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De Darines a giles

Por Mayte Madruga Hernández

Después de una ovación en el Karl Marx, La odisea de los giles comienza su recorrido en la edición 41 del Festival de Cine de La Habana. Y dicha ruta comienza con la visita de Ricardo y Chino Darín, en conferencia de prensa.

La odisea… es el primer proyecto que asume la Productora Kenia Film, fundada por los Darines, quienes asumen la producción y la actuación en un filme de vis tragicómica que deja satisfecho a una gran mayoría de público.

Este ha sido un primer proyecto “intenso, delicioso- explica Chino Darín- pero fue una verdadera odisea construirlo”, rememora.

A pesar de tener un contexto histórico microlocalizado, como fue el corralito, La odisea… logra trascender el hecho y se convierte en una especie de viaje universal. “A la gente sea cual fuere el lugar en que se proyecta, le ocurre algo parecido, le llega directamente al corazón”, indica Ricardo Darín.

Las restricciones que supusieron el hecho conocido como el corralito, tuvieron consecuencias más devastadoras que la economía, influyeron en la salud mental de las personas. Por eso “fue necesario que pasaran 20 años del traumático evento para tratarlo con humor. La gente vivió mucha angustia”, comenta el actor y productor.

Para Darín el humor es una herramienta imprescindible para poder abordar ciertos temas.

Los actores han sido la sensación del inicio del evento. Y para ellos también no ha pasado indiferente. “Tengo grabado a fuego lo que es estar en La Habana con una historia de estas características”, reseña Darín.

Esta es la tercera colaboración entre Sebastián Borensztein y Ricardo Darín. “La relación con Sebastián es especial, él es parte fundamental de la odisea, bien podría ser un gil, es una buena persona, inteligente, responde Darín ante la interrogante de su relación con el director.

Para el Chino, Borensztein “es muy creativo, explosivo, te tira todo sobre la mesa, casi sin procesar. El no paró de nutrir la historia, los personajes desde el guion. Es muy bueno para el proceso creativo”.

A primera vista se ve que el filme se convirtió en un proyecto muy personal para actores/productores y el director.

“Nos dimos cuenta que éramos inofendibles, y eso es muy bueno no solo para el filme sino para otros aspectos de la vida”, declara Darín.

La juventud de Chino Darín es un aspecto que sobresale en cada encuentro de prensa, y en La Habana no fue la diferencia. A pesar de su corta edad Chino Darín lo tiene muy claro cuando se habla de herramientas para hacer cine.

“La energía y las ganas que hacen falta para hacer cine. Lo más importante es tener un punto de vista claro. Trato de comprometerme, de involucrarme. Es lo que habla de la construcción colectiva en el cine.”

(Tomado de habanafilmsfestival)

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