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El XI Congreso como una clase de periodismo

Si desde la misma apertura el vicepresidente nacional de la UPEC Ariel Terrero no hubiera dicho, como lo hizo, que estos colectivos periodísticos revisten gran importancia porque reúnen áreas vitales para la formación y superación del gremio -harto comentadas en más de doscientas reuniones en todo el país-, los colegas de los bloques ramales educativo y cultural lo demostrarían rápidamente, porque no demoraron en honrar su altura, en la Asamblea XI Congreso, con intervenciones de utilísima agudeza.

El bloque educativo -delegaciones de la Casa de la Prensa, del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana y de la Universidad de Ciencias Informáticas- juntó su diálogo con el cultural -periodistas de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, del Instituto Cubano de Industria y Arte Cinematográficos y de las revistas La Jiribilla y Cubarte- para fundir, con el cemento de la palabra, una sólida pared de aportaciones el Congreso de la transformación.

Aixa Hevia, de la delegación de la Casa de la Prensa, indagó por la marcha concreta de los experimentos de gestión de la prensa y por la situación actual del proyecto de Ley de Comunicación Social, puntos que generan amplia expectativa en el sector. De igual modo, llamó a trabajar por conseguir, hacia adentro, en el casi inexplorado mundo de la comunicación alrededor de los nuevos actores económicos, resultados tan loables como los que, hacia la comunicación política, pueden palparse tras el recién finalizado Coloquio Internacional Patria.

A seguidas, la Facultad de Comunicación de la U.H. “tomó” literalmente la asamblea, pero el saldo en calidad del verbo hizo que valiera la pena tal asalto.

Maribel Acosta refirió las búsquedas que hacen allí de un modelo económico en el que insertar su canal Nexos y llamó a que se creen las condiciones para conectar mejor los sólidos sistemas de superación que tienen -algo distantes, en su opinión- el Instituto Internacional de Periodismo José Martí y la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales.

A Maribel también le preocupa que, cuando más figuras empresariales hay, el paisaje de la comunicación en torno a ellas quede en una Ley “que parece empantanada”.

Al respecto, Terrero recordó la génesis de los experimentos, bajo crédito de la UPEC, como parte de la necesidad de renovar el modelo de prensa. Actualmente, 16 medios de diferente formato y ubicación nacional están incluidos, pero el vicepresidente dejó claro que “la transformación no va a caer del cielo de manos de una comisión ni de una autoridad política: “Tiene que venir desde los propios medios”.

De paso, Terrero informó que ya Ideas Multimedios y los periódicos Invasor, Escambray, 26 y Girón dieron el primer paso; esto es, erigirse en unidades presupuestadas. El otro escalón será pasar a unidades presupuestadas con tratamiento especial y con un apellido esencial: de la  comunicación, pero todo dependerá, insistió, de la capacidad de innovación de los profesionales.

En todo ello, Terrero concede un rol esencial al acompañamiento que, desde una visión científica y crítica, haga la academia a los medios en transformación.

El experimentado periodista y profesor Roger Ricardo Luis lamentó que, tras tantísimo tiempo de planteamientos al respecto, aun “estemos esperando respuestas” sobre la creación de un Centro de Investigaciones sobre el Trabajo de la Prensa, u observatorio de medios, con la necesidad que hay de medir la calidad de nuestro trabajo.

En su opinión, hay dispersión en la investigación de estos asuntos y ni siquiera se aprovechan los trabajos ya hechos. Roger considera que requerimos “un organismo vivo, inteligente y capaz de llamar la atención sobre los problemas”.

En tanto, la también colega y maestra de periodistas Iraida Calzadilla compartió preocupaciones sobre el lento goteo con que se conceden los Premios Nacionales José Martí, por la Obra de la Vida, lo que a su juicio ocasiona que en muchos casos apenas puedan disfrutarse. Para ella, no deben limitarse a uno por año.

La profesora Calzadilla también considera que los jurados nacionales deben recibir fuerza nueva, de modo que no figuren en ellos los mismos colegas de año en año -al margen de que los que han trabajado, aclaró, lo han hecho con honestidad- ni haya que esperar a un congreso para renovarlos. “Otros deben sentirse parte de ese proceso y ese orgullo”, dijo.

Iraida evocó los tiempos en que colegas reconocidos ejecutaban disímiles acciones de superación en las provincias y lamentó que algunos circunscriban el concepto de superación a maestrías y doctorados, cuando estos a menudo implican centrarse en un campo del conocimiento y la prensa necesita más.

