IDIOMA ESPAÑOL

América en el nuevo DRAE

El exdirector de la Real Academia Española (RAE), el filólogo José Manuel Blecua, ha afirmado que “el español actualmente es un idioma americano con un apéndice europeo”.* Y tiene razón: España es un solo país que no llega a los cincuenta millones de habitantes, mientras que el continente americano supera los 955. Por si ese dato matemático no bastara, hay que recordar la multiplicidad étnica que conforma estas tierras, donde lo indígena —con su auténtica diversidad—, lo europeo, lo africano y lo asiático se funden en un solo crisol, dando lugar a una comunidad, a la vez idéntica y diversa. Esa característica otorga a lo americano una increíble riqueza, que, por supuesto, se refleja en la lengua. De ahí que no deba extrañarte que el nuevo DRAE incorpore la nada despreciable cifra de cerca de 19 000 americanismos.

Uno de los vocablos agregados es baipás, del inglés bypass, palabra que da nombre a la técnica quirúrgica creada por el médico argentino René Favaloro (1923-2000), la cual permite crear un canal alternativo entre dos venas o arterias para, de esa manera, evitar un vaso sanguíneo obstruido. Esta técnica también se conoce como cirugía de revascularización miocárdica.

Otra nuevecita es lonchera, del inglés lunch + -era, usado en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico y Venezuela. El término denomina aquel “recipiente pequeño, de plástico u otro material, que sirve para llevar comida ligera, especialmente los niños cuando van a la escuela”. Entre nosotros, se usa merendero, que hasta hoy significa “sitio en que se merienda” y “establecimiento adonde se acude a merendar o comer por dinero”, de lo que se deduce que el empleo que le damos no es el correcto.

De la fusión de amigo y novio, se incorpora al DRAE amigovio, -a, voz coloquial propia de Argentina, México, Paraguay y Uruguay, que significa “persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo”, por lo que, como puedes apreciar, esa relación es menos estrecha que la de marinovio, que aparece en la edición anterior y se usa en Cuba, Venezuela y El Salvador.

Muy extendido por Latinoamérica está el diminutivo basurita, “partícula de suciedad que se introduce en el ojo”; de igual forma, entre los automovilistas del Cono Sur americano y de países como Bolivia, Ecuador y Perú está en boga miguelito, nombre que se da a un “artefacto con clavos grandes y retorcidos empleado para pinchar los neumáticos”.

Se castellanizó el término espray, de la voz inglesa spray, “envase con un dispositivo especial para pulverizar los líquidos que contiene”, “sustancia líquida contenida en este envase”. También aparecen españolizados bluyín (de blue jean, “pitusa”) y jipismo (de hippie). Y lo mismo ocurre con esmog (adaptación fonética del acrónimo smog, que se deriva de las palabras inglesas smoke —“humo”— y fog —“niebla”—), y se usa para designar la contaminación atmosférica que se produce en algunas ciudades.

Y como seguro te das cuenta, quedan más, muchas más…

* “El director de la RAE dice que el español es un idioma eminentemente americano”, EFE, 5 de agosto del 2014, en http://www.fundeu.es/noticia/director-de-la-rae-dice-que-el-espanol-es-un-idioma-eminentemente-americano/ (consultado 6 de agosto del 2014).
Fuente: Revista Pionero no. 189, Cuba, febrero 2015
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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba