(Palabras de inauguración de la exposición Memorias del fuego)
Estimados compañeros, familiares de los caídos, héroes participantes en el enfrentamiento al incendio del 5 de agosto de 2022:
Aun recorre en los archivos de la televisión las primeras imágenes de la tarde de aquel 5 de agosto. Unas llamas de gran magnitud y una columna de humo intensa que se mezclaba entre la claridad del cielo, despejado en una tarde de verano, anunciaba que las cosas no estaban bien. Ruidos ensordecedores de sirenas iban a la zona industrial. Y allí fuimos sin saber el cómo Héctor Naranjo junto a la colega Eliane Taboas nos dejan ese momento en sus instantáneas. Ahí está la imagen, un tanque en ebullición producto del impacto del rayo tras una feroz tormenta en la urbe.
En la noche, del lado de acá, de la bahía, desde donde habitualmente disfrutábamos de las brisas y las alturas de la cumbre y el ir y venir de los barcos, solo atónitos veíamos un foco encendido. Cuba completa concentraba sus miradas en la zona industrial de Matanzas.
Contraluz, chorros de agua propulsados por los carros de los comandos de bombeos, a todas luces casi insignificante ante la bravura de las llamas, el bombero contra llamas…Ahí están las fotos de Raúl Navarro y Ramón Pacheco, testigos de aquellas hazañas.
Aun no dejo de mirar la foto del colega Rigoberto León de TV Yumurí cuando casi al llegar a los tanques incendiados una explosión de tamaña bravura y maldad puso a huir a quienes con soberana valentía y decisión enfrentaban aquella situación. Rigo dejó la cámara encendida y filmó ese momento. Por él tenemos la imagen de este tormento en el que lamentablemente perdieron la vida diecisiete personas y en las cuales fueron heridos varios de ellos, entre ellos nuestras periodistas y Rigo.
La foto nos recuerda la bravura de esos corajudos a los que siempre honraremos, hasta la eternidad. Memorias del fuego, la exposición que hoy inauguramos trata de eso, de los instantes más tristes, de la lucha de los piperos por llevar la tan bendecida y ansiada agua en aquel momento, de cómo sobrevolaron los helicópteros y sus pilotos la zona en ebullición, de las hazañas de los bomberos tras días, sin apenas dormir por apagar aquello, nunca antes visto en Cuba. Y ahí estuvieron Adriana Almagro, Adversy Pantoja y Julio César García, quienes legan a la posteridad sucesos imborrables en la memoria de los cubanos.
En las fotos, un total de 25, de las cuales exponemos 22, están el ejemplo de tantas personas, combatientes y trabajadores civiles del Ministerio del Interior, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, la Cruz Roja, los voluntarios, los trabajadores del petróleo, constructores, y están las historias de los periodistas.
Hoy donamos esta foto a nombre de los periodistas matanceros al Museo de Bomberos Enrique Estada. Con ello hacemos un acto de justicia y de honor a ustedes, los que estuvieron y pusieron su vida por salvar la de muchos. En esta exposición se hace un recorrido desde el primer hasta el último momento. En ella hay mucho dolor, verlas es revivir los hechos tristes, pero en hay un perenne homenaje, gratitud, tributo a nuestros diecisiete héroes y a quienes dejaron su casa para apagar las devoradoras llamas. Las honras fúnebres han calado entre los matanceros. Ese día vimos una ciudad que enmudeció.
Y ahí está el arcoíris, aquel que al despedir a nuestros hermanos en el cementerio, brotó de un lado a otro de la bahía como muestra de amor, gratitud y esperanza. Esas son nuestras Memorias del fuego, con sus colores, desde el negro, al blanco, el rojo y el verde. En esta exposición están todos. Hay memorias del fuego que nunca se olvidarán y estas estarán resguardadas en este templo de los bomberos cubanos, el Museo Enrique Estrada.