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Reitera Lula llamado a apoyar a Assange

El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, tildó de «cobardía» el silencio mediático y la falta de apoyo de la prensa mundial a Julian Assange, quien corre el riesgo de ser extraditado de manera más inminente a Estados Unidos, luego de que la justicia británica rechazara la semana pasada, los más  recientes alegatos de la defensa.

Observadores como la cadena Al Mayadeen opinaron que las opciones legales de Julian Assange casi se han agotado.

Acusado con 18 cargos, Assange podría ser condenado en Estados Unidos a 175 años de prisión bajo la Ley de Espionaje.

«Assange está preso y puede ser extraditado a EE. UU. y, quién sabe, incluso puede ser condenado a cadena perpetua por denunciar el espionaje al mundo. Y no veo ninguna manifestación de la prensa mundial en defensa de la libertad de prensa», escribió Lula en Twitter.

Julian Assange: «Si las guerras pueden iniciarse con mentiras, la paz puede iniciarse con la verdad»

«Eso es cobardía. ¿Cuál fue el delito que cometió?», agregó. En sus declaraciones previas, el mandatario brasileño había expresado que Assange realizó «una importante labor denunciando las acciones ilegítimas de un Estado contra otro» y que «su detención va en contra de la defensa de la democracia y la libertad de prensa».

Además, Assange reveló las atrocidades cometidas por el Pentágono contra cientos de ciudadanos árabes detenidos ilegalmente —muchos de ellos en la cárcel abierta en el ilegalmente ocupado territorio de Guantánamo— y sin que se les abrieran causas, acusados, supuestamente, de practicar el terrorismo.

Luego de la aprobación, la semana pasada, de la extradición por las cortes británicas, la decisión fue avalada por el Gobierno del Reino Unido.

En EE.UU. lo acusan de publicar cientos de miles de páginas de documentos militares secretos y de cables diplomáticos confidenciales sobre las actividades de ese país en las guerras de Irak y Afganistán, que fueron difundidos por WikiLeaks.

Qué hay detrás del proceso

El juez de la Corte Suprema Jonathan Swift, quien anteriormente trabajó para una variedad de agencias gubernamentales británicas como abogado  y  dijo  que  sus clientes favoritos son «agencias de seguridad e inteligencia»,  rechazó  dos solicitudes de los abogados de Julian Assange para apelar su extradición la semana pasada.

La orden fue  firmada  en junio pasado por la ministra del Interior, Priti Patel. El equipo legal de Assange presentó una solicitud final de apelación, la última opción disponible en los tribunales británicos. Si se acepta, el caso podría proceder a una audiencia pública frente a dos nuevos jueces del Tribunal Superior, apuntó Al Mayadeen.

Si se rechaza, Assange podría ser extraditado de inmediato.

La única posibilidad de bloquear una extradición, si se rechaza la apelación final,  vendría del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH ).

El  brazo parlamentario  del Consejo de Europa, que creó el TEDH,  junto con  su Comisionado de Derechos Humanos, se oponen a la «detención, extradición y enjuiciamiento» de Julian Assange porque representa «un precedente peligroso para los periodistas».

No está claro si el Gobierno británico acataría la decisión del tribunal, aunque está obligado a hacerlo, si fallará en contra de la extradición, o si el Reino Unido extraditaría a Assange antes de que se pueda escuchar una apelación ante el tribunal europeo.

Una vez enviado a los EE. UU., sería juzgado en el Tribunal de Distrito de los EE. UU. para el Distrito Este de Virginia, donde   el Gobierno de los EE. UU.  ha ganado la mayoría de los casos de espionaje.

La jueza Vanessa Baraitser, del Tribunal de Magistrados de Westminster, se negó a autorizar la solicitud de extradición del gobierno de EE. UU. en enero de 2021 debido a la gravedad de las condiciones que Assange soportaría en el sistema penitenciario de EE. UU.

«Frente a las condiciones de aislamiento casi total sin los factores protectores que limitaron su riesgo en la prisión de Belmarsh, estoy satisfecho de que los procedimientos descritos por los EE. UU. no evitarán que el Sr. Assange encuentre la manera de suicidarse», dijo Baraitser al  dictar su  fallo  de 132 páginas, «y por eso he decidido que la extradición sería opresiva por daño mental y ordeno su liberación».

Esa decisión, sin embargo, fue  revocada  luego de  una apelación  de las autoridades estadounidenses. El Tribunal Superior  aceptó  las conclusiones del tribunal inferior sobre el aumento del riesgo de suicidio y las condiciones inhumanas de prisión.

En un enjundioso artículo, Al Mayadeen reiteró que el caso de Assange, desde el principio, ha sido una farsa judicial, y consideró muy tardíos los llamados  de The New York Times, The Guardian, Le Monde, Der Spiegel y El País —todos los cuales publicaron material proporcionado por WikiLeaks— para retirar los cargos de extradición.

