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Díaz-Canel con los periodistas cubanos: Contamos con ustedes

Relatoría del encuentro del Presidente Miguel Díaz-Canel con los periodistas cubanos. Palacio de la Revolución, el 19 de agosto de 2021 (basada en las 2 horas de transmisión por la TV)

José Alejandro Rodríguez: Juventud Rebelde.

Reconocimiento al papel que ha tenido la prensa en la COVID, especialmente los jóvenes periodistas.

No podemos seguir entregando jóvenes a otras causas, tenemos que facilitarles que ellos reflejen su cosmovisión, sus inquietudes, sus dudas, y tener confianza en ellos, porque los desgajamientos han sido muy duros, muy tristes. Tenemos que resolver es problema entre todos, entre los periodistas, entre los directores, entre el Partido.

Esta sociedad necesita una reconsideración de las prácticas revolucionarias. Nuestro Partido también, nuestros cuadros del Partido deben comprender el papel de la transición, un tránsito hacia otro modelo de periodismo.

No podemos seguir abordando las cuestiones con las armas melladas de un periodismo que calcó experiencias de otras frías y nevadas latitudes y que todavía persiste, confundiendo el buen periodismo con la propaganda.

Lirians Gordillo Piña, Editorial de la Mujer

Somos excelentes haciendo diagnósticos e identificando los problemas, donde nos embarcamos es en resolverlos. Julio García Luis en su libro Revolución, socialismo y periodismo, de 2013, citó a Hemingway para dejarnos una enseñanza sobre la función de la crítica: “Si se va a criticar es para hacerlo mejor”, eso significa dedicar más energías y tiempo a resolver lo que está del lado de nuestra cancha, porque eso no va a cambiar, lo que es nuestra responsabilidad, lo que sí podemos cambiar.

Vivimos en una Cuba compleja y diversa, es importante denunciar los factores e injerencias extranjeras, la apuesta histórica por el cambio de régimen, la manipulación, la aniquilación de nuestro proyecto, las noticias falsas, pero también es nuestra responsabilidad mirar con complejidad, generar balance, no reproducir estereotipos que estigmatizan, mostrar las causas y soluciones internas.

El periodismo no es comunicación ni propaganda política, no es información de inteligencia que se le quiere transmitir al pueblo, es imposible hacer periodismo y comunicación pública sin transparencia, sin datos públicos. Hay que sustituir frases ambiguas como “Un grupo poco considerable de”, “Cierta cantidad”, “La mayoría”, “Un nivel de recursos”, todo eso puede degenerar graves problemas políticos en un mar de opiniones, no de criterios, porque el criterio es un criterio informado, pero de lo que estamos rodeados son de opiniones personales.

Tienen que dejar de ser malas palabras criticar, polemizar, disentir, no estar de acuerdo.

Presidente, usted reconoció que se iban a pedir disculpas allí donde se hubiera cometido un exceso, donde existiera un error o una persona afectada en la respuesta a los sucesos del 11 de julio; necesitamos contar también esas historias porque nada puede dañar más a este país que una injusticia o un exceso que no se asume en voz alta, un error, más en circunstancias que involucran a mucha gente joven.

La justicia debe prevalecer desde una mirada intersectorial y humanista, vigilante a cualquier prejuicio ideológico.

A los problemas políticos necesitamos responder con acciones políticas, culturales y sociales, no solo con acciones policiales.

Me sumo al llamado de más poder popular, de asesorías cada vez más plurales, de decisiones colectivas, que participemos en las soluciones a los problemas que vivimos, en la elección y ratificación de los principales cargos públicos a nivel local, que se vea el trabajo legislativo permanente; que los diversos proyectos sociales puedan desarrollarse, que las organizaciones políticas y de masas luzcan y hablen, se expresen como su membresía, y que la educación y la comunicación popular lleguen al espacio político, pero sobre todo que podamos estar a la altura de las posibilidades que nos dimos con la Constitución.

Edda Diz, Agencia Cubana de Noticias

Necesidad de un mayor contacto directo con la gente para conocer sus dificultades y saber cómo piensan, qué quieren y qué no, meterse en los barrios marginales, en los más pobres, en los más problemáticos socialmente, estudiar la realidad social para lograr una acción política con mayor eficacia.

No se trata sólo de que lo haga la máxima dirección del país, que es algo muy bueno, sino de quienes dirigen el municipio, los del Partido, el gobierno, el delegado, el trabajador social.

Consideramos imprescindible alcanzar la total transparencia informativa, se ha avanzado en esto pero no lo suficiente, no basta con tener normas, decretos, leyes, si estas no se cumplen de forma real, efectiva y sistemática.

La voluntad política es imprescindible a todos los niveles para propiciar un cambio cultural y de mentalidad de la sociedad, una cultura de la transparencia.

Las matrices de opinión sobre temas estratégicos, sean coyunturales o no, simples o complejos, tenemos que construirlas nosotros, el que da primero, da dos veces.

La ciencia confirma que las fake news se extienden más rápido que la verdad, las mentiras tienen patas cortas, es cierto, pero las fake news tienen un setenta por ciento más de probabilidades de ser replicadas, hay herramientas, plataformas para detectar las fake news, pero cuando hay muchos interesados en difundirlas, humanos o robots, millones que no siempre ven el desmentido o no les interesa; también están las medias verdades, las manipulaciones y tergiversaciones, que confunden igualmente y generan matrices muy negativas en la opinión pública; una manera de evitar eso, o al menos disminuir su impacto, es dando nosotros la información primero, la aclaración o el argumento, antes que ellos, lo hemos logrado en ocasiones, pero no puede ser la excepción.

Lamentablemente, aún cuando se ha avanzado, muchas veces el medio no determina el mensaje, las fuentes deciden qué y cuándo dan la información.

La transparencia no puede ser sólo a través de determinado medio. A la Mesa Redonda, por ejemplo, van los ministros, pero el resto de la estructura del organismo luego no responde. Solicitamos información, o utilizan el método todo para que todo siga igual; no nos niegan la información, nos dan tranquilizantes. Cada vez que esto ocurre protestamos, reclamamos, apelamos al Departamento Ideológico, que siempre nos apoya, nos abre caminos, pero volvemos a la misma historia del “No hay problemas”. A veces el pedido se resuelve con una conferencia o con un recorrido, y luego todos los medios salimos con la misma información, algo que tanto nos han criticado las audiencias y que no siempre se justifica.

Sugerimos que se sistematice el diálogo individual y grupal, inclusivo, que aporte a la construcción del consenso social.

Sería recomendable sistematizar, tal vez semanalmente, una intervención del presidente para explicar de primera mano al pueblo los asuntos más acuciantes, más calientes y estratégicos para el país, los temas de agenda pública y la agenda de gobierno, dar argumentos, puede ser una conferencia de prensa, una alocución, una conversación, un experto.

Sugerimos hacer una investigación que combine el análisis del discurso de las máximas autoridades del país con un estudio de recepción. El discurso oral es el género más exigente de la comunicación porque está encaminado a convencer, a realizar una acción social y lograr una adecuada interpretación de sus objetivos, por tanto, hay que prestarle una atención especial.

Sería útil estudiar y actuar sobre la interpretación que hacen las personas de la realidad social sobre todo en sus múltiples subjetividades, en particular la influencia de los medios y las redes. No perder de vista que entre racionalidad y emoción predomina la emoción, y que la manipulación, las medias verdades o directamente tienen un impacto en la opinión pública.

Tenemos que apelar más a las emociones; no se puede dejar la razón y los argumentos por supuestos, y ser, sobre todo en las actuales circunstancias, mucho más proactivos que reactivos, dar el mensaje correcto en el tiempo oportuno, confiados en que haya cada vez menos opacidades en la imprescindible transparencia para un acceso expedito a la información de interés público.

Ana Teresa Badía, Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana/ Radio Rebelde

En un estudio sobre la recepción de la información económica que hemos hechos los términos más repetidos son desconfianza, ineficiencia, mentira, especulación, ineptos, improvisados, bloqueo, éxodo, hay que irse, huérfanos sin Fidel.

Si bien se reconoce la aparición de dirigentes políticos y funcionarios en medios y los sitios de redes sociales, sus discursos aún lo logran el impacto esperado.

Esto nos lleva a concluir que hay que transformar la manera que nuestros políticos comunican.

En los discursos mediáticos y políticos nos falta intencionalidad.

No se aprecia el entrelazamiento de laemoción y la racionalidad en los discursos más influyentes en la opinión pública.

Hay muy pocas campañas de comunicación individualizadas, segmentadas: ya no se puede hablar para un solo público sino para varios, en aras de hacer un mensaje más incluyente.

Deberíamos incorporar los nuevos escenarios visuales, evitar las imágenes de reuniones todo el tiempo, las oficinas, donde nuestros dirigentes están sentados todo el tiempo en mesas, algunos en un tono no adecuado. Se pueden buscar otras variantes más novedosas para comunicar ese tipo de elemento.

Se debe seguir ganando en inmediatez noticiosa, nosotros no podemos permitirnos el lujo de dar las noticias días después porque una fuente decida no darla.

Se debe ponderar la cercanía a los ciudadanos, en tal sentido hay que continuar perfeccionando la atención a las sugerencias, que no se demoren meses o que queden sin responder.

Hay problemas con el secretismo de muchos sectores, falta de acceso a las fuentes, tonos inadecuados.

Deberíamos dar explicaciones continuamente, escuchar a los ciudadanos. El Reordenamiento es una de las peores cosas que se ha comunicado.

En un sistema de prensa como el nuestro, si nuestra prensa es acusada de ser mentirosa, de no ser inmediata, eso mismo va a pasar con el gobierno, y viceversa.

Hay que hacer una mejor comunicación de manera general a nivel gubernamental. Nuestros políticos intermedios tienen que ser líderes.

Se ha demostrado que la prensa cubana tiene reservas para transformar el sistema de comunicación, y sobre todo los jóvenes, en momentos en los cuales el periodismo en el mundo apuesta por la innovación, la ciencia, y por las nuevas narrativas, transmediáticas, visuales.

Ariel Terrero, Unión de Periodistas de Cuba

La política de comunicación social del estado y el gobierno oyó elementos esenciales que habíamos discutido en una comisión de la Unión de Periodistas de Cuba sobre el modelo de prensa.

Nos hemos centrado en el modelo de prensa, en el modelo de comunicación mediático, y se nos ha quedado fuera de la vista el modelo de comunicación política. Hay una diferencia esencial entre comunicación política y comunicación mediática, y eso se nos pierde en errores tan comunes como no distinguir la diferencia entre el discurso oficial, el discurso periodístico, el discurso publicitario.

La inmediatez noticiosa es entendida a veces como que los periodistas lo que estamos es desesperados por dar la noticia nada más, y ser los primeros. No es comprendido tampo que no podemos callar si las fuentes deciden no hablar y, el otro elemento, es el divorcio con la realidad en el discurso de los dirigentes.

La demora en ofrecer una información lastra, daña, empaña, cualquier ejercicio de transparencia.

Hay variables que están pesando sobre nuestra realidad y hacen más necesaria el alineamiento entre agenda política y medíaca: 1)la corrosiva campaña a la que estamos sometidos desde Estados Unidos, del bloqueo, de las redes diciendo barbaridades, las fake news que nos bombardean. 2) la diversidad de fuentes de información a las que tiene acceso hoy la sociedad cubana. 3)la diversificación de los actores de la economía cubana, esto que estamos innovando ahora prácticamente.

Hay que reformar el modelo de comunicación política a la par del modelo de la comunicación mediática.

No podemos callar si las fuentes deciden no hablar, no podemos seguir lamentándonos porque los medios o los ministerios no dan información. Si no dan información ellos son los que no están construyendo su comunicación política.

Armando Franco, Revista Alma Mater

 ¿Cómo hacer comunicación sin un diálogo con los jóvenes?

Si hoy desapareciera la Editora Abril a nadie le extrañaría, más allá, a lo mejor, de los que estamos aquí, que por añoranza, por respeto, nos haría, nos dejaría un mal sabor de boca. Nos hemos olvidado de lo más importante, que es que cumpla su encargo social.

Hoy ninguna de nuestras revistas cumple su encargo social porque no están creadas las condiciones para hacerlo. Pienso en los jóvenes que pasan desde preescolar a sexto grado sin saber qué es Zunzún, los jóvenes que pasan de séptimo a noveno sin saber lo que es un Pionero, los que pasan el preuniversitario sin saber lo que es un Somos Jóvenes, los que se hacen licenciados e ingenieros sin haber leído la revista Alma Mater alguna vez, y los que transitan por todo ese proceso sin haber tenido en sus manos, o en sus escritorios, en sus teléfonos, en sus ordenadores, una revista, o al menos un trabajo de la revista Juventud Técnica o El Caimán Barbudo.

Si lo que nosotros estamos contando no se parece a lo que los jóvenes están viviendo en su universidad, lo que los jóvenes están viviendo en la calle, no se parece a lo que sufren al interior de su hogar, no vamos a construir en el imaginario de los jóvenes la posibilidad de un país en el que ellos sean parte.

Rosa M. Elizalde, Unión de Periodistas de Cuba

Después del 11 de Julio se inició otra etapa dentro de una misma guerra comunicacional: la disputa del día después del momento en que el debate que transcurría en las catacumbas virtuales salió a la superficie de esas redes y de los espacios físicos. Hubo un cambio de estado de la guerra comunicacional.

Le podemos llamar a esto guerra de cuarta generación, guerra comunicacional, híbrida, lo que sea, pero sin lugar es una guerra.

No tenemos una estructura para esta nueva realidad. Es para que ya tuviéramos un gabinete de guerra digital, una estructura que se plantee esta nueva situación. Se han aplicado en muy corto período tiempo prácticamente todas las tácticas de guerra cibernética: ataque a sitios digitales, cibertropas, operaciones de desinformación, estrategias de micro y nanosegmentación (o sea, ataques contra una persona; debemos entender que los ataques contra el presidente son brutales y están diseñados científicamente).

En esta guerra hay más ciencia que en la producción de vacunas, hay más tecnología que en cualquier otro momento de la comunicación.

Esta guerra no empezó el 11 de julio. Los diseños estratégicos en el ámbito digital vienen perfeccionándose desde hace mucho tiempo, con anclajes a partir de febrero de 2020, fecha en que se inició una macrocampaña que dura hasta hoy: “Crisis en Cuba: hambre, represión y coronavirus”, y esto se despliega antes del primer caso de coronavirus en Cuba, que fue documentado el 11 de marzo. Pero ya el diseño, con una línea discursiva que se reduce a esas municiones semánticas, estaba en ejecución.

Esa guerra de información es muy asimétrica y se sostiene en las brechas de comunicación que tenemos, en los gravísimos problemas de gestión de la comunicación del país que se han sido detectados por los laboratorios enemigos. Son problemas de larga data pero que se agravan en el escenario de la revolución sociotecnológica que estamos viviendo, donde la variable tiempo es vital frente a una derecha transnacional que se articula a la velocidad de un clic.

La dirección del Departamento Ideológico nos pidió realizar un censo en todo el país sobre la situación de la infraestructura y recursos humanos. En una provincia como Santiago de Cuba, por ejemplo, evaluamos 14 medios: solo uno tiene transporte que sirve; la conectividad promedio en los medios territoriales es de 1,5 Mb -cuando tienes diez personas conectadas eso no camina, nadie puede hacer una videollamada.

La brecha la están advirtiendo por lo menos desde 1992. Quien recuerde un poco de historia de la Internet en Cuba sabe que la Ley Torricelli del año ‘92 se basó en el sueño de lograr una glasnost digital para subvertir la Revolución cubana.

