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Murió por un celular

Antes era alegre, jaranero y responsable. Iba a menudo a la playa, al cine y a las fiestas, donde se exhibía como buen bailador. Veía la televisión y jugaba fútbol y dominó con los vecinos, aunque últimamente se le veía consultar mucho su celular.

Por culpa del móvil un día, sin darse cuenta, dejo de ver la hermosura del amanecer en todo su esplendor, los árboles reverdecer y los cantos de los pájaros, alegres, anunciando, con el sol, el nuevo día.

Por un Smartphone renunció a interactuar con las personas. Nunca más vio la ciudad moverse en su cotidianeidad, los niños correr en los parques, el silbido de algún panadero; el ir y venir de los carros o el jugueteo de los estudiantes al salir de sus escuelas.

A cuenta del móvil comenzó a tener problemas en su trabajo, a atender a los clientes más con la vista puesta en la pantalla del equipo que en sus rostros, a alimentarse a deshoras y hasta vestir con descuido.

Por un celular dejó de ver el tranquilo ocaso despidiendo su luz y llamando a los románticos a ver la luna; asistir a las noches de fiestas, al cine o a estar como ausente en la reunión de la familia o de los amigos.

Gracias a ese diminuto aparato se fue dislocando su vida, acercó la gente que solía estar lejos, pero alejó a quienes siempre le acompañaron de cerca, de manera que se hizo más amigo de aquellos que no conocía que de quienes convivían a su lado la cotidianidad.

Y por causa de un celular murió: Y es que de tan atento al móvil que estaba, mientras cruzaba la calle no vio el auto que le venía encima y que conducía un chofer que también compartía el timón con su teléfono.

Pocas horas después de un sepelio donde los dolientes se preocupaban más por sus celulares que por el occiso,  les envió un lacónico mensaje a los numerosos grupos a los que pertenecía: Comprobado, la adicción siempre es mala.

Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

Imagen de portada: Ilustración de Ares

2 thoughts on “Murió por un celular

  1. .Ojalá fuese solo simpática imaginería del fraterno Esteban. Sin embargo su estampa refleja el entorno real. Y coincido con Moro, por breve aun mejor.

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