ENTREVISTA

A 50 años de la Revolución de los Claveles seguimos luchando

Entrevista con el Coronel Vasco Lourenço

P- ¿Cómo y cuándo aparecen los claveles que le ponen nombre a la revolución?

R- Antes de ir a la aparición de los claveles me interesa hacer una breve historia. En materia de democracia había un aspecto que era fundamental y que nos unía a todos, que era elecciones libres en un año para una Asamblea Constituyente, cuya misión sería redactar y aprobar una nueva Constitución.

Las elecciones se hicieron el 25 de abril de 1975 y la nueva Constitución se aprobó el 2 de abril de 1976. Y entró en vigor el 25 de abril de 1976, y es la Constitución que todavía tenemos hoy.

Y fue lo que nos unió, incluso a pesar de las luchas internas que tuvimos dentro del Movimiento de las Fuerzas Armadas en 1974 y 1975, pero nos unió con la idea de elecciones y de Asamblea Constituyente, aunque tuvimos que enfrentar muchos problemas. En mi opinión estuvimos cerca de la guerra civil, pero a pesar de las dificultades logramos imponer elecciones y crear condiciones para que fuera posible aprobar libremente la nueva Constitución.

P- Está más que claro que todo lo dicho y lo que queda por decir nos llevaría a escribir más de un libro. Vayamos a la historia de los claveles.

R- Hay dos, o tres historias que lo explican. El 25 de abril de 1974, había un restaurante cerca de la Plaza Marqués de Pombal, en un edificio conocido como Franjinhas, que tenía un año de vida. El dueño del restaurante había comprado flores para regalárselas a las señoras que fueran a almorzar ese día. Y la flor más común y barata que había era el clavel. Pero ocurrió el 25 de abril y el restaurante no abrió y el dueño les dijo a los trabajadores que, si querían, podían llevarse las flores.

Una camarera, llamada Celeste, recogió una cantidad de flores para llevarlas a su casa. Empezó a caminar por la Avenida de la Libertad, donde ya había soldados. La población, que se había sumado inmediatamente al movimiento, ofrecía a los soldados cigarrillos, bocadillos, bebidas… Ella -Celeste-, al ver eso, dijo: sólo tengo estos claveles para ofrecer y los soldados aceptaron y los pusieron en la punta del rifle. Así nació la idea de la revolución de los claveles.

Otro episodio coincidente se produjo en la Plaza central de Lisboa, la Rossio, y cuando las tropas pasan por otra plaza frente al Río Tajo donde había vendedores de flores, recogían los claveles que estos les ofrecían.

Y hay más: el 25 de abril de 1974 era el Día del Turista en Portugal y la administración del aeropuerto había preparado claveles para obsequiar a los turistas, pero como el aeropuerto estaba cerrado ese día no llegó ningún turista y se decidió regalar los claveles de distintas maneras, incluso entre las iniciativas se hizo la famosa foto del niño junto al fusil con el clavel en el caño, tomada en un estudio. Pero hay una cosa que, en mi opinión, establece al clavel como la flor de la revolución.

El 26 de abril, el Movimiento de las Fuerzas Armadas libera a los presos políticos de la prisión de Caxias [en las afueras de Lisboa] y la multitud: familiares, amigos, espectadores, llevan para ofrecer a los presos políticos ¡Claveles rojos! Y el 1 de mayo, los militares arrojaron claveles rojos desde los helicópteros sobre una multitud de alrededor de dos o tres millones de personas. Aquello fue una fiesta tan fuerte y tan rica que sólo quien la vivió puede contarla.

Pero también hay una peculiaridad histórica muy interesante. Portugal, en su historia, sufrió el asedio de Lisboa por parte de los castellanos en 1383-1385. Ésta es quizás la primera vez que se plantea la cuestión de la independencia de Portugal y el pueblo de Lisboa resiste a los castellanos, y el símbolo de esta resistencia es un clavel blanco. Y quien descubrió esto fue Vasco Gonçalves [uno de los pocos oficiales de alto rango que se unió al MFA y que fue primer ministro durante la revolución].

P- ¿Qué queda hoy de todo aquello, digamos qué queda del espíritu de la revolución cuando se está a punto de cumplir cincuenta años?

R- Creo que queda poco del espíritu revolucionario, sin embargo, creo que hoy la gran mayoría de los portugueses, a pesar de haber nacido después del 25 de abril de 1974, valoran, sobre todo, la libertad y la democracia. Y precisamente por eso, en mi opinión, el crecimiento de la extrema-derecha ha sido mucho más difícil en Portugal que en muchos otros países europeos. Una prueba de ello fue en el período en el que vivíamos bajo las imposiciones de la Troika [Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Unión Europea], cuando vivíamos un período muy complicado. En aquel momento, el gobierno odiaba los valores del 25 de abril y declaró que quería ir más allá de las imposiciones de la Troika e incluso admitió que podía suspender la democracia durante seis meses.

Y nosotros aquí, en la Asociación, donde estamos ahora conversando, adoptamos posiciones muy claras. Por ejemplo, nos negamos a participar en las celebraciones oficiales del 25 de abril, porque considerábamos que el poder en ejercicio estaba en contra del 25 de abril. Hicimos nuestras celebraciones y una jornada en el Largo do Carmo, que fue memorable por su importancia, y exigimos una solución diferente.

P- ¿Eso cuándo fue?

R- Fue en 2014, en el 40 aniversario de la Revolución. Los portugueses no quieren extremos. Estoy convencido de que, en Portugal, los valores de abril están arraigados en la naturaleza de las personas. Y no será fácil encontrar una solución gubernamental que vaya en contra de los valores de Abril.

No digo que no vaya a ser posible, pero no será muy fácil, aunque en este momento estamos en lo que considero que ha sido un golpe de Estado judicial, con apoyo de los medios de comunicación. En España está ocurriendo una situación muy similar. Aquí, por ahora, provocó la dimisión del primer ministro, la caída del gobierno y la programación de nuevas elecciones. En España hay quienes intentan hacer imposible la toma de posesión de Sánchez [La entrevista se realizó antes de la formación del nuevo gobierno en España, que finalmente favoreció a Sánchez].

En Portugal, mi esperanza -aunque a menudo confundimos nuestros deseos con la realidad- es que se reafirmen los valores de Abril y que haya una mayoría de votos de izquierda [las elecciones al Parlamento que se celebraron el 10 de marzo pasado no resultaron favorables a la izquierda ni a los “valores de Abril”].

El próximo 25 de abril estaremos celebrando el 50 aniversario de la Revolución de los claveles y puede que haya gente que entienda que las celebraciones no deben tener la importancia que tienen. No sé cómo será, pero estamos luchando, seguimos luchando. (Tomada de Utpba).

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Juan Carlos Camaño
Periodista argentino y presidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP).

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