Solo ha habido un momento donde el gobierno de Estados Unidos en este escenario ha estado a la defensiva, y fue a finales de los 90 y principio del 2000, cuando se generaron todos los programas dirigidos por Fidel para la apropiación de la cultura digital, muy avanzados para la época. Es la razón por la que en febrero de 2001, antes del ataque a las Torres Gemelas,  fuimos el primer país del mundo acusado por el gobierno de EEUU de ciberterrorismo. Fue una acción absolutamente defensiva del gobierno de los Estados Unidos. Por razones históricas que se pueden explicar a partir de 2003 ellos pasaron a la ofensiva, y es el momento en que estamos ahora.

Necesitamos entender que una cosa es la gestión de la comunicación tradicional, pensada como un circuito cerrado, y otra la comunicación para el escenario digital. Necesitamos generar estrategias y estructuras que logren cierta simetría frente a los laboratorios a los que nos estamos enfrentando.

No es casualidad que el gobierno de Donald Trump en el año 2017 creó toda esa batería de sitios de los que estaba hablando ahorita aquí Armandito, que son timbiriches digitales, gestionados muchas veces por una misma redacción en la Florida, que se enfocan en gestionar la fragmentación de nuestros públicos.

Nosotros tenemos un núcleo duro de la población que tiene una relación de confianza con nuestro sistema institucional incluyendo nuestros medios. Hay que decir que, aún con todos los problemas que tenemos, la mayoría de las audiencias de este pueblo son nuestras, las estamos gestionando nosotros en nuestros medios. Pero la guerra de información, al estilo guerrilla, tiene impacto en las burbujas aisladas de las estructuras de nuestro sistema institucional, y no me refiero solo a los medios públicos.

No se puede gestionar la comunicación digital igualito que la analógica, son dos mundos es diferentes, en los que convergen generaciones diferentes.

No vamos a resolver los gravísimos problemas que tenemos de gestión en los medios, de infraestructura, pero podemos resolver muchas cosas porque tenemos grandes fortalezas: en primer lugar, una Revolución en el poder.

Tenemos profesionales de primera, con mucho talento, con muchos científicos en el ámbito de la comunicación a lo largo de todo el país, y yo creo que sí, que estamos a tiempo de cambiar lo que deba ser cambiado, como diría un clásico.

Ricardo Ronquillo Bello, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba

Desde que nosotros llegamos a la presidencia de la UPEC, una de las cosas que nosotros nos preguntamos fue qué tipo de organización necesitábamos en la Cuba de hoy. Pensábamos qué hacer, qué tenía que hacer esta organización en las circunstancias peculiares de Cuba, pensábamos en tres direcciones que a nosotros nos parecían esenciales, una primera es respondernos qué tipo de UPEC necesitábamos en el siglo XXI.

En la Primera Jornada de la Prensa que se convocó tratamos de darle fuerza, levantar el crédito, la autoridad, la ascendencia, del sistema de medios públicos. Los festivales se llamaron, y todavía se llaman porque queremos mantenerlos, Festivales Prensa Pública, Prensa del Pueblo, ya era evidente desde ese momento que se pretendía crear una campaña de deslegitimación del sistema de medios públicos de nuestro país, presentarlo como un sistema inoperante, un sistema subordinado mecánicamente a los intereses políticos del gobierno. Las campañas de descrédito muchas veces apuntaban no al sistema completo sino a determinadas figuras del sistema que tenían determinado relieve público, sobre todo periodistas de la televisión nacional y otros. En paralelo, invertían en proyectos de la prensa privada, que comenzaron por avergonzarse y decir que no recibían dinero de Estados Unidos, y ya dicen abiertamente que reciben dinero de Estados Unidos y que no importa de donde venga el dinero.

Nosotros tenemos que revisar en cada medio de prensa de nuestro país qué tipo de periodismo estamos haciendo, en qué medida el tipo de periodismo que estamos haciendo contribuye de verdad a darle la autoridad y el crédito al sistema de medios públicos de la Revolución.

Apuntan contra ese sistema porque saben perfectamente que el sistema de medios públicos de la Revolución es uno de los grandes constructores de consenso de la Revolución, y el día que debiliten, menoscaben, destruyan el crédito de ese sistema de prensa, la Revolución se habrá quedado sin su principal instrumento de construcción de consenso.

Todo lo que hagamos políticamente que menoscabe el crédito del sistema de medios públicos no sólo desacredita al sistema de medios públicos, menoscaban el crédito del sistema de instituciones de la Revolución; van juntos el crédito del sistema de medios y el sistema de instituciones públicas de la Revolución.

Cuando hemos hablado de la construcción de un nuevo modelo de prensa pública para el socialismo hablamos de cuatro pilares que a nosotros nos parecen esenciales. El primer pilar: necesidad de construir un nuevo tipo de relación entre el sistema de instituciones públicas y el sistema de medios públicos.

Otro pilar: que los medios tengan la suficiente autonomía, tengan autorregulación, tengan la capacidad de decidir sus contenidos, discutir su agenda y construir su agenda. Eso depende mucho de la autoridad y el liderazgo, lo digo con toda honestidad, de los directivos de los medios, y de los colectivos profesionales.

La política editorial ahora se tiene que decidir, como nunca, a escala del medio, y si las instituciones no dan respuesta nosotros tenemos que buscar una variante para dar respuesta a la población. Nosotros no podemos incumplir con nuestra responsabilidad social, no podemos hacerla depender de la voluntad de determinadas instituciones públicas del país que a veces no comprenden, en circunstancias muy complejas, qué les corresponde hacer frente a las necesidades de información de la ciudadanía.

