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El Periodismo en Martí

Por María Julia Guerra Ávila

En Cuba y en su peregrinar por España, México, Guatemala y los Estados Unidos José Martí realizó varios trabajos a la vez, pero su actividad periodística se inició a los 16 años, cuando el 14 de octubre de 1869 aparece el periódico El Diablo Cojuelo, redactado por él y su amigo Fermín Valdés Domínguez. Pocos días después, se vincula al periódico La Patria Libre.
Dentro del periodismo laboró como reportero, articulista, editor, corrector de pruebas, corresponsal… Sobre ello, nos dejó dicho: “De todos los oficios prefiero el de la imprenta, porque es el que más ha ayudado a la dignidad del hombre, y el de edificador y cantero, porque yo rompí piedras. ¡Me enamora todo lo que se yergue y levanta: un talento que surge, un amor que se aviva, una pared que se alza!”, en su poesía, De noche en la imprenta, publicada en la Revista Universal en México, el 10 de octubre de 1875: “Es la labor de la imprenta misteriosa:/ Propaganda de espíritus, abiertos/ Al Error que nos prueba, y a la Gloria,/ Y a todo lo que brinda al alma un cielo, /Cuando el deber con honradez se cumple, /Cuando el amor se reproduce inmenso. /Es la imprenta la vida…/”.
No hay dudas, de que amó el periodismo que ejercía porque lo declaró así en otra poesía: “Mientras me quede un átomo de vida/ Halaré mi cadena con valor:/ Pintaré con palabras, y en las manos /No habrá más manchas que la del color.// Mientras me quede un átomo de vida/ Con la cabeza en alto, sonreiré./ Moriré con la pluma, en el trabajo: /Con la pluma en el pecho moriré.//”.
En España su primer trabajo periodístico aparece en La Soberanía Nacional, de Cádiz. Además, publica en los semanarios La DiscusiónEl Jurado Federal y La Cuestión Cubana, de Sevilla; pero es en México donde inicia realmente su carrera periodística en la Revista Universal, un diario de política, literatura y comercio; en él desempeñó casi todas las funciones: reportero, redactor, corrector…
En su estancia en Guatemala, José Martí no descuida su labor periodística; sus trabajos aparecen en los periódicos El Progreso, El Federalista y El Guatemalteco y también dedica tiempo a la publicación de la revista Guatemala.
Durante el breve tiempo que estuvo en Venezuela, laboró para el diario La Opinión Nacional y en especial se dedicó a la preparación y edición de la Revista Venezolana, cuyas treinta y dos páginas se deben a su pluma.
La actividad periodística de José Martí es asombrosa pues ya en Nueva York, dirige la revista La América y escribe para los diarios: El Economista AmericanoEl Avisador CubanoEl Avisador Hispanoamericano y para las revistas, The Hour, La Juventud, El Porvenir y La Revista Ilustrada, también colabora con el periódico The Sun.
Es de destacar su labor al frente de la revista La Edad de Oro, publicación para recrear e instruir a los niños y las niñas de nuestra América, la que escribió, dirigió y administró. Sin embardo donde alcanza su mayor altura periodística es cuando funda en Nueva York, el 14 de marzo de 1892, el periódico Patria que deviene en el órgano oficial del Partido Revolucionario Cubano.
José Martí, también fue corresponsal. Entre los años 1880 y 1892, lo hizo en los Estados Unidos para los diarios: La Nación de Buenos Aires, Argentina; La Opinión Nacional de Caracas, Venezuela; La Opinión Pública de Montevideo, Uruguay; La República de Tegucigalpa, Honduras y El Partido Liberal de México.
Última misión periodística
La última misión periodística de Martí fue la de reportar la guerra del 95, y a la vez, desde la distancia, dirigía el periódico Patria; así como orientaba a Benjamín Guerra y a Gonzalo de Quesada y Aróstegui sobre qué decir y cómo decirlo.
Ejemplo de ello es que el 25 de marzo de 1895, el mismo día de la firma del Manifiesto de Montecristi, en carta que les envía desde República Dominicana, cuando ya se alista para partir junto al generalísimo Máximo Gómez hacia Cuba e incorporarse a la guerra que ha estallado, les precisa algunas recomendaciones editoriales: “…Vds. midan, y cúbrannos: aún les llegará esta carta, y será más urgente que nunca su cautela. Capeen a los diarios, y entreténganlos con noticias de detalle, sin caer en nada sustancial ni futuro. Ni digan lo que ha de suceder, porque luego las cosas pueden ser diferentes, y se pierde crédito; que la representación oficial, que deben prever sin error, no debe perder nunca. Bien saben los dos, que son como porciones propias mías… “.

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