PERIÓPOLIS

Pedro Pablo Rodríguez: “Patria fue la apoteosis de la integralidad periodística de José Martí”

La mirada crítica de Pedro Pablo Rodríguez López, Investigador Titular del Centro de Estudios Martianos, no ha obviado el “monumental despliegue” de José Martí en Patria, el periódico fundado por el sui géneris periodista en Nueva York con la colaboración de otros patriotas el 14 de marzo de 1892.

En alusión a Patria, el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2009 advierte que “quizás no se ha observado acentuadamente la capacidad de Martí de valerse de todos los recursos y todos los géneros, y la sabiduría editorial para reunirlos y combinarlos al preparar cada número del periódico”.

Valdría la pena —considera el Doctor en Ciencias Históricas— hacer un estudio minucioso de la tipografía, ilustraciones y diseño general de la publicación para apreciar cómo Martí incorpora aspectos que ha asimilado durante su larga experiencia editorial.

El Centro de Estudios Martianos concluyó en el año 2005 la multimedia de la edición facsimilar del periódico Patria dirigido por José Martí.

Si un filólogo, periodista o investigador leyera Patria actualmente podría identificar narraciones, crónicas, semblanzas físicas y morales, críticas literarias y artísticas de la autoría del pensador cubano. Sin embargo, el profesor Pedro Pablo aclara que “Martí jamás puso faja a su pluma” porque el prolífico creador transgredía los límites que imponen los géneros periodísticos y literarios.

Quien haya tenido la oportunidad de conversar con el Premio Nacional de Historia 2010 se da cuenta de su capacidad analítica para diseccionar los textos del Apóstol. En sus respuestas, el profesor integra de manera sistémica el cúmulo de conocimientos que posee sobre la vida y obra de José Martí.

En una computadora se pueden consultar los 167 números de Patria publicados entre el 14 de marzo de 1892 y el 25 de junio de 1895.

El compilador y prologuista de El periodismo como misión, libro cuya primera edición data del 2002 (Centro de Estudios Martianos y Editorial Pablo de la Torriente), comparte sus valoraciones en torno a la labor de Martí en Patria, periódico donde está explicado el programa republicano que concibió aquel poeta defensor de la patria y la libertad.

—¿Por qué José Martí decidió que fuera Patria y no La Nación el nombre de su periódico?

En realidad no tenemos una explicación directa de por qué Martí le puso Patria al periódico que dirigió entre el 14 de marzo de 1892 y el 19 de mayo de 1895. Lo primero que hay que recordar es La Patria Libre, donde publica “Abdala”, cuando estaba próximo a cumplir 16 años. Quizás Martí estuvo pensando en aquello. Segundo, la pregunta es válida si se analiza por qué Martí no optó por La Nación como nombre del semanario.

Un nombre como La Nación hubiera resultado incongruente en aquel momento por el modo en que se entendía nación en el siglo XIX. El concepto de nación se asociaba única y estrictamente con el estado nacional; por esa razón había muchos periódicos La Nación en varios lugares de América en aquella época, como La Nación de Buenos Aires, diario en el cual Martí había escrito.

Luego de la confirmación de la caída en combate de José Martí, Patria dedicó un número a recordar el legado del patriota y periodista.

¿Por qué Patria? Sabemos que Martí no seleccionaba un nombre al azar. Alguna razón tenía para llamar Patria a su periódico. Y ello creo que viene asociado a la manera en que Martí maneja el concepto de patria en diversos artículos que publicó tanto en aquel semanario como en otros diarios.

Es decir, para Martí patria resulta un concepto esencial. Le sirve, a mi juicio, para designar —algo que él hacía de manera frecuente— el ser y el deber ser. La patria para Martí existe, aunque no exista la nación en el estado nacional todavía. Es patria porque no es aún la nación. Patria está más abierta hacia el futuro. Por una parte es lo deseado, y a su vez, la meta que hay que alcanzar.

La patria existe porque es una comunidad de intereses, una comunidad de ideas; es algo por lo que se ha dado la vida a lo largo de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) y la Guerra Chiquita (1879-1880). Y al mismo tiempo, sin embargo, es una aspiración. La patria está constituida de alguna manera en la cabeza, en la conciencia, en los deseos, en las esperanzas. Había que constituirla, además, en el plano práctico, en la formación del estado independiente. Es por eso que Martí está dando el concepto de patria.

Patria se imprime en Nueva York, donde el periodismo estadounidense evoluciona aceleradamente. ¿Martí se apropió de determinados recursos del periodismo norteamericano a la hora de dirigir y redactar Patria?

Patria no tiene nada que ver con el periodismo norteamericano de la época. Con esto no quiero decir que Martí como periodista no se apropie, interiorice o incorpore algunos de los recursos que se plasman en el periodismo norteamericano decimonónico. Patria es un periódico político y de combate. No es un periódico comercial ni de noticias estrictamente. Luego, esto lo diferencia totalmente de la prensa neoyorquina de la época.

No es un periódico que aspire a controlar un universo de lectores de una gran nación. Pretende, en primer lugar, dirigirse al público de la emigración cubana. En segundo lugar, de acuerdo con las posibilidades, llegó a circular en Cuba, donde entraba de manera clandestina.

No aspiraba siquiera Patria a dirigirse a la comunidad de habla española, aunque sabemos que muchos lo leían. Todo eso le da un carácter totalmente distinto. Patria es un arma ideológica para convencer y propagar las ideas en torno a la necesidad de la independencia en Cuba por la vía de la guerra. Por estas razones, Patria se diferenciaba de la prensa estadounidense.

Que lo dirigiera y redactara fundamentalmente un hombre como Martí evidencia su talento y capacidad como periodista moderno. Patria estaba reflejando de algún modo lo que Martí había aprendido en los diarios estadounidenses que había leído asiduamente durante años. Esto último es indudable, pero al concebir Patria Martí no estaba siguiendo los patrones del periodismo norteamericano.

—Varios estudiosos de la obra martiana coinciden en afirmar que la influencia de Martí en las letras hispanoamericanas se da más por su periodismo que por sus textos literarios. ¿Qué opina usted al respecto?

Sí, por ese periodismo mayor que inaugura con las Escenas Norteamericanas que, por supuesto, tiene mucho de ficción, de ficcionalización, para hablar con propiedad. A partir de los hechos, asuntos y personas que narra va explicando la realidad de Estados Unidos. Yo diría que ese hombre ya maduro, como periodista y como escritor, va a hacer de Patria el periódico político por excelencia, en el cual va a demostrar su habilidad y su talento.

En Patria se advierten nuevos cambios de estilo. Por ejemplo, no emplea tanto los neologismos como en las Escenas Norteamericanas. Tampoco usa tanto el encabalgamiento, pero los rasgos fundamentales y estilísticos son los mismos. El cronista se le escapa a veces cuando reporta algunos de sus viajes o cuando habla de lo sucedido la noche de La Liga o en una reunión de algún club.

El tratamiento en Patria del artículo de opinión —enfocado, en gran medida, al logro de la independencia de Cuba— se hace como un ejercicio periodístico diferente a lo que había hecho en las crónicas sobre Estados Unidos.

—La sección En Casa es un ejemplo de cómo Martí hacía un periodismo literario en un periódico de enfoque político. ¿Cómo caracterizaría usted esa sección?

En la sección En Casa se publicaban pequeñísimos relatos tomados de la vida real, narraciones de la vida real de esa emigración patriótica. Sin embargo, Martí al redactarla manejaba con una eficacia tremenda las técnicas narrativas. Entonces: ¿cuánto había de verdad y de ficticio en esas crónicas escritas por Martí? ¿Hasta dónde entraba esa capacidad recreativa de la ficción en Martí?

Siempre la hay; el mejor periodista recrea aun cuando tenga una absoluta voluntad de atenerse a describir los hechos porque escribe desde su perspectiva, desde su mirada del mundo. Así le sucede a Martí, quien escribía su periodismo con plena conciencia de lo que estaba haciendo.

Él quiere atrapar al lector y se propone convencerlo por la vía de los sentimientos, de los ánimos, de la pasión, de la necesidad de la independencia de Cuba y del papel de Cuba independiente. O sea, está apelando a la vía afectiva junto con la vía intelectiva o racional; lo literario cobra un aspecto decisivo en él.

La actualidad de una parte de los artículos de Patria no viene dada solo por la actualidad del tema, sino por la manera en que Martí lo presenta. Y ahí está justamente eso: lo literario.

—Es precisamente en el periódico Patria donde Martí define: “que un periódico sea literario no depende de que se vierta en él mucha literatura, sino que se escriba literariamente todo”. ¿Hasta qué punto Patria cumplía con ese criterio expresado por su director?

Patria cumple con ese precepto martiano porque está muy bien escrito. Martí no sacrifica la propaganda por las cualidades literarias. Pero no se podría tener una idea cabal del Martí periodista y escritor si se ignoraran sus artículos en ese periódico. Su estilo, sus soluciones más novedosas y su lenguaje moderno están ahí. Quizás el éxito de Patria entre sus lectores se debió, en buena medida, al empleo de ese lenguaje nuevo, a esas expresiones literarias novedosas que va introduciendo Martí.

Aunque en múltiples ocasiones Patria no pudo salir los sábados, el equipo editorial del periódico se planificaba para publicarlo el séptimo día de la semana.

—Quien haya leído los números de Patria advierte que la última de las cuatro planas del semanario se publicaban anuncios. ¿Qué objetivo perseguía Martí con la publicación de tales anuncios?