Aunque se afirma que Assange disfrutará en EE. UU. de garantías según las cuales no estará sujeto a Medidas Administrativas Especiales ( SAM)  y prometen que podrá cumplir su condena en Australia —del que es ciudadano— si el Gobierno australiano solicita su extradición,  que recibirá atención clínica y psicológica adecuada y que, antes y después del juicio, Julian no será retenido en el Centro Administrativo Máximo (ADX) en Florence, Colorado, Al Mayadeen estimó que «ninguna de estas “garantías” vale el papel en el que están escritas».

Si Australia no solicita una transferencia, «no puede ser motivo de crítica a los EE. UU., o una razón para considerar que las garantías son inadecuadas para satisfacer las preocupaciones del juez», se lee en el fallo.

E incluso si ese no fuera el caso, Julian Assange tardaría de 10 a 15 años en apelar su sentencia ante la Corte Suprema de los EE. UU., tiempo más que suficiente para destruirlo psicológica y físicamente.

Su extradición será el siguiente paso en la ejecución a cámara lenta del editor y fundador de WikiLeaks y uno de los periodistas más importantes de nuestra generación.

Se asegurará de que pase el resto de su vida en una prisión estadounidense. Creará precedentes legales que criminalizarán cualquier investigación sobre el funcionamiento interno del poder, incluso por parte de ciudadanos de otro país, afirmó la cadena informativa.

Será un duro golpe para la democracia anémica de Estados Unidos  que se está metamorfoseando rápidamente en  totalitarismo corporativo.

El debate sobre matices legales arcanos nos distrae del hecho de que Assange no ha cometido ningún delito en Gran Bretaña, aparte de un antiguo cargo de incumplimiento de las condiciones de la fianza cuando solicitó asilo en la Embajada de Ecuador, recuerda Al Mayadeen.

Normalmente esto implicaría una multa. En cambio, fue sentenciado a un año en la prisión de Belmarsh y ha estado recluido allí desde abril de 2019.

La decisión de buscar su extradición,  contemplada  por la administración de Barack Obama, fue seguida por la administración Trump luego de la publicación de  WikiLeaks  de los documentos conocidos como Vault 7, que  expusieron  los programas de guerra cibernética de la CIA diseñados para monitorear y tomar el control de automóviles, televisores inteligentes, Internet, navegadores y los sistemas operativos de la mayoría de los teléfonos inteligentes, así como Microsoft Windows, MacOS y Linux.

Assange, está en el punto de mira debido a los registros de la guerra de Irak, publicados en octubre de 2010, que documentan numerosos crímenes  de  guerra de  EE.UU.  donde murieron dos periodistas de Reuters y otros 10 civiles e hirió gravemente a dos niños.

Está en el punto de mira porque hizo público el asesinato de casi 700 civiles que se habían acercado demasiado a los convoyes y puestos de control estadounidenses, incluidas  mujeres embarazadas, ciegos y sordos, y  al menos  30 niños.

Está en el punto de mira porque  expuso  más de 15 mil muertes no denunciadas de civiles iraquíes y la  tortura y el abuso  de unos 800 hombres y niños, de entre 14 y 89 años, en el campo de detención de la Bahía de Guantánamo.

Está en el punto de mira porque  nos mostró  que Hillary Clinton, como secretaria de Estado en 2009, ordenó a los diplomáticos estadounidenses que espiaran al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y a otros representantes de la ONU de China, Francia, Rusia y el Reino Unido, espionaje que incluía obtener ADN, escaneos de iris, huellas dactilares y contraseñas personales, todo parte del largo patrón de vigilancia ilegal que incluyó escuchar a escondidas al secretario general de la ONU, Kofi Annan, en las semanas previas a la invasión de Irak liderada por Estados Unidos en 2003.

Está en la mira porque expuso  que  Obama, Hillary Clinton y la CIA respaldaron el golpe militar de junio de 2009 en Honduras que  derrocó  al presidente elegido democráticamente Manuel Zelaya, reemplazándolo con un régimen militar asesino y corrupto.

Está en el punto de mira porque  publicó  documentos que revelaban que Estados Unidos lanzó en secreto ataques con misiles, bombas y aviones no tripulados contra Yemen, matando a decenas de civiles.

Está en la mira porque hizo  públicas  las charlas extraoficiales que Hillary Clinton dio a Goldman Sachs, charlas por las que le pagaron 657 mil dólares, una suma tan grande que solo puede considerarse un soborno, así como sus garantías privadas a Wall  Street  que cumpliría sus órdenes mientras  prometía  la regulación y reforma de las finanzas públicas.

Sólo por revelar estas verdades es culpable

La CIA y las agencias de inteligencia, junto con los militares, todos los cuales operan sin una supervisión efectiva del Congreso, son los motores detrás de la extradición de Assange.

Él infligió, al exponer sus crímenes y mentiras, una herida dolorosa. Exigen venganza. El control que estas fuerzas buscan en el extranjero es el control que buscan en casa.  Es posible que Julian Assange pronto sea encarcelado de por vida en los Estados Unidos por hacer periodismo, pero no será el único.

Con información de RT y al Mayadeen

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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