Otro pilar: un nuevo modelo de gestión editorial, que tiene que combinar, por supuesto, el fortalecimiento de las plataformas analógicas con la colonización de las redes sociales, de todas las redes sociales.

No podemos tener el mismo discurso para todo el mundo, y hay formas ahora de comunicarse en las redes que no pueden ser las mismas con las que nos comunicamos en el periódico Granma o en la plataforma tradicional del periódico Juventud Rebelde. Tenemos que tener una sinfonía de discursos en distintos tipos de plataformas, en distintos tipos de redes, porque si hacemos un discurso único, homogéneo, ¿nos vamos a comunicar con quién? Con los que sigan el discurso tradicional nuestro, y de esa manera no nos comunicaremos nunca con los jóvenes.

Tenemos que dar señales de cambio y esas señales tienen que surgir también de las redacciones de los periódicos; cumplir con la Revolución significa dar señales de que este sistema de prensa está cambiando, se está transformando, y que tiene que tener como horizonte esencial de la transformación la construcción de un modelo de prensa. El horizonte del sistema de prensa público de la Revolución tiene formar parte de los mecanismos de control social y de control popular.

Yisell Rodríguez, Diario Granma

Estamos bajo el fuego de una guerra mediática que trata de generalizar un estado de incertidumbre, de insatisfacción, de desconfianza.

Cuando empezó la pandemia tuvimos que repensar la manera en que funcionábamos en Granma; primero no contábamos con el personal calificado para emprender determinadas tareas, luego no contamos, y seguimos sin contar, con la tecnología suficiente para hacerlo, pero llegó un punto en que hubo que cambiar, y redefinimos que nuestras fuerzas estarían en disposición de trabajo las veinticuatro horas de cualquier situación informativa que sucediera en el país.

Necesidad de reconocer la importancia de los influencers en la comunicación digital. Conozco personas, por ejemplo, que no consumen ningún medio pero siguen líderes de opinión, y pongo el ejemplo de Lázaro Manuel Alonso, cada post de Lázaro Manuel Alonso tiene dos mil, tres mil reacciones.

Cristina Escobar, Sistema Informativo de la TV Cubana

La prensa está insertada en un sistema social mucho más complejo, y de eso depende también cómo nosotros trabajemos, pero hay un sentido de la urgencia y de lo que hay que cambiar al interior del ICRT. Necesitamos un diálogo honesto con los decisores allí y no siempre ha habido ese ambiente en mi breve vida profesional.

Hay dos elementos fundamentales que tenemos que lamentar del 11J, uno, que la prensa cubana no cubrió lo que sucedió en la calle, hicimos autopsias. Tuvimos que utilizar esas imágenes nefastas de los celulares que produjeron los otros ese día, lo que contaron otros. La orientación fue defender el edificio y no salir a la calle. Eso no nos puede volver a pasar: enfrente del ICRT tuvimos un grupo de gente y nuestras cámaras no salieron: el cuento lo hacen ellos y la narrativa la ponen ellos. El cuento tiene que ser de nosotros también, tenemos que contarlo sin tener que estar reaccionando o defendiéndonos.

Hay una Cuba no contada en los medios de comunicación; hay una Cuba postergada, preterida, al margen de los beneficios de la Revolución, que está en los barrios, y ahí hay que ir a contarlo, pero no hay que ir a contarlo desde la corrección política extrema que a veces imprimen todos los medios de comunicación; el discurso políticamente correcto ya no comunica, hay que hablar como habla la gente, hay que hablar de las preocupaciones de la gente, y hay que hablar en los lenguajes de la gente.

Hay una gran cantidad de jóvenes que no ven el Noticiero, que no leen Granma, que no siguen los medios en las redes; ya no tenemos la hegemonía.

Hay que fajarse por esa audiencia, porque ahí el enemigo tiene puestas las estrategias y el dinero, y no hay tiempo que perder.

Hay fortalezas y referentes positivos, Alma Mater es uno de ellos, porque va hasta donde está la audiencia, con decenas de grupos en WhatsApp, porque escribe como los jóvenes escriben, porque va rápido, porque hoy a las siete de la mañana ya estaba lo de ETECSA en el grupo de WhatsApp, hay que ir adonde está la gente, la audiencia, hay que poner el recurso humano y material donde más efectivamente se pueda usar.

Quizás la mejor idea no era hacer un canal Caribe nuevo, sino crecer hacia las redes y no crecer en la pantalla, ¿porque dónde está la gente?, ¿está en la pantalla sentada a las ocho de la noche?

Otro de los los referentes es Invasor, hay gente haciendo las cosas, ¿por qué en unos contextos se hace y en otros no? Hay que estudiarlo, un medio que ya no es provincial, está en Facebook, está en internet, ya el discurso de Ciego de Ávila es el discurso mío en La Habana, es el discurso del cubano en Madrid, ¿por qué ellos sí pueden y por qué otros no?

Y también preguntarse por qué la televisión con las presiones que tiene del escrutinio de la pantalla no es capaz de trascender los hilos inevitables que existen entre el Partido Provincial y los telecentros, donde el reporte desde una provincia parece un comunicado del Partido Provincial y no una pieza periodística, y eso pasa en el 90 por ciento de los casos, y eso afecta a la Revolución y afecta al mensaje de los dirigentes del Partido.

Cuando el presidente fue a San Isidro el reporte fue de su reunión en San Isidro, no, era sobre usted en la calle, eso es periodismo; hay que sacar de la reunión al dirigente político, porque parece que eso es todo lo que hace

La prensa es una construcción de omisiones, y uno tiene que escoger y hacerlo inteligentemente, y hay que poner al dirigente como lo hacen, esa es la realidad, no lo estamos inventando, entonces hay que sacarlo de la corrección política, de la reunión, de la rigidez, en su interacción con la gente, que no es mentira, pero eso tiene que partir del hecho de que la decisión del reportaje sobre San Isidro tiene que tener una decisión periodística.

Reconozco mi privilegio de ser la hija de universitarios, eso es un privilegio; hay gente que salió el 11 de julio que no tiene esos privilegios y es parte también de este pueblo, y a ellos hay que hablarles, y ellos tienen que implicarse con el discurso de los medios de comunicación.

Todo fallo del sistema de medios es un fallo del sistema de comunicación de la Revolución, del gobierno.

Persiste una mentalidad de plaza sitiada y yo como prensa cargo con las insatisfacciones de la gente cuando no fue mi rol explicar lo que tenía que explicar el MINCIN, el MININT.

Está pendiente el tema de qué ha sucedido con los detenidos del 11J y por qué, pero también están pendientes las historias de heroicidad de los policías, del que vio al compañero morir, del que se escondió detrás de una columna, y la orientación fue: “No saques el arma”, de que el policía es pueblo, esos testimonios que existen, la historia de Tania, la coronel, las historias de heroicidad de los policías.

Lo que han hecho es robarnos la narrativa. La violencia policial pudo existir en un momento u otro, pero también está el policía heroico que está dando la batalla de una manera que no se paga con ningún salario, y esas historias no están en ningún lugar, ¿y eso es decisión de quién?, del Ministerio del Interior, no es mía como sistema informativo, o de Lázaro Manuel Alonso. Eso es decisión de otros, y entonces se reproduce el esquema de que cualquiera manda sobre la prensa.

Yo oigo aquí a los colegas: “Los ministerios no nos hablan”; nosotros tenemos el problema al revés, nos hablan demasiado y quieren que digamos lo que ellos quieren, en los formatos que ellos quieren, en el horario y en las extensiones que ellos quieren, y es muy difícil construir un mensaje periodístico con formatos adecuados, cuando no son periodistas los que quieren armar la noticia.

Cuando esto ocurre se pierde capacidad de influencia. El Noticiero de las ocho de la noche se ve, marca en este país, eso es un super poder, eso es petróleo echado por la alcantarilla, en este momento eso es Julio César la Cruz pero sin medalla de oro.

El hábito de consumo de la noticia está en el Noticiero de las ocho, menos en el de la una, público diferente en la Revista, pero ahí es donde hay que concentrarse.

No hago nada con empujar la información a otros programas; la gente lo que ve es el Noticiero, el que lo ve.

La estrategia con Cuba es dividirnos, es el discurso de odio, es que nos odiemos, es que nos dividamos, es que digamos: “Ellos y nosotros”, y eso esa es una estrategia mundial, eso no está específica para nosotros, pero obviamente con Cuba están creadas las plataformas, y el dinero está.

Todo ejercicio que desde los medios públicos y oficiales reproduzca o ayude a ese discurso de odio está contribuyendo con el enemigo, no podemos normalizar el odio en nuestros discursos periodísticos. Puede ser que yo lo entreviste y me lo digan; lo corto, no lo digo, no lo pongo; el funcionario que dice una mentira y que dice que todo está garantizado y es mentira, no lo ponga sea donde sea. Es un sentido de responsabilidad, porque cada mentira que sale ahí nos desacredita, y desacredita al presidente, y desacredita a la Revolución.

Adonis Subit Lamí, Periódico Girón (Matanzas)

A veces creemos que porque ya uno tiene una credencial de periodista todas las puertas se van a abrir, nos van a atender a la hora que queremos, todo el mundo deja sus agendas, claro que no puede pasar.

También nos enfrentamos a muchas incomprensiones. Pero ese es mi trabajo, tampoco pretendo que me lo hagan, si no me lo quieres dar tengo que salirlo a buscar, no puedo pretender que me hagan mi trabajo.

En cuanto a la relación del Partido y la relación fuentes. No se puede convertir en un deporte el Partido criticando a la prensa o imponiéndole determinadas cosas, y la prensa también criticando al Partido, o peor, ignorándolo, y después en nuestras redacciones hablando mal de funcionarios y jefes. No le pediría nunca al Partido que me ayude a ganarme mi respeto, tengo que ganármelo.

Un director de medios de comunicación tiene que ser un gran negociador, como todos los dirigentes del trabajo periodístico.

El periódico se va a dirigir puertas adentro, no se va a dirigir fuera del periódico

En nuestras manos está también transformar muchas situaciones; creo que hay transformaciones que se pueden hacer de adentro.

Las redacciones, por experiencia, no se transforman, las redacciones se construyen, no podemos aspirar a que nuestra redacción pase naturalmente de lo que era a lo que queremos ser, o sea, hay que poner un alto, hay que ponerle ciencia, hay que ponerle estudio, hay que agarrarse de los elementos de la academia y crear la redacción que necesitamos, no va a evolucionar, no va a aparecer si nosotros no la creamos.

