Frases de Fidel sobre periodismo, ética y Revolución

Cubaperiodistas reproduce las frases de Fidel sobre periodismo, ética y Revolución, compiladas por Julio García Luis (1942-2012), tomadas de Cubadebate y que forman parte de su libro póstumo sobre Periodismo, Ética y Revolución cubana, actualmente en preparación.

Compiladas por Julio García Luis

La Revolución es obra de todo el pueblo. Si la Revolución tiene defectos, es como el hijo que tiene defectos también. Nosotros queremos que la Revolución sea perfecta, pero una cosa son las críticas que le hacemos los revolucionarios, y otra son las que le hacen los enemigos. A los enemigos no se las aceptamos. Las críticas tienen que ser de los revolucionarios para superar las deficiencias. Los contrarrevolucionarios critican para destruir, y los revolucionarios critican para superar, para resolver.

Pero además, la crítica no solamente hay que hacerla en los centros de trabajo, en las organizaciones, en el sindicato, sino que los periódicos revolucionarios también deben criticar. Y ningún administrador debe ponerse bravo porque lo critiquen. El tiene derecho a replicar, de aclarar cualquier cosa, de explicar cualquier problema. Esas son las críticas que se hacen en los órganos de la Revolución, que se hacen los revolucionarios entre sí. Los contrarrevolucionarios no, porque ellos lo que quieren es destruir. Ellos no nos quieren ayudar. Critican por destruir, por sembrar, la desmoralización, el pesimismo, el desaliento. Un revolucionario, un hombre de pueblo, un trabajador, un campesino, nunca debe dejarse desmoralizar por un contrarrevolucionario, por una mentira, por una intriga. Nunca debe quedarse callado frente a un contrarrevolucionario. Porque esos son iguales que los que en la guerra, cuando hay peligro, abandonan la posición, y huyen, tratando de que huyan los demás.

(Discurso por el IX Aniversario del asalto al cuartel Moncada. Oriente, 26 de julio. Obra Revolucionaria (24). La Habana, 1962)

Se manifiesta frecuentemente una interpretación errónea sobre el contenido de la crítica a la gestión económica y administrativa, lo que da lugar a señalamientos aislados y a una práctica que asume el ejercicio de la crítica como si fuera uno más entre los géneros periodísticos. De tal manera, no pocas veces los esfuerzos en este sentido resultan festinados y no forman parte de un enfoque integral que incluya tanto los aciertos como las deficiencias. Criticar no es una meta, sino la aplicación desde posiciones de principios de un método para interpretar la realidad en su conjunto, promover acciones colectivas para transformarlas y superar las imperfecciones. Por otra parte, es evidente la falta de especialización en los dominios de la economía que predomina entre muchos de nuestros periodistas.

En un Estado de trabajadores como el nuestro, la crítica a una deficiencia o a errores en la gestión económica o administrativa no se hace para destruir a nadie, ni la confianza de las masas en la Revolución, sino para enfrentar a los cuadros a su sentido del honor, educar al pueblo y señalar el camino de la rectificación. Cuando se trata de problemas determinados por factores objetivos, el deber de nuestra prensa es documentar a la población y darle todos los elementos para que comprenda las causas; emprenderla únicamente contra las consecuencias no solo resulta contraproducente, sino que tiende a desorientar y confundir.

(Informe Central del Tercer Congreso del Partido Comunista de Cuba, Ciudad de La Habana, 4 de febrero. Editora Política, La Habana, 1986)

Mi concepto de la prensa libre es que los medios de comunicación, la prensa, la radio y la televisión deben ser propiedad del pueblo, y no propiedad de individuos particulares. Ese es nuestro concepto.

En nuestro concepto, los periódicos y los medios masivos pertenecen al pueblo. Y debe existir la más amplia libertad para que el pueblo utilice esos medios en favor de los intereses de la causa, en la crítica dura todo lo que esté mal hecho. Creo que mientras más crítica exista dentro del socialismo, eso es lo mejor…

(Conferencia de prensa ofrecida en el hotel Pegasus, Jamaica, 21 de octubre. Ediciones OR (octubre-diciembre), La Habana, 1977)

Yo creo que lo más importante es que tengamos conciencia de que debemos usar la prensa en esta batalla, que es la batalla de la Revolución ahora y en futuro. Debemos estar conscientes de eso. Esto va a generar más presión, y yo creo que hace falta más presión sobre los cuadros, sobre los organismos, sobre los ministros, los cuadros políticos, sindicales, administrativos, todos. Porque falta presión.

Si existiera más presión yo creo que existirían menos errores. Se supone que hay presión, que el sindicato se ocupa, que el Partido se ocupa, que todo el mundo se ocupa, que el gobierno se ocupa de los problemas, pero los problemas aparecen por ahí constantemente, muchas veces tardamos hasta meses en enterarnos de que un problema ocurre. Todo esto va a generar más presión, va a generar amargura, va a generar incluso injusticia, va a generar incomprensiones, va a generar interpretaciones erróneas, superficiales, de todo eso, porque yo no veo otra manera. Realmente, yo no veo manera de que nosotros empecemos a emplear la prensa de un modo más eficiente y que no se originen algunos de estos problemas, y que yo creo que solo la práctica y solo el tiempo podrá irlo perfeccionando.

Y yo lo que digo es que lo que hagamos, tenemos que hacerlo. No como ha ocurrido tantas veces. Se manda una circular, se desata una gran crítica de cualquier tipo, se retrocede, porque empieza a producir efecto negativo y es verdad que puede producir efecto negativo.

Los periodistas son un destacamento de la Revolución, y tratan de servir a la Revolución de la forma en que ellos creen que la sirven mejor y en las condiciones en que desenvuelven su trabajo, y nuestro problema consiste en saber cómo utilizar ese destacamento de la Revolución. Ese es nuestro problema, cómo utilizar de la manera más eficiente ese destacamento de la Revolución, porque no lo estamos usando de la manera más eficiente.

Si estoy convencido de que hay que utilizar la prensa de otra forma, y hay que hacer que la prensa participe en esta batalla contra todas las tendencias negativas, que la prensa participe definitivamente en la batalla por el perfeccionamiento de nuestro sistema, de nuestra Revolución, que la prensa trabaje, participe de una manera más eficiente. No es que no participe, no le voy a negar a nuestra prensa muchas de las cosas positivas que ha hecho en muchos momentos y que hace, incluso, y muchas campañas y muchos trabajos serios. Yo digo que la prensa participe de una manera mucho más eficiente en el proceso de la construcción del socialismo en nuestro país y que nosotros tracemos pautas de cómo se debe emplear la prensa en un proceso revolucionario.

Si el sueño de un revolucionario era tener un periodiquito clandestino, nosotros tenemos un periódico que saca 1 000 000 de ejemplares, ¿por qué no vamos a hacer un uso óptimo de ese instrumento? Si la batalla antes era contra la explotación, contra la opresión, contra la tiranía; la batalla es ahora por la construcción del socialismo, una motivación tremenda, hacerlo bien, hacerlo perfecto, ¿Cómo no vamos a aprender a usar esos medios que tenemos de forma óptima? Y no quiero decir que esos medios no hayan sido útiles.
Los burgueses se dan golpes de pecho haciéndose pasar por los más capaces de la libertad de prensa y yo creo que, en realidad, si de valor se trata el revolucionario es mucho más valiente, si de moral se trata el revolucionario tiene mucho más moral.

(Intervenciones durante los debates y sus conclusiones en el II Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Ciudad de La Habana, 17-19 de julio. Cuba Socialista 6 (5), septiembre-octubre, 1986)