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Una ventana en la ciudad cubana de los parques

Por Liset Prego Díaz
Hay una ventana que se abre cada sábado a las dos de la tarde. A través de ella se ve el mundo exterior, o se escucha en imágenes la Ciudad Cubana de los Parques en su cotidiano latir, su gente, la vida de sus personajes, personas sencillas, como un testimonio de su tiempo para la posteridad.
Si miramos desde afuera hacia adentro La ventana muestra a una familia, diversa, ajetreada, que pasa toda una semana conspirando para que se haga el milagro que, por dos horas, cautiva a los oyentes, ahora de todo el mundo, desde la humanidad de cada entrevistado a través de Radio Angulo, desde hace ya una década.
Carlos René Castro es director y fundador del espacio radial La ventana
Por alrededor de 30 años Carlos René Castro ha laborado en este medio, es director y fundador de este espacio radial y confiesa que “el primer reto fue comenzar el programa, porque este surge un 6 de noviembre, en una fecha en que no se hacen cambios en la programación, lo que ocurre por lo general en julio y en enero.
Fue un programa emergente y en apenas una semana tuvimos que comenzar a salir. Teníamos la idea preconcebida pero no todo en la mano y tuvimos que ponernos en función de la banda sonora, los spots, los cortes. Hablamos con un músico holguinero, Robin Rasán y él nos hizo el tema de presentación y un jingle.
En principio el programa era a dos voces, César Hidalgo e Idalmis Castellanos, y empezamos con una especie de encuesta, llamando a los oyentes y preguntándoles: ¿usted tiene en su casa una ventana?
En sus inicios eran tres horas. El primer invitado fue el autor del tema de presentación, al principio teníamos todo bien definido, aunque queríamos contar historias de vida y se fueron sumando personas. Luego surgió la necesidad de la figura de guionista-productora que se encarga de la parte compleja porque si no, César no tiene guía por donde moverse. Ellas son mi mano derecha, no solo buscan a la persona, sino que realizan todas las coordinaciones con la familia y coordinan si se graba algo porque no pueda estar su testimonio en vivo.
El programa es complejo porque es una gran entrevista y en caso de que el invitado no esté nos hemos visto en apuros y hemos debido variar el guion”.
Una voz inconfundible hace de anfitrión cuando La ventana se abre: César Hidalgo.
“Tenía deseos de hacer un programa en el que empezaran a aparecer la gente contemporánea. Conservar la vida común de las personas que conocemos, conservar los hechos que tradicionalmente no aparecen en las biografías. Así fuimos perfilando el programa y viendo qué funcionaba y qué no.
Al principio había problemas pues las personas antes de la emisión te cuentan tantas cosas que ya frente al micrófono dan por sentado que lo han dicho y no cuentan igual.
Por eso buscamos al equipo de edición y producción. Son ellas las que hablan con la gente, conocen y conversan con otras personas y organizan esa información según el lenguaje de la radio, buscando convertir la vida íntima, hermosa, privada, cotidiana y por ello hermosa de la persona, en espectáculo.
Antes de comenzar el programa las personas no tienen ningún contacto conmigo, pero yo tengo por escrito elementos que pudiéramos explotar. Mi trabajo de mesa es con el director. Esto es muy difícil, pero me encanta, y te aseguro que cuando se acaba el programa me siento como si hubiera pasado el día picando caña, salgo del estudio con un cansancio tremendo, pero me pagan por eso muy bien: siendo parte, durante dos horas, de las biografías de los invitados, y ellos comienzan a descubrir cosas suyas, a partir de lo que se ha organizado en el programa, de las que no se habían percatado.
Es ese espectáculo del que te hablo, en la más sincera acepción de esta palabra, el espectáculo de la gente siendo sincera con la gente, los reencuentros. Es el mejor espectáculo del mundo, el de la gente queriéndose, pero con sinceridad. Es la historia que no va a contar jamás ningún novelista porque ellos cuentan amores imposibles y esta es la historia de los amores posibles de la gente contemporánea.”
Alicia Durañona y Yailín Ojeda, guionistas del programa

La guionista Alicia Durañona ha estado casi desde el surgimiento de este espacio y recuerda: “Al principio había otras guionistas. Nosotras llegamos aquí en nuestro adiestramiento, quizá porque en la juventud una quiere comerse al mundo y este programa tiene eso, hay que estar un poco loco para hacerlo.

