Mi abanico chino

¿Cómo drenar un milenio?

El sistema de drenaje Fushougou, único de más de mil años en servicio en toda China, encarna no solo un “super héroe” salvador contra las inundaciones, sino el compromiso, hasta de los simples operarios, con la obra asumida: cuando los especialistas de hoy lo exploraron con drones descubrieron asombrados que los constructores que lo fundaron en el año 1071 grababan cada piedra con su nombre.

Solo tal crédito público —“esta es mi obra, la nuestra”— puede legar con honor semejante maravilla. Aún activa, la obra ha evitado a lo largo de un milenio las inundaciones a la hermosa Ganzhuo, ciudad de la longevidad y la prosperidad, según le suelen llamar.

Con más de un millón de habitantes solamente en su centro histórico, político, económico y cultural, Ganzhou muestra al forastero el museo plantado en la antesala del Fushougou, ese emblema de la calidad milenaria de constructores y hombres de ciencia chinos. Porque antes de cavar el primer sitio y colocar la primera piedra, maestros de ciencia hicieron los estudios físicos que moldearon el trayecto y carácter de los canales.

En el Museo del sistema de drenaje Fushuogou. Foto: Del autor.

Cada conducto cuenta de distinto caudal, según los flujos de un agua cuyo trasiego es regulado por sistemas de apertura y cierre de compuertas, tan innovadores en aquella época como válidos en la nuestra.

Es la marca de la Historia. Casi como planta acuática, Ganzhou fue fundada al centro de tres ríos, entre montañas, de modo que en la antigüedad se vio asolada a menudo por las inundaciones.

Cosa típica en los chinos, allí convirtieron las tragedias eventuales en orgullo permanente, tan duradero él que ni el crecimiento exponencial de la urbe y sus pobladores han mermado la capacidad del Fushougou para contener lo antes incontenible.

Este sistema de drenaje tiene más de mil años en servicio. Foto: Del autor.

Esta red de 12,6 kilómetros de canales de protección está incluida, por sus considerables méritos constructivos y efectividad, entre los ejemplos más antiguos del mundo de las llamadas “ciudades esponja”.

Quienes, en cualquier ciudad del mundo, nos inundamos tras el primer aguacero, tenemos que admirar la magnificencia de los creadores de este complejo, adelantado por mucho a otros similares. El célebre sistema de drenaje de París, por ejemplo, se abrió en 1878; mientras el de la gran Tokio, apenas en 2006.

Es el largo puente entre aprendizajes. Ahora, las instalaciones de Fushougou son operadas con un sistema inteligente de gestión, pero en este punto, como en otros tantos, China demuestra con hechos que solo la conexión milenaria de saberes puede impedir que nos ahoguemos, aun con nuevas tecnologías, ante los obstáculos. Como los constructores de la antigua Ganzhou en sus piedras, haríamos bien en grabar cada obra con nuestro nombre.

Imagen de portada: Maquetas en el Museo del sistema de drenaje Fushuougou. Foto: Del autor.

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Enrique Milanés León
Forma parte de la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

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