COLUMNISTAS

Ansiedad mediática en tiempos de COVID-19

Simultáneo a los efectos —letales o no— del coronavirus, también la economía mundial se estremece y algunos líderes hacen gala de su superficialidad, egoísmo e incapacidad para dirigir los destinos de sus países, cuando ponen sus ganancias por encima de las vidas de sus conciudadanos. El mundo periodístico se hace eco, cada vez en mayor medida de esa realidad.

Somos testigos quienes, como profesionales de la prensa hurgamos en las redes y leemos cada día una buena cantidad de noticias, comentarios y todo tipo de análisis sobre la situación internacional, de una ansiedad mediática, donde se dan la mano, de una parte los medios y comunicadores comprometidos con la verdad, la ética, la función social que tienen, y por otro, algunos grandes medios y sus «comunicadores» empeñados en manipular, «vender», «dar el palo periodístico», contribuyendo con el ambiente de incertidumbre que crea la velocidad con que se expande la pandemia.

En medio de ambos escenarios, muchos hechos, además de ser denunciados, pusieron al descubierto el modo de actuar de ciertos personajes, incluso jefes de Estado y otros que lo fueron.

Por ejemplo, la web del diario estadounidense The New York Times, destapa una noticia que no tuviera trascendencia, ni se considerara «irresponsable» como la califica el citado medio, si no fuera por el momento que vive el mundo y fundamentalmente España, a causa del coronavirus.n un artículo titulado «Los ricos de Europa huyen del virus a sus casas de descanso y propagan enojo y terror», el rotativo neoyorquino se fija en la actitud que tuvieron muchos de los que cuentan con casas en la playa o en la montaña en diferentes naciones y precisa: «Quizá más que cualquier otra cosa, la huida hacia las casas de descanso ha caldeado los ánimos por algo que la pandemia global hace cada vez más evidente: la creciente brecha entre ricos y pobres».

Entre otros, pone el ejemplo de José María Aznar, expresidente del Gobierno español, quien junto a su mujer, la exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, se marcharon a Marbella donde tienen una segunda residencia, en momentos álgidos de la pandemia.

También el periódico español ABC se hizo eco de la huida de Aznar, y su esposa en plena crisis sanitaria en su país.

Noticias buenas también se pueden leer: La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que casi el 92% de los infectados en el gigante asiático por COVID-19 se han recuperado. Ya China, que fue epicentro de la epidemia, va dando pasos hacia la normalidad.

La otra cara de la moneda se recoge en el actuar del gobierno de Estados Unidos que ha gastado 9 billones de dólares en su actual guerra en naciones del Oriente Medio, de ellos dos billones en el financiamiento de grupos terroristas como el Estado Islámico.

Sin embargo Trump prefirió financiar guerras que desembolsar dinero para crear condiciones médico-sanitarias frente al coronavirus, peligro del que estaba advertido desde un primer momento de aparecida la enfermedad.

Y cuando alguna prensa estadounidense se ha atrevido a preguntarle al mandatario sobre la demora en esa previsión, Trump ha realizado toda una campaña de hostigamiento contra periodistas y medios.

Al respeto, en un informe divulgado este 8 de abril, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) acusa al presidente Donald Trump por hacer campaña para su reelección mientras continúa «sus ataques verbales contra los medios de comunicación».

Además, indica que la cobertura mediática de la COVID-19 ha estado marcada por momentos de tensión en las conferencias de prensa y comentarios críticos por parte del mandatario en contra de los medios.

Desde los primeros estadios de la pandemia, el presidente culpaba a los medios de querer «dañar su reputación».

Hoy es imposible, aún bajo las amenazas del magnate presidente, que la prensa pueda abstraerse de esa realidad de todos los días, que muestra a grandes capas de la población desprotegida, los más vulnerables a las afectaciones del virus.

Cómo ocultar las denuncias del personal médico ante la falta desde una simple mascarilla, hasta un equipo de ventilación artificial o una cama en una sala de terapia, que incide en esa pirámides de contagiados y fallecidos que reflejan las estadísticas de cada día.

Colapsan los servicios de salud en el país más rico del mundo, pero a la vez el más infestado por un mal sistémico que hace metástasis.

Los medios de prensa y los periodistas, tendrán que hacer una profunda reflexión respecto a su papel en este mundo tan frágil y vulnerable, que la COVID-19, está desnudando.

Será el momento de optar, o por brindar la verdad con todo apego a su trabajo, o pasar al lado de quienes llegan a convertirse —y en Cuba los ha habido— en mercenarios de la información.

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Elson Concepción Pérez
Periodista cubano y analista de temas internacionales. Forma parte de la redacción del diario Granma.

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