Le debemos a César que siempre nos decía, hay que contar las historias con su valor, pero también tienen que tener el gancho, la anécdota jocosa o ese algo que no vas a encontrar en otro lugar.
Confieso que los programas que adoro son los que hacemos a personas desconocidas, de extractos muy sencillos. Tienen historias extraordinarias.
Para buscar entrevistados siempre me pongo en la posición de la gente y me pregunto qué historia les gustaría escuchar. Pero ya son 10 años. Pensamos en renovarnos. La radio no se puede dormir. Hay que cambiar.”
Yailín Ojeda, es otra de las guionistas con que cuenta La ventana, donde comenzó en noviembre de 2012 y cuenta: “Ya son ocho años ininterrumpidos escribiendo. Cuando comencé ya estaban Alicia Durañona y Mayda Escalona, pero Alicia fue la que me explicó cómo se manejaba el programa, la producción, el guion. Luego hicimos varios guiones juntas. Recuerdo uno muy simpático de una señora que hacía coronas.
Es que en la ventana puedes contar todo tipo de historias, la cuestión es cómo, qué vas a resaltar en la persona para que quienes escuchan se identifiquen con ella. Está abierta para todos los oficios, colectivos de trabajo, instituciones.
Siempre le explicamos a los invitados que nos cuenten lo que desee y hasta donde desee, porque se trata de su vida privada. Respetamos los límites porque a veces las personas se conmueven en medio de las entrevistas. Me ha pasado que he entrevistado a algunos y se me ha apretado el corazón. Porque te cuentan historias fuertes que no siempre se cuentan al aire.”
Los entrevistados han marcado al colectivo realizador. Sobre ellos César Hidalgo rememora:
“Cada persona es un mundo distinto y todos quieren mostrar su parte más bonita. He tenido gente brillantísima, y no se trata de invitar al programa a altos intelectuales, que han estado, sino a cualquiera. Uno de los que más simpático resultó fue el del famoso vendedor de maní que dice money por mani.
Otro de los más hermosos fue el de la doctora Pura Avilés, que no es muy dada a hablar en público e insistía siempre que la invitábamos: Yo no he hecho nada; pero conseguimos a alguien que la convenciera de venir. Yo estaba muy asustado, porque la imagen que tenía de ella era la de una mujer muy dura de carácter. Y cuando se sentó aquí y se dio cuenta de que no queríamos hacerle un monumento a la doctora, sino a la mujer cotidiana que es, cambió totalmente.
Un programa también entrañable fue con el doctor Rigoberto Segreo, uno de los grandes pensadores de Cuba. Cuando vino ya estaba muy enfermo, pero nos permitió comprobar, una vez más, que la gente grande de acción son las más nobles y sencillas del mundo. Él contó que lo importante no eran sus títulos, sino el cariño de la gente de un pequeñito lugar en una zona intrincada llegando a Velasco, y cómo allí se sentían tan orgullosos de ver que alguien nacido allí fuese un intelectual como él. Al poco tiempo murió Segreo, y ese día en que se marchaba a la eternidad de la cultura holguinera, pudimos volver a poner su voz.
Han pasado tantos invitados que a veces se me olvida la gente y la gente no se olvida de mí, no de mí si no de la radio, pero yo soy la cara visible de ella.
Por suerte, tenemos todos los programas grabados, hoy la radio los considera como parte sus vienes patrimoniales y nuestro deseo es que un día el centro de documentación de esta emisora de acceso a todos los investigadores o quien quiera de esos materiales, esta será la mejor manera de que perdura este esfuerzo de diez años.”
La música es un complemento indispensable en esta producción. De su selección dependen los virajes y matices del diálogo. Como explica Carlos René:
“La música se escoge a través del trabajo de las guionistas. Algunos invitados prefieren alguna música específica y se les pone durante el programa, pero generalmente en el guion trabajamos algún valor y se trata de usar una banda sonora que guarde relación con este o que apoye lo que diga el invitado. Hay cosas que no están previstas en el guion, a veces el diálogo se mueve y modifica la idea que tenías inicialmente.”
El mundo cambia con gran celeridad y en una década La ventana se ha actualizado para parecerse a su público. César fue un poco impulsor de ello:
“Al principio era yo el único que actuaba en las redes sin saber mucho de cómo eran, pero poco a poco fueron llegando personas recién graduadas de las universidades, y de pronto todas las muchachas que vinieron eran mucho más hábiles con las redes. Ellas han armado un programa virtual, en el que yo no siquiera pensé. Así el mundo se multiplicó y la radio que antes era nada más sonido ha empezado incluso a tener rostros.
Estas “loquillas” vienen y lo revuelven todo, de pronto con el móvil hacen una transmisión online y a la gente les encanta ver todo esto, la cabina, los micrófonos, lo más auténtico.”

El equipo que hoy trabaja en La Ventana y quienes han pasado por él conservan memorias hermosas de este desafío de cada sábado que atrapa toda la semana previendo que esas dos horas sean mágicas.Para César es: “una aventura de todos los días, creo que uno de los programas que más satisfacciones me ha dado es este, por cierto, yo tenía otras obligaciones y me dijeron, vas a estar ahí dos o tres meses, en cuanto el programa comience a caminar, buscamos a quien te sustituya, y hace 10 años y todavía no ha ocurrido. No es por culpa de la dirección, porque cuando me dijeron “está tu sustituto”, fui yo el que se negó a que lo reemplazaran, empecé a dejar otros programas que me daban menos satisfacción y me quedé con este.”

Carlos René ya se plantea el futuro: “es un reto. Hemos tratado de aprovechar las nuevas tecnologías, pero creo que tenemos que proyectarnos evolucionar para llegar al público más joven y cumplir con las expectativas de la audiencia, que es muy exigente”.
Imagen principal: César Hidalgo, conductor del programa La ventana
Tomado de Ahora

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