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¿Quiénes están realmente organizando las protestas en Hong Kong?

Las violentas protestas en Hong Kong están organizadas y dirigidas por fuerzas externas, como es evidente para cualquiera que haya visto tales operaciones en otros países, por ejemplo, el Euromaidán de 2014 como un intento de golpe de estado en Ucrania. La afirmación de que estas acciones violentas son “sin líderes” o “espontáneas” es completamente falsa, como lo demuestra cualquier acercamiento a los manifestantes, que están claramente bien organizados y entrenados para tratar con la policía, y cualquier examen objetivo de los hechos políticos.

Los líderes públicos de las protestas tienen fuertes vínculos con los Estados Unidos y los separatistas en Taiwán.

Por ejemplo, Martin Lee, un líder de protesta a largo plazo, tiene vínculos estrechos con el National Endowment for Democracy (NED), una agencia estadounidense financiada principalmente por una asignación anual del Congreso de los Estados Unidos. La NED le otorgó a Lee un premio e incluso publicó su biografía en su sitio web. En 2014, en Washington, se reunió con el vicepresidente Joe Biden y Nancy Pelosi, ahora presidenta de la Cámara de Representantes.

Cuando otros líderes de protesta de larga data, Nathan Law y Agnes Chow, visitaron los Estados Unidos, se encontraron con el presidente del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, Eliot Engel, el Vicepresidente Pence, el Secretario de Estado Pompeo, el Asesor de Seguridad Nacional John Bolton y el Senador Marco Rubio.

Joshua Wong, otro líder de protesta, tiene estrechas relaciones con círculos estadounidenses de alto nivel contra China y también con Taiwán. En 2017 realizó un viaje para dar conferencias a Taiwán y, en junio de 2019, agradeció públicamente a las fuerzas políticas en Taiwán por su apoyo a las protestas de Hong Kong.

En 2018, Wong visitó los EE. UU., donde se reunió con el halcón contra China, el senador Marco Rubio, el 8 de mayo. Wong recibió grandes elogios en la revista Time, Fortune y Foreign Policy.

Marco Rubio en una reunión con Joshua Wong el 16 de noviembre de 2016.

Pocos días después de la elección de Trump como presidente en noviembre de 2016, Wong estaba en Washington. La visita de Wong proporcionó la ocasión para que dos halcones anti-Senado de China, Marco Rubio y Tom Cotton, introdujeran la llamada “Ley de Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong”.

Wong también sostuvo reuniones con directivos de la derechista Heritage Foundation, además de Rubio, Cotton, Nancy Pelosi y el senador Ben Sasse, y fue recibido por las salas de redacción del New York Times y el Financial Times.

En septiembre de 2017, los senadores estadounidenses Marco Rubio, Ben Cardin, Tom Cotton, Sherrod Brown y Cory Gardner firmaron una carta dirigida a Wong, Law y al activista antichino Alex Chow, elogiándolos por sus “esfuerzos para construir una comunidad verdaderamente autónoma” en Hong Kong. Los senadores proclamaron que “Estados Unidos no puede quedarse de brazos cruzados”. Rubio nominó a Wong, Law y Chow para el Premio Nobel de la Paz 2018.

En agosto de 2019, Wong, junto con otros líderes de la protesta, fue fotografiado con Julie Eadeh, la consejera política del Consulado General de los Estados Unidos en Hong Kong, durante el período en que tuvieron lugar las más violentas protestas.

Estos estrechos vínculos muestran claramente el carácter ridículo del tweet del presidente Trump el 13 de agosto en el que comenta que “no puede imaginar por qué” se culpó a Estados Unidos de los problemas que ocurren en Hong Kong.

Detrás de estas figuras públicas hay fuerzas bien financiadas. Entre los más importantes está el magnate de los medios Jimmy Lai, que no ha negado su papel en las protestas al decirle al Wall Street Journal: “He sido uno de los alborotadores”.

Antes de los eventos en Hong Kong, Lai estaba en Washington, reunido con miembros del equipo de Seguridad Nacional de Trump, incluido el asesor de seguridad nacional John Bolton.

Lai es un firme defensor del presidente Trump, que ha seguido una política de confrontación con China. Declaró que Trump “entiende a los chinos como ningún presidente lo entendió”. Es un opositor amargo y de larga data del gobierno chino, que antes llamó a Deng Xiaoping a “renunciar” como líder de China e insultó al gobierno actual de China en el Wall Street Journal al felicitar a Trump porque “creo que es muy bueno tratando con gángsters”.

Las operaciones de tales figuras son profundamente cínicas y perjudiciales para quienes participan en las protestas. Hay problemas reales en Hong Kong: la desigualdad es excesiva, los precios de la vivienda y los alquileres son extremadamente altos. Alrededor de 1,4 millones de personas en una ciudad de 7,4 millones de personas, casi el 20 por ciento, vive por debajo del umbral de la pobreza. Las personas responsables, que buscan un resultado práctico, tratarían de abordar estos problemas mediante un diálogo entre el gobierno central de China y el gobierno de la Hong Kong.

En cambio, las fuerzas políticas que se han descrito buscan arrastrar a los ciudadanos a actividades violentas, dañando la economía de Hong Kong y sin la menor posibilidad de éxito. No solo China jamás aceptará la agenda separatista de estas fuerzas, sino que incluso Estados Unidos y el Reino Unido, cualesquiera que sean sus actividades irresponsables en Hong Kong, nunca apoyarán ningún intento real de crear un Hong Kong “independiente”.

En otras palabras, tales fuerzas están creando para sus propios fines un callejón sin salida político que causará un daño duradero a la prosperidad de Hong Kong y terminará, inevitablemente, si se mantiene la violencia, en largas penas de cárcel para aquellos que son engañados para participar en tales actividades.

(Publicado originalmente en inglés en CGTN. Traducido por Cubaperiodistas)

*Nota del editor: John Ross es Académico, profesor emérito del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China y ex director de política económica y comercial en la alcaldía de Londres, con el gobierno laborista de Ken Livingstone (2000-2008).

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John Ross
Es Académico británico, profesor emérito del Instituto Chongyang de Estudios Financieros de la Universidad Renmin de China y ex director de política económica y comercial en la alcaldía de Londres, con el gobierno laborista de Ken Livingstone (2000-2008).

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