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Las verdaderas razones de la histeria en torno a TikTok

Por Marc Vandepitte

Los distintos gobiernos de Bélgica prohíben TikTok. Los funcionarios ya no pueden usar la aplicación. Según los ministros competentes, esta debería incluso eliminarse de todos los móviles utilizados profesionalmente en los departamentos gubernamentales.

TikTok es muy popular entre los jóvenes. Es una plataforma que distribuye vídeos cortos y desenfadados. Al principio se trataba sobre todo de bailes virales, pero rápidamente se convirtió en una importante fuente de noticias para los jóvenes. En Estados Unidos casi cien millones de personas la utilizan.

La popular aplicación de vídeo lleva un tiempo en el punto de mira. En Europa se está presionando para que se prohíba, y en Canadá y Estados Unidos hace tiempo se prohibió a los funcionarios su uso e, incluso, se habla en el Senado de una exclusión nacional.

Se dan dos razones para hacerlo. TikTok podría recopilar datos masivos de usuarios occidentales. Además, a la plataforma podría recurrirse con fines propagandísticos. Se teme que ByteDance, la empresa que está detrás de TikTok, se vea obligada a cooperar con el Gobierno chino.

Sin fundamento

Las medidas carecen de fundamento por varias razones. En primer lugar, es obvio que los altos funcionarios no dejan información sensible en sus teléfonos móviles o PC. Pero eso no depende de una aplicación. La información sensible se protege encriptándola, no permitiendo o eliminando tal o cual aplicación.

En este contexto, es significativo que la Viceprimera Ministra Petra De Sutter y la Ministra de Defensa (¡!) Ludivine Dedonder de Bélgica seguirán utilizando TikTok.

En segundo lugar, para que cualquier aplicación funcione hoy en Europa, debe cumplir las normas de protección de la intimidad, más conocidas por las siglas inglesas GDPR. No hay una garantía del 100 por ciento, pero en ese aspecto, TikTok es tan segura como otras aplicaciones.

El hacker ético Baptiste Robert observa: «Por lo que podemos ver, en su estado actual, TikTok no muestra ningún comportamiento sospechoso y no libera ningún dato inusual. Obtener datos en el dispositivo del usuario es bastante común en el mundo móvil y obtendríamos resultados similares con Facebook, Snapchat, Instagram y otros».

Y sí, se ha demostrado en el pasado que TikTok ha violado la intimidad de ciertos periodistas. Pero eso mismo ocurre, incluso en peor medida, con otras aplicaciones. No cabe duda de que la CIA vigila directa o indirectamente las redes sociales que considera de interés. Así, se sabe que Google está lleno de exagentes de la CIA.

En otros países, las agencias de inteligencia también harán su trabajo. En 2020 se reveló que la inteligencia israelí espiaba a través de whatsapp.

En tercer lugar, la Seguridad del Estado de Bélgica aún no ha podido identificar ningún caso de espionaje a través de TikTok. De cualquier manera, la aplicación no contiene ningún software de espionaje explícito.

Al fin y al cabo, el Gobierno chino no necesita una aplicación así para espiar. Si quiere hacerlo, utilizará algo diferente y más sofisticado que un simple globo aerostático o una aplicación de vídeos divertidos.

El verdadero problema no está en el espionaje. Se trata de la intimidad. No cabe duda de que TikTok recopila mucha información sobre los usuarios. Pero no es el único. Aplicaciones como Facebook e Instagram, y muchas otras aparentemente inocuas, recopilan datos y los venden a intermediarios que, a su vez, los venden a empresas que pueden sacar beneficios de este tesoro.

En un artículo publicado en Foreign Policy dos profesores lo explican así:

«Si queremos abordar el verdadero problema, tenemos que aprobar leyes serias sobre la intimidad y no montar un teatro sobre la seguridad. Estas leyes son necesarias para impedir que nuestros datos sean recopilados, analizados y vendidos por quien sea. Dichas leyes nos protegerían a largo plazo y no solo de la aplicación de la semana».

Las verdaderas razones

Las verdaderas razones de la prohibición de TikTok no tienen nada que ver con el espionaje o la seguridad, sino que residen en otra parte.

Una primera razón es de carácter comercial. TikTok ha conseguido romper el monopolio de sus competidores estadounidenses. Se trata de Alphabet (Youtube) y Meta (Facebook e Instagram). El año pasado obtuvieron enormes beneficios, 279 000 millones de dólares y 117 000 millones de dólares, respectivamente.

Recientemente, el conocido rapero y actor Snoop Dogg firmó un acuerdo de exclusividad con TikTok y no con Spotify o Apple Store. Dado el enorme potencial de beneficios, hay mucho en juego.

Y no les gusta ver cómo se pierden esas oportunidades en Estados Unidos. Como ya ocurrió con Huwaei (5G), Washington quiere eliminar literalmente a los competidores chinos prohibiéndolos. Eso se llama una guerra económica. Como viene siendo habitual en los últimos años, Europa baila al son que marca Estados Unidos.

Una segunda razón es geopolítica. A los ojos de Estados Unidos, China se convierte cada día más en una amenaza y una potencia malévola. No hay más que pensar en la histeria en torno al globo aerostático y en el aumento de la retórica bélica en torno a la cuestión de Taiwán. Estamos en una nueva guerra fría.

Estados Unidos ha construido un cerco militar alrededor de China. Washington también está estableciendo cada día más alianzas militares con países de la región. Parece que Estados Unidos se apresura a prepararse para un conflicto armado con China.

Todo el alboroto en torno a TikTok sirve para desarrollar o reforzar una imagen enemiga de China. Para participar en conflictos militares es importante contar con la opinión pública. La prohibición de TikTok se inscribe en este contexto y dista mucho de ser una cuestión inocente.

Una vez más, Europa y Bélgica siguen perfectamente los pasos del hermano mayor. Para el sinólogo Rogier Creemers, que enseña en la Universidad de Leiden, la prohibición de TikTok en los teléfonos de servicio de los funcionarios es como una política simbólica. «En esto, seguimos a Estados Unidos, donde todo lo que tenga que ver con China es actualmente demoníaco».

¿Cuándo conseguiremos por fin en Europa trazar nuestro propio rumbo, basado en el sentido común y no intoxicado por la fiebre de la guerra? Parece uno de los retos más importantes a los que nos enfrentamos en estos tiempos de guerra. (Tomado de investigaction.net. Imagen: xacatamovil.com).

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