Presidente Miguel Díaz-Canel:

Ante todo les quiero agradecer la sinceridad y sin ningún tipo de falso cumplimiento vamos a reproducir estos encuentros y vamos a sistematizarlos más porque hay muchas cosas que resolver y potenciar.

Voy a hablar también con sinceridad, y puedo estar equivocado o no coincidir con algunas de las cosas que ustedes piensen. Pero nosotros no nos podemos desgastar por la situación en que estamos viviendo ni nos podemos atormentar; al contrario, ahora hay que tener un optimismo tremendo, y una fuerza tremenda para superar todas estas cosas.

Tuvimos la amenaza de una guerra nuclear o de un conflicto entre potencias, en una situación sumamente compleja. Y lo que prevaleció fue el optimismo, que había que echar palante y que había que guapear.

Hice un llamado al pueblo aquel día porque me parecía que era lo correcto, y de lo que no me arrepiento ni me arrepentiré, y había que defenderse contra una manifestación que no era nada pacífica.

Lamentablemente no tenemos todas las imágenes de lo que pasó en los momentos iniciales. Si hubieran sido pacíficas ellos no hubieran tenido que acudir a las imágenes nuestras y manipularlas para ponerlas como de ellos.

Cuando yo fui a San Antonio lo que había en San Antonio no era pacífico. Y cuando venía, que me empiezo a comunicar, lo que había en el resto del país no era pacífico. ¿Qué debíamos hacer, replegarnos y dejar que rompieran las vidrieras, que hicieran todo lo que quisieran? Porque eso es lo que nos quieren, atar de las manos, que nos sintamos culpables para ellos hacer lo que querían.
Y el montaje estaba. Si se llamaba al pueblo decían de inmediato que era un llamado a la guerra civil.

Si llamábamos al orden interior el montaje era de que empezaban los desaparecidos. La aplicaron o no la aplicaron. Fíjense que todavía aquí hay algunos de ustedes que tienen duda con eso. Y aquí puede haber una situación compleja, pudo haber algún exceso y cuando se terminen las investigaciones se explicará. Pero aquí no hay nadie desaparecido ni torturado. Se los digo responsablemente. Y aquí todas las familias, todas las familias se les avisó en el tiempo más rápido que se pudo dónde estaban las personas.

Lo que pasa que aquí ha habido mucha manipulación, y aquí ha habido mucha llamada al odio.

En las matrices que nos están tratando de sembrar funcionan en las redes sociales manipulando las emociones. Nos están llevando a una posición de creer que todo lo que se ha hecho es malo, que nada sirve y que hoy todo es oscuro. Y es verdad que hemos cometido errores, han existido trabas, han existido burocracias, han existido problemas.

Hay que defender, y muchas cosas que se han hecho, y si hemos llegado a este momento es porque tenemos esa fuerza.

Puede haber una situación compleja, pudo haber algún exceso y cuando se terminen las investigaciones se explicará. Pero aquí no hay nadie desaparecido ni torturado. Se los digo responsablemente.

Y detrás de todo esto ha habido dinero.

Ustedes han hecho un llamado inteligente a las redes sociales. Que hoy muchos están en las redes sociales, un escenario que no se puede obviar.

Tenemos que estar 7 por 24, pero hemos tenido que hacer muchas revisiones. No había un sistema coherente de análisis de redes sociales, no había un montaje articulado de las fuerzas revolucionarias para trabajar en las redes sociales. Ahora se han creado grupos colectivos, estructuras, lugares para hacer todo este montaje. Y de eso tenemos que aprender y es cierto todo lo que ustedes han planteado.

El 11 de julio nos está trayendo aprendizajes, nos está dando aprendizajes.

El inmovilismo de las organizaciones, la necesidad que las organizaciones tienen, la necesidad de revitalizar el trabajo político, la necesidad de revitalizar el trabajo social y en los barrios. El llamado a la comunicación social. Yo lo dije así literalmente: Es hora de comprender y emplear todos los recursos de la comunicación social

Definimos como pilares de la gestión de gobierno: la informatización de la sociedad, la comunicación social y la ciencia y la innovación. Y después en el Congreso del Partido dijimos esos son pilares también para la gestión del partido.

En estos tiempos se ha estado aplicando un sistema de gestión de Gobierno para la ciencia y la innovación. Se han incorporado académicos, expertos, juristas a todos los grupos que están haciendo los diseños de políticas públicas. A todos los que están haciendo diseño o propuestas y de leyes.

El enfrentamiento a la Covid la asumimos con un sistema de gestión de Gobierno de ciencia e innovación.

El 11 de julio no es casual. Es parte de un plan que se venía gestando, es parte además de la convicción de que era el momento oportuno por todos los líos que teníamos en lo económico, en lo de la Covid, con una artillería en redes sociales muy anterior al 11 de julio. Consecuencia también de toda la estrategia de subversión que en estos años se ha montado. Porque todos esos medios digitales en Cuba, que están financiados hoy por el gobierno de los Estados Unidos, y que existen y que tienen un ataque directo a Cuba y que todos están muy bien coordinados, han salido como parte del diseño, pero esos medios existen hace cuatro, cinco y más: Cibercuba, El Toque. Cursos de liderazgo que le dieron a jóvenes cubanos para prepararlos como los supuestos agentes de cambio.

Fue brutal la siembra de odio; el odio lo sembraron ellos, no nosotros. Y lo siguen multiplicando y siguen estando en esas redes, en esas redes sociales.

De ese 11 de julio hay que sacar varios aprendizajes, o yo creo que lo estamos sacando y hay que continuar con los análisis.

