El 24 de julio de 1845, el Faro de La Habana estrenó su sistema de iluminación con lentes de Fresnel. Ciento ochenta años después, este jueves de igual fecha fue conmemorada la introducción de esa tecnología óptica en Cuba para ayudar a los navegantes que arribaban al puerto habanero. Asimismo se celebró el 80 aniversario de su electrificación.
Con la presencia de Antonio Guerrero Rodríguez, Héroe de la República de Cuba y presidente de la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba (UNAICC), este acto conmemorativo sirvió para dejar inaugurada la exposición itinerante “El Faro de La Habana: nuevas miradas a un símbolo”.
Esta muestra fue concebida como apoyatura documental a la sala permanente “Los faros de Cuba”, situada en el propio Castillo de los Tres Reyes del Morro, bajando desde la plaza de armas hacia la izquierda. En su interior hay una maqueta tridimensional a escala del semibaluarte “El Morrillo”, con el faro en primer plano, así como una colección de objetos museables relacionados con su historia.
También se aprovechó para premiar a los niños y niñas participantes en un concurso infantil de dibujos sobre el tema. Por último, se subió a lo alto del faro para apreciar cómo funciona su actual linterna de Fresnel y, seguidamente, disfrutar el paisaje marítimo en 360 grados a la redonda. Esta excepcional visión panorámica abarca la bocana de la bahía, el litoral noroeste citadino y el horizonte en lontananza.
Nuevas miradas
Esta acción patrimonial se debió a la iniciativa de la revista Opus Habana y el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, ambas instituciones de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH), actuando siempre en conjunto con el Departamento de Museología del Parque Histórico-Militar Morro Cabaña.
A nombre de los organizadores del encuentro habló el Dr.C Argel Calcines, director de Opus Habana, quien lidera un proyecto académico sobre la revalorización patrimonial del Faro del Puerto de La Habana desde una perspectiva holística e interdisciplinaria.
Este bien inmueble había sido abordado por la historia militar y la arquitectura mediante aproximaciones historiográficas, paisajísticas, estéticas y hasta simbólicas. Pero nunca antes se había visto bajo el enfoque de los llamados Estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (ECTS).
Este enfoque interdisciplinario permite analizar la evolución tecnológica de los faros como ayuda a la navegación en consonancia con el impacto de la Revolución industrial. Así, el sistema de lentes catadióptricos inventado por el ingeniero francés Agustin Jean Fresnel respondió al incremento de la dinámica portuaria debido a la invención del barco de vapor y el ferrocarril.
La exposición itinerante “El Faro de La Habana: nuevas miradas a un símbolo” se basa en los resultados investigativos de la ingeniera Mileny Zamora Barrabí, quien culmina su tesis de maestría en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana bajo la tutoría de Calcines. Su contenido aporta mayor rigor académico a los artículos publicados sobre el tema en la revista Opus Habana a través de los años.
Cotejando documentos primarios totalmente inéditos y el testimonio gráfico de la ciudad portuaria, se lograron delimitar distintas etapas del fanal habanero, atendiendo a:
— tipo de construcción (atalaya vigía, torre almenara y torre de estructura tronco-cónica);
—el combustible empleado para su encendido antes de ser electrificado (leña, aceite de colza y gas acetileno disuelto);
— y la introducción de los sistemas ópticos: primeramente, los reflectores de metal bruñido (linterna catóptrica) en 1824, y después: los lentes catadióptricos de Fresnel en 1845.
El último cambio de su sistema de iluminación ocurrió ya en el siglo XX y se conserva en la actualidad: el sistema AGA de Gustav Dalen. En 1928 se instaló su aparato de encendido; en 1931 su aparato luminoso, también con lentes catadióptricos, y finalmente fue electrificado en 1945; o sea, hace ochenta años, como ya se dijo con anterioridad.
De esta manera también se rindió honor a Emilio Roig de Leuchsenring, Historiador de la Ciudad de La Habana, quien fue el primero en señalar el significado histórico que tuvo para la ciudad portuaria ese acto de potenciar tecnológicamente “una luz que señala la buena ruta a los navegantes”.
El 24 de julio de 1945, cuando se celebró el centenario de la introducción de los lentes de Fresnel, la Marina de Guerra aprovechó para electrificar ese sistema de iluminación. Hasta ese momento empleaba gas acetileno disuelto como combustible.
En la actualidad, aunque se han producido cambios de bombillas y otras transformaciones, la linterna actual es precisamente aquel aparato luminoso de Gustav Dalen instalado en 1931 y sigue emitiendo dos destellos blancos cada quince segundos aproximadamente.
En representación de los fareros asistió Juan Carlos Santisteban, quien lleva veintiún años ejerciendo ese oficio. También estuvieron otros expertos reconocidos como el arqueólogo Jorge Hecheverría, museólogo del Museo Castillo San Salvador de La Punta, y la ceramista Amelia Carballo, una de las fundadoras del Taller Terracota 4.
Educación patrimonial
A la importancia de la Educación Patrimonial, incluida su faceta artística, se refirió Calcines y, seguidamente, Antonio Guerrero cuando este tomó la palabra a petición del primero. Ambos oradores evocaron a ese gran maestro que fue Eusebio Leal Spengler, Historiador de la Ciudad de La Habana.
“Eusebio no ha quedado solamente perpetuado en una estatua y una tarja de bronce, sino que sigue siendo un caminante en su andar La Habana”, expresó el Héroe de la República de Cuba, quien es también presidente de la Agencia de Viajes San Cristóbal que Leal fundara para promover el turismo patrimonial.
El proyecto académico para la revalorización patrimonial del Faro de La Habana concede una importancia primordial al trabajo sociocomunitario en aras de fortalecer la dimensión identitaria, sin la cual la gestión turística perdería ese sentido de pertenencia que la hace “patrimonial”.
A esta genuina preocupación responden los circulos de interés vinculados al Parque Histórico-Militar Morro Cabañas. Su director adjunto Amaury Pita estuvo presente en el acto conmemorativo, junto a la Dra. C. Ismary Fernández Sáenz, directora de su Departamento de Museología. Este último se subordina a la Dirección de Museología del Complejo Museos Históricos Militares, cuya directora Melay García Ley también participó durante la premiación.
Entre esos círculos de interés se destaca “La Habana entre muros” que reúne a infantes de varias escuelas primarias y secundarias del Municipio Habana del Este. Con el nombre “La Bahía de La Habana y su faro” fue creada un aula didáctica en la Escuela primaria “Jesús Menéndez” de la zona 6 de Alamar.
Dirigido por la Lic. Mileydis Aleaga, esta iniciativa pedagógica tiene como objetivo fomentar el conocimiento sobre los bienes patrimoniales en dicho municipio. El concurso de dibujos fue el resultado de varias sesiones de trabajo con sus alumnos para conocer cómo trabajan los lentes de Fresnel y por qué la frecuencia de sus destellos respondió a los cambios de la dinámica portuaria.
A la celebración se sumó el proyecto infantil La Colmenita de Casablanca con una representación teatral que se inspiró en los valores científicos-tecnológicos y paisajísticos del faro.
Por último, en vísperas de conmemorarse un aniversario del ataque al Cuartel Moncada, una niña cantó la hermosa canción de Raúl Torres: “Cabalgando con Fidel” (Tomado del perfil en Facebook de Opus Habana).
Imagen de portada: Losama.






