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El periodismo no puede ser la propaganda de un proyecto de guerra

“En Argentina, la batalla por la verdad tiene tanta vigencia como hace 200 años con la fundación, por el periodista Mariano Moreno, de la Gazeta de Buenos Ayres, el primer diario de la etapa independentista”.

Cuando Alberto Mas, Secretario del Club Argentino de Periodistas Amigos de Cuba (CAPAC) inició, con esas palabras, la videoconferencia Periodismo: Guerra psicológica y la batalla por la información veraz, convocaba a los miembros del panel virtual a una conversación que, exponiendo las realidades contextuales del periodismo en América Latina, lograra servir de homenaje a la labor, especialmente, de los periodistas argentinos, al celebrarse el 7 de junio, el día de los profesionales de la prensa en ese país.

“Un panel de lujo”, había anunciado Mas días antes al informar sobre el encuentro. Y era cierto, entre los participantes estuvieron: la intelectual, escritora, periodista y presidenta del CAPAC, Stella Calloni; el periodista y diputado de la provincia de Santa Fe, en Argentina, Carlos del Frade; la socióloga y comunicadora social residente en Nicaragua, Ana María Síbori; la periodista venezolana de la cadena de noticias Telesur, Madelein García y el vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (Upec), Jorge Legañoa Alonso.

La palabra la tomó Carlos del Frade, quien recordó nuevamente a Moreno y parafraseó lo escrito en su Plan de Operaciones: “La felicidad del pueblo se alcanzará cuando se descontente a los que acumulan riquezas en pocas manos y se logre su repartición”.

Desde aquel momento, sobre la tierra del Río de la Plata han pasado 210 años. Ya la población no es de 400 mil personas sino de 40 millones, sin embargo, del Frade recuerda que las riquezas aún pertenecen a la minoría: “La población aumentó cien veces, pero los ricos aumentaron dos veces y medio. En la historia política argentina esa minoría siempre necesitó de la producción de la pobreza para mantener sus privilegios”.

¿Cómo hacer en la Patria Grande para que estos temas sean también de la mayoría?, esa es la pregunta que planteó el periodista, más bien la interrogante en la que todos pensaban.

Para el diputado, el saqueo material en Argentina es proporcional al saqueo de la primera herramienta cultural de libertad que es la palabra. Por eso, citó algunos datos ofrecidos por la Unesco en 1995.

Cada argentino-reseñó- manejaba 8 mil palabras al expresarse, hoy maneja 800. Cuanto menos palabras tenemos, más repetimos las palabras que otros nos imponen, la tarea revolucionaria está en la recuperación de nuestras palabras.

Madelein García se refirió a Telesur como una oportunidad para expresar las realidades de los pueblos de América Latina y el Caribe, “una vía para oponernos a las narrativas hegemónicas al buscar la voz de nuestros pueblos”.

La reportera venezolana mencionó como ejemplo el envío de combustible de Irán a la patria de Bolívar y expresó: “En tiempos de guerra psicológica, ese panorama estuvo acompañado por una narrativa, en la que algunos medios de comunicación apoyaron al violador (el Gobierno de Estados Unidos). Por eso, nosotros estábamos contando la verdad de dos países entre los que brilló el multilateralismo”.

Telesur es capaz de vertebrar un discurso contrahegemónico, es un sistema de comunicación latinoamericano que garantiza la complementariedad de los medios de las naciones del área. De eso se trata-afirmó Jorge Legañoa-porque cada vez más necesitamos estar unidos.

“La COVID-19 nos ha demostrado lo frágil que es el ecosistema natural, por lo cual si el ecosistema comunicativo no es fuerte, lo único que lograremos será la desinformación del pueblo”, añadió.

Posteriormente, el vicepresidente de la UPEC precisó que en Cuba los medios de prensa se han mantenido activos durante la emergencia sanitaria global, y destacó la importancia de educar tanto a las audiencias como a los periodistas para que ambos grupos sean capaces de interpretar sus contextos y detectar noticias falsas.

Legañoa señaló que el propósito del Gobierno de Estados Unidos ha sido, durante más de 60 años, deslegitimar el discurso de los medios de prensa públicos cubanos, por tanto “el reto que tenemos delante es el de lograr mayor inmediatez para poder deconstruir los discursos que nos intentan imponer”.

Al hablar de periodismo, contrahegemonía, América Latina y libertad no debe faltar una mención a Eduardo Galeano, el uruguayo que le abrió las venas a la tierra desde el Río Bravo hasta la Patagonia.

Stella Calloni no lo olvida y como corolario citó una de sus obras, Patas arriba. La escuela del mundo al revés, donde Galeano revela la importancia de recuperar nuestro lenguaje.

“Estamos viviendo en un escenario de guerra no declarada de ahí que tenemos que luchar, principalmente por la no colonización de nuestro lenguaje (…) En lugar de decir fake news, digamos noticias falsas porque a veces creemos que utilizar términos en inglés nos hace más cultos, sin embargo, estamos demostrando que somos el resultado de la colonización”.

Calloni resaltó que hoy día es fundamental entender la complejidad del problema que enfrentamos, “debemos tener muy claro contra qué estamos luchando y reconocer que la historia de la humanidad está marcada por el imperialismo”.

La autora del libro Operación Cóndor considera que aún falta una política descolonizante en nuestras universidades y en nuestras vidas. Ante esa ausencia, una solución puede estar en la denuncia, frente a los organismos internacionales, de que el periodismo no sea más una propaganda activa de un proyecto de guerra.

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