Al igual que en Grecia y Egipto la paleta cromática de los Mayas estaba compuesta por más de una docena de colores. Predominaban diversos tonos de rojo, azul, amarillo, verde, naranja, marrón, negro y blanco.
Las esculturas, los muros de los templos se pintaban con elaboradas escenas de batallas, sacrificios humanos, procesiones religiosas y escenas de la vida diaria.
En el arte plumario (de las plumas de aves), en mosaicos, joyería y cerámica la civilización Maya ha sido considerada como una de las más consumadas.

La característica principal del estilo Puuc creado por los Mayas es la rica ornamentación en fachadas, con dibujos geométricos policromados. En templos, como el de Kukulkán, han sido encontradas esculturas con restos de pigmentos; por ejemplo, un jaguar tallado en piedra pintado de rojo con incrustaciones de jade.
Para el hombre Maya el color tenía un sentido mágico, religioso y era símbolo de autoridad.

