COVID-19

El individuo, la sociedad, la política y la economía ante la pandemia de la COVID-19

Desde antaño, es decir, siglos antes y después de nuestra era, los habitantes de distintas regiones e incluso del orbe entero han sufrido epidemias y pandemias que han diezmado las poblaciones en cifras de miles o millones de personas. Algunas de ellas como la peste, el cólera y la gripe se han repetido en siglos y años sucesivos.

En el siglo XX se destacaron por su mortalidad la llamada gripe española, causada por el influenza virus A H1N1, la gripe porcina, los brotes de ébola, la pandemia del sida y otras, con saldos de miles o millones de víctimas.

En el siglo XXI han sido varias las epidemias por virus, sobresaliendo en los años 2009 y 2010 la pandemia de gripe A (H1N1) causante de unas 18 000 muertes y la epidemia del virus de Zica con afectaciones de millones de personas aunque con menor número de muertes.

La actual pandemia de la COVID-19, por su alto nivel de transmisión y letalidad se ha propagado ya casi por todo el mundo y el número de contagios y alta mortalidad en el corto periodo transcurrido desde su aparición en China constituye una amenaza para la humanidad. Desde el 31 de diciembre del 2019 China notificó un conglomerado de casos de neumonía en Wuhan (provincia de Hubei). Posteriormente se determinó que estaban causados por un nuevo coronavirus (SARS.COV2). Al día siguiente la OMS puso a la organización en estado de emergencia y en los días posteriores inició los estudios y las posibles estrategias contra la epidemia.

Fueron hitos importantes de la OMS durante el mes de marzo de 2020, después de las evaluaciones de diversas variables relacionadas con la enfermedad por parte de grupos de expertos de la organización y decenas de países, los siguientes:

3 de marzo de 2020. La OMS publica el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta de la comunidad internacional para ayudar a los Estados con sistemas de salud más frágiles a protegerse.

11 de marzo de 2020. Profundamente preocupada por los alarmantes niveles de propagación de la enfermedad y por su gravedad, y por los niveles también alarmantes de inacción, la OMS determina en su evaluación que la COVID-19 puede caracterizarse como una pandemia.

13 de marzo de 2020. Se establece el Fondo de Respuesta Solidaria contra la COVID-19 para recibir donaciones de particulares, empresas e instituciones.

18 de marzo de 2020. La OMS y sus asociados ponen en marcha el ensayo «Solidaridad», un ensayo clínico internacional que tiene por objeto generar datos sólidos de todo el mundo para encontrar los tratamientos más eficaces contra la COVID-19, incluyendo modalidades de vacunas.

Analizada la situación de la pandemia hasta el presente se puede concluir que hasta el momento esta parece agravarse en muchos países, la declaración parcial o total de cuarentena constituye una medida hasta ahora efectiva, como se constató en el caso de Wuhan en China, y de otros países. La rápida identificación de la secuencia del ADN del virus por los científicos chinos permitió determinar las pruebas para confirmar la presencia del virus en los individuos y establecer los protocolos posibles para el tratamiento de los enfermos. La estrategia y respuesta solidaria propuesta por la OMS a nivel internacional ha sido reconocida como positiva por parte de la mayor parte de los países, aunque algunos, como los EE.UU., han sido la nota discordante debido a la tozudez del presidente Trump, con actitudes contraproducentes tanto en lo nacional como en lo internacional para el abordaje y solución de la pandemia.

Casos excepcionalidades de la solidaridad internacional han sido China y Rusia por los recursos sanitarios y asesorías brindados a muchos países, y especialmente Cuba, que ha enviado brigadas especializadas en epidemias a 18 países en América Latina y el Caribe, Europa y África, a pesar del bloqueo criminal de EE.UU que se ha agudizado aun en estos instantes de crisis y emergencias sanitarias internacionales.

En febrero de 2018 la OMS emitió sus previsiones sobre las 10 posibles amenazas para la salud.  En ese reporte se afirmaba: “Es inevitable que se declare una nueva pandemia de gripe. En este mundo interconectado, ya se dan las condiciones para que se inicie el próximo brote mundial, que es solo cuestión de tiempo y tendrá consecuencias de amplio alcance. Una pandemia grave podría provocar millones de muertes y costar más del 1% del PIB mundial.

Hemos recorrido un largo camino en los 100 años que han pasado desde que la pandemia gripal de 1918 se llevó la vida de más de 100 millones de personas. Ahora, tenemos los medios para detectar los ataques de la gripe y para contrarrestarlos. Cada año, la OMS recomienda virus candidatos para vacunas a fin de proteger a la población de todo el mundo contra la gripe estacional. Más de 150 instituciones de salud pública de 110 países colaboran en la vigilancia y la respuesta mundiales. Pero no hay nada que podamos predecir relativo a la gripe, ni siquiera cómo y cuándo aparecerá la próxima pandemia. La OMS hace un seguimiento de otros patógenos respiratorios potencialmente pandémicos que representan amenazas importantes, entre ellos el MERS-CoV”.

Las predicciones de la OMS se han cumplido con la aparición de la COVID-19. Está por comprobar el costo humano en afectaciones a la salud física y mental, así como a los medios de vida de cada individuo, a la situación de salud y las condiciones integrales, incluyendo las económicas, de las sociedades en los distintos países y el mundo, y, por supuesto, las pruebas y desafíos que indefectiblemente recaerán sobre las conductas psicológicas y sociológicas, las normas éticas y los sistemas políticos e ideológicos que perviven en los países y en la humanidad, con sus multiplicidades de modelos diferentes y hasta contrapuestos con respecto a las visiones solidarias o egoístas prevalecientes en los gobiernos y clases sociales.

Todos los asuntos implicados en el enfrentamiento de la actual pandemia tienen un enfoque y una dirección concreta relacionada con la política que se considere conveniente aplicar, pues como dijera José Martí “el libro que más me interesa es el de la VIDA, que es también el más difícil de leer, y el que más se debe consultar en todo lo que se refiere a la POLÍTICA, que al fin y al cabo es el arte de asegurar al hombre el goce de sus facultades naturales en el bienestar de la existencia.”  

Por tanto, en todo lo referente a esta pandemia, la vida y la política son parte inseparables de las estrategias que los países y el mundo deben asumir aportando todos los recursos humanos y materiales y movilizando a los pueblos para salir triunfantes de esta tragedia que avanza alentada por el egoísmo, la imprevisión, la indiferencia y la torpeza de algunos dirigentes de los países ricos y desarrollados y, por supuesto, por la pobreza y la incultura de la gran parte de la humanidad que integran los países pobres y subdesarrollados.

Quiérase o no, el asunto esencial y la posible solución a las variantes que planteen la presente y futuras pandemias, transcurren por el modo de concebir la política, ya sea como un instrumento egoísta, avaro y mortal o, por el contrario, como un instrumento generoso, salvador y solidario.

Quizás una poesía puede rebelar la esencia de este problema cardinal que es la política aplicada a la salud o a cualquier campo. Ella está presente en todo, aunque tontos e inteligentes traten de negarlo y siempre tratarán de aprovecharse de ella para sus acciones y motivos espurios.

He aquí el poema titulado Los niños de la época, de la poetisa polaca y Premio Nobel de Literatura de 1996, Wislawa Szymborska:

Somos niños de la época, / la época es política.

Todos los asuntos diurnos y nocturnos, / tuyos, nuestros, de ustedes, / son asuntos políticos.

Si lo quieres o no, / tus genes tienen pasado político, / tu piel matiz político, / tus ojos aspecto político.

Lo que hables, tendrá resonancia, / lo que pienses, tendrá importancia / de un modo u otro, política.

Incluso cuando vas muy lejos, / das pasos políticos / sobre el político suelo.

Los versos apolíticos también son políticos, / arriba brilla la luna, / ya el objetivo no es lunar. / Ser o no ser, he aquí la pregunta. / Qué pregunta, querido, responde. La pregunta política.

Ni siquiera tienes que ser humano / para ganar en importancia política. / Basta con que seas petróleo, / forraje concentrado o productos derivados.

O también una mesa de sesiones sobre cuya forma / se ha estado discutiendo durante meses: / ante cuál negociar sobre la vida y la muerte, / si debe ser redonda o cuadrada.

Mientras tanto perecía la gente, / morían los animales, / se quemaban las casas / se yermaban los campos / como en épocas muy remotas / y menos políticas.

En conclusión, hoy enfrentamos una pandemia de la cual no se sabe todavía cual será el saldo final de los millones de personas contagiadas, ni el resultado consiguiente de los miles o millones de muertes que permitan determinar finalmente su real letalidad. Tal vez entonces se conozca la afectación al consabido PIB de las naciones y del mundo. Y también se conozca quienes fueron los más o menos solidarios a la hora brindar la mano amiga a los más necesitados sin distingos algunos étnicos, políticos, ideológicos, etc.

Y quizás entonces tengamos una respuesta cierta a esta interrogante ancestral: ¿ACASO ERAN APOLÍTICOS LOS HOMBRES DE LAS CAVERNAS?

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Wilkie Delgado Correa
Doctor en Ciencias Médicas y Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

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