IDIOMA ESPAÑOL

Se parecen, pero…

Muchos errores ortográficos se cometen en lo que se refiere al empleo de homófonos y parónimos. La palabra homófono, procedente del griego, está formada por dos elementos compositivios: homo-, “igual” y fono- “sonido”. Referido a una palabra “que suena de igual modo que otra, pero que difiere en el significado”.

Y ¡claro!, hay muchísimos ejemplos: tubo, “pieza hueca, de forma por lo común cilíndrica y generalmente abierta por ambos extremos” y tuvo, de tener; huno, “pueblo mongoloide, que en el siglo V ocupaba el territorio que se va desde el Volga hasta el Danubio” y uno, palabra que tiene varias acepciones; pero que, en esencia, denomina a la unidad. Veamos algunas parejas de homófonos:

Vasto, -a, (del latín vastus), quiere decir “dilatado, muy extendido o muy grande” (Tiene vasta experiencia); mientras que basto, -a, (de bastar), significa “grosero, tosco, sin pulimento” (Esos carpinteros realizaron un pulido basto). También basta es sinónimo de hilván.

Tasa significa “acción y efecto de tasar”, “fijar oficialmente el precio máximo o mínimo para una mercancía”; mientras que taza es “vasija pequeña […] de loza o de metal (o plástico) y con asa […]”, que se usa en cocina para medir y, en general para algunas bebidas como el café, el té.

Rayar, de raya, “línea”, es término que usas con frecuencia —incluido su derivado subrayar—; mientras que rallar quiere decir “desmenuzar algo restregándolo con el rallador.

Corzo, del latín vulgar curtius, y este del latín curtus, “corto” es el nombre de un “mamífero rumiante de la familia de los Cérvidos, algo mayor que la cabra, rabón y de color gris rojizo”; mientras que los naturales de Córcega, como Napoleón, son corsos y la aparente inconsecuencia del cambio de la c de Córcega en s, se debe a que el nombre de esta isla situada al norte de Cerdeña, en su idioma original, el corso, es Còrsica y en francés, Corse.

Asar es “hacer comestible un alimento por la acción directa del fuego”; mientras que azar, del árabe hispano azzahr, y este del árabe, significa “dado”, “casualidad, caso fortuito”, “desgracia imprevista”. Pero ¡cuidado!, porque su parónimo azahar, también del árabe hispánico azzahár, y este del árabe clásico zahr, “flores”, da nombre a la flor blanca, y por antonomasia, la del naranjo, limonero y cidro.

Como fácilmente puedes apreciar, es el de los homófonos terreno resbaladizo para quienes no tienen una sólida ortografía; pero nada que no pueda vencer el esfuerzo. Seguiremos con el tema…

Fuente: Revista Pionero

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba