este punto de vista, una vez más, el archivo es el contenedor tanto de la memoria como del olvido. No repetiré cómo la memoria de los archivos es limitada, cuestionable y discutible. Pero miremos el otro polo de la relación: aquí el archivo nos habla a través de sus carencias, de sus vacíos que no deben ser colmados, sino contemplados y transformados en materia de reflexión.

Luego está el vasto mundo de los artistas que crean sus propios archivos. A algunos los admiro mucho, un nombre para todos, Walid Raad, y yo mismo me he encontrado construyendo colecciones similares a un archivo. Debe haber algo de coleccionista en muchos artistas, si no en todos. Esto también se puede ver en sus talleres. Generalmente no se trata del coleccionismo de un filatelista, sino que el efecto es el de una wunderkammern, o sugiere esos pequeños animales que acumulan alimentos y objetos en serie. Incluso en el caso de los artistas que crean archivos, nos encontramos ante una selección, es necesario decidir qué queda y qué no, qué significado darle a ambos.

Este tema de la permanencia me parece de excepcional importancia. En unos años bastará con que un servidor se queme para que un mundo desaparezca en el aire. En comparación, los incendios de las ciudades antiguas parecerán triviales.

Maribel Acosta Damas- En Herederos Bogiano pudiera parecer que la historia esclavista que da lugar al relato mismo, se va perdiendo en el camino o va endulzándose con una mirada “comprensiva” de “aquellos tiempos lejanos” ¿Cómo lo percibe Berti y dónde y cómo lo coloca en su investigación-obra?

Cristiano Berti- Creo que la impresión de la que hablas proviene de una elección precisa mía: contar la historia de Antonio Boggiano, con sus orígenes familiares y con sus hijos y nietos, sin mencionar nunca la esclavitud. Quería que el lector se acercara a la figura de este olvidado comerciante de Savona sin conocer su lado oscuro, digamos incluso odioso. También quería replicar en mi texto esa escisión que debió caracterizar toda la vida de Boggiano: esclavista en Cuba, terrateniente enriquecido por el comercio transatlántico en los veinte años que pasó en su ciudad natal. Suavicé este esquema abriendo con la historia de Paco Boggiano, uno de los afrodescendientes, para quien el lector debe entrar en los primeros capítulos teniendo en mente su presencia, y llegar al final de la primera parte con la insatisfacción de quien no encuentra una conexión. Sigue un capítulo, el séptimo, en el que describo detalladamente la casa-templo de Kalunga en Trinidad. Se habla mucho de África y no de los Boggiano. Es la única parte del libro en la que nunca aparece el apellido: sólo en un capítulo posterior se entenderá que el templo fue fundado por el sobrino de Adelaida Boggiano, esclava del cafetal. Los capítulos restantes están dedicados a los Boggiano africanos y criollos, y ahí intento, aunque las fuentes son todas expresiones del sistema de opresión esclavista, evitar que esta parte del libro suene como la parte sobre “los esclavos de”.

El lenguaje del libro está fuertemente influenciado por los documentos en los que se basó mi investigación. La mayoría de las veces se trata de citas literales. En otros lugares he recurrido a términos anticuados o burocráticos, comerciales o judiciales. Si bien los traductores de la edición en español han hecho un trabajo excelente, es posible que algunos de estos refinamientos se hayan perdido en la transición de un idioma a otro. Pero la idea era más o menos la de poder contar una historia terrible de forma sobria y manteniendo una luz al fondo. Porque si se mira con atención, la historia de los herederos Boggiano está hecha de vida más que de muerte, y de libertad.

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Maribel Acosta Damas
DraC. Maribel Acosta Damas, jefa de la carrera de Periodismo, Profesora Titular de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Presidenta de la Cátedra de Periodismo Cinematográfico Santiago Álvarez.

One thought on “Una mirada a la cubanidad desde el arte de archivo

  1. Muy interesante este diálogo siempre es un placer y una tentación conocer las verdaderas raíces de nuestros antepasados aunque haya diferentes fuentes de procedencia.Creo q esta antigua historia seleccionó a Berti para que la contara con tanta dedicación y tanto arte a la vez

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