Es mucho lo que implica superarse. El joven profesor Raúl Escalona, también de la FCOM, afirmó que hay que transformar los modelos de formación del periodista que trabajará en esa sociedad en transformación. “¿Cómo si no -preguntó- saber si lo que transformamos contribuye a la sociedad socialista y revolucionaria que queremos construir?

Raúl señaló que la prensa cubana debe trabajar más en su memoria histórica, sumergirse en su tradición y sus referentes, idea que matizó con el mentís a quienes dicen que en la Revolución no se ha hecho periodismo de calidad.

Su colega Mario Ernesto Almeida, muy joven como él, apuntó el hecho de que algunos fomentan en el estudiante la idea de que el periodismo solo es oficio y que, aprendiendo a escribir los géneros, no hacen falta más facultad ni academia. Falta, en su parecer, un discurso de alianza con las redacciones para alinearse en la defensa de la facultad hasta e final de la formación.

Cuando eso se vulnera -y Mario Ernesto puso ejemplos- se hacen coberturas infaustas que terminan en burla, pero es que, dijo él, hay malos directivos que prefieren enfrentar la burla de su audiencia que asumir un diálogo serio entre su reportero y el público.

Es que la facultad también necesita de los medios, como afirmó la profesora Carla Picard, quien sostuvo que se debe inculcar en las redacciones “la necesidad de educar”, porque “la facultad es también un espacio para socializar el conocimiento que se produce en los medios”.

Carla lamentó cierta segmentación, dada no solo en el hecho de que por sus predios no conocen a algunos líderes de la UPEC, sino, por ejemplo, en el veto que los profesores sufren para acceder a acciones de superación en el Centro de Estudios del ICRT por el solo hecho -cuestionable si se mira con ojos de gremio- de que ellos no son de aquel organismo. Por otro lado, invitó a la UPEC nacional a acercarse más a los medios que habitan en las universidades y se invitó a sí mismos, porque este es terreno universitario, a proponerse que las pruebas de aptitud se libren de estimular meros resortes memorísticos.

La también profesora María Carla O’Conor propuso a la UPEC retomar los sólidos lazos con los jóvenes periodistas que exhibió en otros años. También llamó a pensar cómo, desde la ética, puede enfrentarse la acción de “inquisidores” en redes sociales que linchan a veces desde nuestra propia trinchera. “Hay -dijo- colegas que en esos espacios no honran sus responsabilidades ante la sociedad”.

Incorporado a la reunión tras su llegada de otra, el presidente nacional de la UPEC, Ricardo Ronquillo, ofreció una visión optimista, pero objetiva, del camino que pudiera restar al “muy discutidos” proyecto de Ley de Comunicación Social.

Ronquillo refirió los ataques de algunos segmentos, en particular al cambio en el modelo de gestión económica, en el cual han querido ver una presunta intención de privatizar los medios cubanos.

Tras comentar la inconsistencia de esa presunción, el presidente de la UPEC contó que en los encuentros con la dirección del Partido ha apreciado comprensión elevada de la urgencia de cambiar el modelo de prensa y de que el experimento es un camino.

Ronquillo señaló que la idea es que el proyecto de Ley sea llevado en mayo al Parlamento como lo que es, la transformación más profunda del sistema de prensa cubano después del triunfo de la Revolución.

Foto de portada: La profesora María Carla O’Conor propuso a la UPEC retomar los sólidos lazos con los jóvenes periodistas que exhibió en otros años.

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Enrique Milanés León
Forma partede la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

One thought on “El XI Congreso como una clase de periodismo

  1. Milanes fuera bueno que si no todos, algunos de los medios que aplicaron ya el paso de unidad presupuestada expliquen que hicieron, aunque incipiente aun, que experiencia les deja para que el resto de los medios que no estan en el experimento tengan una clara vision del llevado y traido tema de “transformacion”, asunto en el que hay mucha tela por por donde cortar, que no depende solo de voluntad, sino de capacidad organizacional y todo lo que ello conlleva cuando nos adentramos en las particularidades de la comunicacion interna de cada medio. Sobre los que comento Iraida -Calzadilla, sobre el Premio Naconal Jose Marti es muy cierto la necesidad de pensar en el otorgamiento a mas compañeros. Voy a ponerte dos ejemplos concretos de Camaguey, que conoces bien. Armando Boudet Gomez, catalogado como el director historico de Adeelante fue propuesto en varias ocasiones y fallecio, sin tener el honor de recibir ese titulo. El aval de el fue vastisimo. El otro, ya con un poco mas de 85 años, es Eduardo Labrada, que recuerde como minimo Adelante ratifico su propuesta en tres ocasiones y nada. No voy a hablar de otros compañeros y compañeras con mas de 50 años ejerciendo aun el pereiodismo, pero que no quisieran recibir la condecoracion post mortem

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