No veo los anuncios solo en un sentido comercial, que no estoy seguro que tuviera. Sí sé que se cobraba por la publicación de esos anuncios. Probablemente lo recaudado por los anuncios no contribuyeran a cubrir los gastos de impresión del periódico si nos guiamos por los precios de la época. La publicidad de Patria está muy bien pensada porque uno se da cuenta de que la mayor parte de los anuncios se refieren a la comunidad cubana asentada en Nueva York.

Patria necesitaba de esa publicidad para que se mantuvieran aquellos pequeños comercios. Esa comunidad de pequeños comerciantes contribuía, en muchos casos, con el movimiento patriótico. Eran personas de cierto destaque, de cierto relieve en la emigración cubana de Nueva York. Por tanto, considero que más allá del sentido comercial, la publicidad cumplía una función social: darle publicidad a esos pequeños negocios y a esos nombres que ayudaban al sustento del periódico.

También tenía un superobjetivo, quizás nunca dicho ni expresado, pero que probablemente estaba en el fondo del pensamiento de Martí: los anuncios estaban relacionados con el sentido de la sección En Casa, que mostraba a una comunidad de emigrados que ha sabido buscar los caminos para subsistir, que ha conservado su identidad de cubanos, que ha mantenido la unidad. Los valores de esa comunidad serían el germen de lo que podía ser la república cubana.

—¿Considera que Martí se consagra como periodista en Patria?

No; creo que Martí se consagró como periodista desde las Escenas Norteamericanas, que es otro tipo de periodismo. Consagrado quiero decir, reconocido ante sí mismo como escritor, como hombre de pluma que escribe para el periódico.

Inclusive, el gran prestigio de Martí como escritor lo alcanza en vida gracias al periodismo y no a la poesía. La gran comunidad letrada hispanohablante conoció a Martí por sus Escenas Norteamericanas, mucho más que por Patria porque este fue un periódico que circuló, sobre todo, entre los cubanos, pues era ese su propósito.

Sus artículos publicados en La Opinión Nacional, de Caracas, La Nación, de Buenos Aires, El Partido Liberal, de México, y otras muchas publicaciones hispanoamericanas llegaron y penetraron en buena parte de la gente ilustrada del continente. Eso fue lo que le dio prestigio.

Por esta razón, cuando un hombre como Rubén Darío llega a Nueva York, abraza a Martí y le dice Maestro. Darío leía sistemáticamente las crónicas de Martí en La Nación de Buenos Aires. Incluso, el escritor nicaragüense llegó a decir que aprendió a escribir de un modo nuevo a partir de la lectura de los textos de Martí. Se dio cuenta de que estaba delante de un escritor moderno.

Patria no era el único periódico que defendía la independencia de Cuba. ¿Qué rasgos hacían que Patria sobresaliera en el panorama de la prensa independista cubana que se redactaba en aquel contexto?

En Martí se reunieron todas las condiciones históricas, epocales y personales para hacer un periódico de esa naturaleza. El semanario surge porque estaba el hombre capaz de hacerlo, que era Martí sin duda alguna, el avezado periodista capaz de escribir los textos y armarlos como un periódico. Recordemos que Martí se sentaba con los cajistas, decidía el diseño, distribuía el espacio. Más que un jefe de redacción era un verdadero editor en funciones.

No se ha hecho, por ejemplo, un estudio de cómo se ordenaban los materiales en el periódico, qué tipos de letras se escogían, qué recursos permitían la impresión en aquella época, cómo se presentaba los textos en ese periódico de cuatro páginas que llegaba a los lectores.

Hay que hacer ese estudio porque evidenciaría también esa mirada, esa capacidad periodística de Martí que sabe que no está escribiendo un libro sino haciendo un periódico. En este sentido, había tenido la experiencia como director del mensuario La América de Nueva York, que es una verdadera joya desde el punto de vista de los periódicos de la época.

—Teniendo en cuenta que la producción periodística de Martí en aquel semanario es copiosa, ¿cuál sería su selección imprescindible de artículos de Patria?

Me cuesta mucho trabajo responder esta pregunta. Sería una selección tan grande que prácticamente abarcaría un porcentaje elevadísimo de lo publicado en el periódico. Más bien haría una selección mínima. Si tuviera que escoger una muestra mínima de lo que es Patria y su periodismo, seleccionaría Nuestras ideas, El tercer año del Partido Revolucionario Cubano, En la guerra y unas tres joyitas de la sección En Casa.

—En el hipotético caso que usted hubiera sido uno de los redactores de Patria bajo la dirección de José Martí, ¿qué le habría gustado escribir?

Me habría encantado redactar la sección En Casa, esa humilde sección que muchos estudiosos de Martí pasan por alto. A mí me hubiera gustado escribir para una sección como esa.

(Fotos: Cortesía del Centro de Estudios Martianos y tomadas de Internet).

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Randy Saborit Mora
MCs. Randy Saborit Mora. Editor en la Editorial Ciencias Médicas y profesor en el Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas-Infomed. Profesor Asistente Adjunto de la asignatura El periodismo de José Martí, en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

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