Fidel: la ciencia del ejemplo

A un cubano y una cubana anónimos inspiradores de este trabajo

 

 

Patricio Montesinos

Tomado de Rebelión

Escuché decir a un cubano en Madrid hace algunos años que Fidel Castro representa la unidad de sus compatriotas, la cual forjó con su inestimable ejemplo.

Fidel es de esos hombres excepcionales del presente y de la historia en el que se conjugan humanismo, solidaridad, visión de futuro, valentía sin límites, liderazgo indiscutible, probada capacidad de estratega político y militar, colosales ideas, a la vez de ser uno de los más grandes paradigmas de Cuba y de todos los pueblos del mundo.

Nunca ha sido galardonado con un Premio Nobel, ni falta que le hace, porque tiene el reconocimiento y la admiración de los seres humanos más desposeídos, esos que constituyen la inmensa mayoría de los habitantes de nuestro planeta.

Sus convicciones y principios, y su actuar en correspondencia con ellos con su conocido talante de guerrillero, sin ceder nunca un ápice, han obligado a sus escasos pero poderosos enemigos a respetarlo, e incluso temerle a la fuerza de las ideas del que sigue, y seguirá siendo, Comandante en Jefe.

No pocos de ellos han preferido evitar acercarse a Fidel para escapar de su vigoroso poder de convencimiento, y quienes han pretendido asesinarlo, en más de 600 frustrados atentados, les ha faltado lo que le ha sobrado al líder histórico de la Revolución cubana: coraje y dignidad.

Desde el inicio de sus luchas por la verdadera independencia de Cuba, y por las causas justas de Latinoamérica y el Caribe, África y de otras regiones del mundo, Fidel ha estado siempre en la primera trinchera, sin escatimar riesgos para su vida, esfuerzos encomiables y dedicación permanente.

Su caudal de combates en defensa de los suyos y de los pobres de esta tierra en innumerables escenarios, tanto políticos, diplomáticos como militares, será muy difícil de igualar, para muchos un record que jamás podrá ser superado.

Fidel no ha faltado a un solo acontecimiento en que su presencia signifique aliento y esperanzas para su pueblo y la humanidad, incluidos aquellos donde han primado las circunstancias más adversas.

Ha tenido la virtud de revertir aflicciones en verdaderos triunfos, y sus promesas y augurios, las ha cumplido y se han hecho realidad por su perseverancia, inteligencia, tenacidad, y esa fidelidad permanente que hace honor a su nombre.

Su palabra y excepcional pluma han sido dos de sus principales armas para enseñar y alertar, además de poner en el lugar que les corresponde a los poderos opresores de los pueblos y enemigos de la paz, la soberanía y la independencia.

Claro que por esas cualidades y por ser la ciencia del ejemplo, como lo calificó un amigo cubano anónimo, Fidel ha estado acompañado de millones de sus coterráneos en la construcción y resistencia de la Revolución del 1 de enero de 1959, y en su constante empeño de que un mundo mejor es posible.

El venidero 13 de agosto el Comandante en Jefe cumplirá otro nuevo año de su larga e intensa vida, y de su eterna juventud.