El Tribunal Supremo de Israel fijó el 4 de enero como plazo definitivo para que el Gobierno de Benjamin Netanyahu justifique el cierre de Gaza a los medios internacionales, tras dos años censura sistemática que ha servido de escudo para que las fuerzas militares operen sin escrutinio y perpetren constantes agresiones contra civiles palestinos lejos de la vista de la prensa internacional.
Una nota del sitio www.ultimasnoticias.com.ve basada en reportes de la agencia EFE califica la decisión como paso crucial contra el bloqueo informativo que impera en la Franja de Gaza y refiere el regocijo de la Asociación de la Prensa Extranjera (FPA) ante la comunicación judicial.
Tras conceder dos prórrogas previas que extendieron el silencio oficial desde noviembre, el Alto Tribunal ha advertido que emitirá un fallo incluso si el Estado sionista no presenta su respuesta para la nueva fecha límite.
La FPA, que agrupa a corresponsales internacionales en la región, calificó de “agotada” la paciencia de la Corte frente a lo que consideran tácticas de obstrucción deliberadas por parte del Ejecutivo.
En su comunicado, la asociación renovó su llamamiento para que se conceda de inmediato a la prensa internacional acceso libre y sin restricciones, e instó al tribunal a defender las libertades fundamentales si el Gobierno continúa obstruyendo el derecho a la información.
La política de aislamiento, limitando la presencia de medios extranjeros a entradas puntuales de periodistas “empotrados” con el Ejército en zonas seleccionadas, durante pocas horas y sin contacto con civiles, ha permitido que Israel mantenga un control total sobre el relato de los hechos.
Bajo esa estructura de censura, la ausencia de observadores independientes ha facilitado que las fuerzas militares califiquen rutinariamente a civiles asesinados —incluyendo mujeres y niños— como “terroristas”, incluso bajo el actual cese al fuego vigente desde octubre.
La falta de verificación externa ha sido fundamental para la impunidad, en tanto en 2024 el propio Supremo justificó las restricciones alegando que la prensa podría poner en peligro detalles operativos, una lógica que ha mantenido en las sombras la verdadera magnitud de las operaciones militares.
Bloqueada la prensa internacional, la responsabilidad de documentar la realidad en el terreno ha recaído exclusivamente sobre los periodistas palestinos en condiciones extremas de peligro. Según el informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF), Gaza se ha consolidado este año como el lugar más mortífero para la profesión.
El aislamiento informativo, sumado a la destrucción de infraestructuras, no solo dificulta la labor de estos profesionales, sino que garantiza que la mayoría de los crímenes cometidos contra la población civil permanezca lejos de la justicia y la condena internacional.
Imagen de portada: Los periodistas gazatíes trabajan arriesgando su integridad y hasta su vida. Foto de news.un.org.es.