El bloqueo y las 243 medidas de Trump son una realidad. Cuando nos aplicaron la lista de los países terroristas, se acabaron todas las posibilidades de transacciones financieras con la mayor parte de los bancos mundiales. Porque todos los bancos tienen dependencia de las sucursales norteamericanas o tienen intereses con Estados

Tenemos que perfeccionar el diálogo, el debate y tenemos que perfeccionar los mecanismos de participación, pero aquí sí hay mecanismos de participación, lo que pasa es que con la Covid se detuvo todo: llevamos año y medio sin asamblea del delegado, llevamos año y medio sin asamblea de afiliados de los trabajadores, llevamos año y medio sin curso escolar. La influencia de los jóvenes era el curso escolar. Esos jóvenes que están hoy viendo las redes sociales. Y están en la calle.

Perdimos un grupo de espacios. Las mismas visitas del Consejo de Ministros a provincia, sí íbamos a los barrios, nos metíamos allá abajo y se solucionaban cosas. Entonces se nos quebraron por cuenta de la Covid un grupo de espacios que teníamos; que no son perfectos, que hay que mejorarlos, que hay que ampliarlos, hay que rediseñarlos.

El bloqueo sí ha torturado al pueblo de Cuba. Sí lo ha torturado, ha sido una maquinaria de tortura. Como las redes sociales es un mecanismo de dominación colonial; es un instrumento de colonización   Tenemos insatisfacciones; además que yo no niego nada de lo que ustedes han dicho aquí y me parece muy aportador, muy lógico, muy legítimo, que tengan esas preocupaciones. Pero la prensa nuestra no es tan buena como nosotros queremos, pero no es tampoco tan mala como nos están haciendo creer que es. La gente sí sigue la Mesa Redonda, y la gente sí sigue el Noticiero con todas las imperfecciones que tiene.

Y el tema no es los jóvenes, los jóvenes son digitales, no tienen por qué leer el periódico impreso. Eso no es un problema. Hagamos buenas plataformas digitales, para que los jóvenes en esas plataformas digitales encuentren los contenidos que queremos, que necesitan. Y que den conocimiento, que den cultura, y que no siembren odio. Yo en eso tengo una contradicción personal también. Soy uno de los que apostaba por la informatización de la sociedad. Y la he tratado de impulsar en todo lo que he podido, pero el concepto que tengo de la informatización de la sociedad es para que los procesos sean más eficientes, pero ante todo para que sea un mecanismo de la gente distinguirse por la cultura; que promueva conocimiento, que promueva decencia.

Apoyo lo que dice Frei Betto: “no son redes sociales, son redes antisociales”. Son redes digitales, pero ellos lo que hacen es antisocial. No crea comunidad, no crea amistad, no crea relaciones humanas, genera odio, manipula los sentimientos, tergiversa realidades, construye realidades virtuales.

Hay que rescatar el trabajo social, hay que rescatar el trabajo en los barrios, pero ya todos los ministerios han ido a los barrios. Todos los ministerios están metidos en 62 barrios o 67 barrios de la capital que tienen las situaciones más complejas haciendo cosas. Y ahora tenemos que lograr que eso se haga en provincia con todas las instituciones estatales y públicas.

Lo esencial es la necesidad que tenemos de iniciar la comunicación social. Haber puesto la comunicación social, la informatización y la ciencia y la innovación como pilar del gobierno es también una voluntad.

Nosotros tenemos un concepto, dijimos cuando el Congreso: partido único, más participación y más democracia. Y eso cómo lo vemos; en tres momentos: que haya más espacios de debate y para proponer cosas, que es un primer momento, que haya transparencia y que todo el mundo tiene que rendir cuenta. Tiene que rendir cuenta el dirigente, tiene que rendir cuenta el que está al frente del proyecto, tiene que haber información pública, también tiene que rendir cuenta los colectivos que hacen las cosas. Todo el mundo nos tenemos que rendir cuenta entre todos. Y con esos tres componentes yo creo que nosotros podemos desarrollar o ampliar la democracia y la participación en el país.

Tenemos un grupo de expertos trabajando en que nos conceptualicen el estado socialista de derecho. Hay grupos de trabajo con expertos, con académicos, con juristas, para todas las políticas públicas, todas las leyes y todas las normas que se están haciendo. Hay un programa de adelanto de la mujer que está orientado también al enfrentamiento a la violencia y a todos los, la defensa de la mujer. Hay un programa gubernamental de enfrentamiento a la discriminación racial, a los vestigios de discriminación racial que hay en el país. Está el código de las familias y es de las familias que se está buscando que se reconozca la heterogeneidad de familias que hay en el país. Que no es sólo la familia tradicional.

Estamos tratando de acelerar y lograr que los municipios tengan una norma que desarrolle sus competencias, para que podamos armonizar la verticalidad que tenemos en un grupo de procesos de dirección con la autonomía que tienen que ejercer los municipioa.

Tenemos que defender dos ideas: entender la gestión de la comunicación como algo vital para la Revolución en estos momentos. Y cómo uno ve que la tenemos que gestionar desde la verdad, desde la investigación, desde la responsabilidad, desde la objetividad, y también desde los sentimientos y las convicciones.

Tenemos que impulsar la comunicación. Y para eso contamos con ustedes y con la sensibilidad que nosotros podamos tener desde las estructuras del gobierno.

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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